El 97% de la superficie total de agua de la tierra es salada,y solo el 2,5% restante es dulce. De este 2,5% de agua dulce, el 79% se encuentra en estado sólido en los hielos polares y los glaciares. Siendo uno de los países con una enorme cantidad de reserva de agua dulce, la Argentina se encuentra sumergida en una profunda crisis económica. En medio del complejo contexto doméstico y teniendo un recurso natural, como el agua, con abundancia, la redistribución de este recurso es desigual y comienza a afectar a toda la población argentina, generando una profunda incertidumbre respecto al futuro.
La economía Argentina, un problema sin fin
El país rioplatense permanece anclado, desde hace casi medio siglo, en un modelo de desarrollo económico que no promueve ningún tipo de progreso. Con una inflación interanual del 60,7% – la cual se estima alcanzará el 72% para este año – altos niveles de pobreza (más de 25 millones de personas) y un déficit fiscal de 57.032 millones de pesos (481,5 millones de dólares), un 45% de economía informal, Argentina está en medio de una enorme telaraña. Hasta el momento ningún gobierno, ya sea de izquierda o de derecha, ha logrado un esquema de inflación para poder bajar la suba de precios constante. El país del cono sur americano no puede acceder a créditos internacionales (debido a las tasas de interés que debe pagar) y la emisión monetaria está al límite. Solamente en 2021, el Estado emitió 2,1 billones de pesos, lo que es igual al 4,8% del PIB.
Debido a las frecuentes sequías, en el último año el sector agropecuario sufrió pérdidas mayores a 2.930 millones de dólares. A su vez la producción de soja y maíz cayó entre 9 y 8 millones de toneladas. Los cultivos de arroz también se ven perjudicados porque este alimento necesita mucho recurso hídrico y depende de la calidad del agua. Acorde al Banco Mundial, el 70% del agua que se extrae en el mundo se destina a la agricultura. Esto indica que en un futuro no muy lejano se deberá revisar la asignación de agua en los diferentes sectores.

Evolución de la inflación interanual en Argentina (INDEC)
El caso de escasez hídrica en Argentina
El agua se está convirtiendo en un bien cada vez menos accesible y muy preciado, hecho que puede comprobarse viendo que cotiza en Wall Street en el mercado de futuros. Debajo de las tierras de Argentina yacen más de 220 mil kilómetros cuadrados de una de las reservas de agua dulce más grandes del planeta, el Acuífero Guaraní. Pese a poseer este recurso, en el país rioplatense hay 7 millones de personas no tienen acceso al agua potable segura, demostrando el acceso desigual a este recurso. Por otro lado, la región del litoral Argentino registra lluvias por debajo de lo normal desde hace dos años, más que nada las épocas de verano. Y esto puede verse desde imágenes satelitales, las cuales muestran una vasta cantidad de terrenos desertificados desde el norte del país hasta Tierra del Fuego. Las sequías pueden ser entendidas como efecto de los cambios de patrón en el Ciclo del Niño y la Niña, pero sobre todo son producto de la deforestación por parte del hombre. En Argentina no solo se necesita agua para la agricultura. El 26% de las energía se genera de fuentes hidroeléctricas y más del 50% de la demanda industrial proviene de sectores con alta dependencia al agua, como alimentos, bebidas, productos químicos y el 84% de las exportaciones salen por agua, a través de la hidrovía Paraná-Paraguay. Estos números dan cuenta del rol central que tienen los recursos hídricos en Argentina, pero lo más importante es que los seres humanos necesitan de este recurso para vivir.

Cantidad de recursos hídricos utilizados en América Latina (Water Risk Atlas)
El fracking y la megaminería: una enfermedad incurable
En medio de la crisis climática y el estrés hídrico que sufre Argentina, el marco regulatorio juega un rol clave. ¿Qué quiere decir esto? Que las leyes precisan ser contundentes y deben cumplirse. Debe haber consenso unánime a favor de proteger el medio ambiente, los recursos naturales y a la población. Debe existir una agenda verde que proyecte con tiempo la transición energética de manera coordinada, coherente y consciente. Son los científicos de las diferentes disciplinas quienes tienen un papel importante que cumplir en este momento crucial del país y, sobre todo, merecen tener un lugar en la política doméstica.

Distribución de acceso al agua en Argentina (Plataforma del Agua)
Como si la escasez de recursos hídricos y la falta de acceso al agua fuera poco, en la Argentina la práctica del fracking y la minería a cielo abierto aceleran la falta de este recurso hídrico, contaminando suelos, ríos y mares.
El fracking se utiliza para extraer los hidrocarburos no convencionales como el gas esquisto (shale gas), gas de arenas compactas (tight gas) y petróleo, que se encuentran en la patagonia del país. Cuando se practica la fracturación hidráulica se requieren millones de litros de agua, de energía y químicos. Esto genera impactos negativos e irreversibles en los ecosistemas. Entre ellos, contaminación del agua y la atmósfera, escapes radioactivos, y filtración de gas y fluidos. En Argentina, por ejemplo, aumentaron los derrames de sustancias tóxicas, proliferaron los basureros con residuos tóxicos, ocupación intensiva del territorio, desplazamiento de poblaciones y emisión de gases. Actualmente, en la cuenca neuquina, donde está Vaca Muerta, se utiliza el fracking y provoca cinco incidentes ambientales por día. La peor noticia es que para 2023 Vaca Muerta duplicará el uso de agua y rondará los 30 millones de metros cúbicos anuales.

El mapa del fracking en América latina, entre el avance y las denuncias (Periodistas por el Planeta)
Conclusiones preliminares: las paradojas, el clientelismo y la negligencia Argentina
El 17% de la población argentina carece de servicios de agua, quienes muchas veces tienen que pagar hasta un 460% más por el producto embotellado de lo que pagarían si estuviesen conectados a la red. La contaminación, la falta de cobertura y suministro, y la variabilidad climática (con inundaciones, sequías graves y frecuentes) hacen peligrar la seguridad hídrica. Estimaciones presentadas en el estudio del Banco Mundial muestran que una mayor seguridad hídrica puede reducir el costo económico de estas falencias en alrededor de 11.800 millones de dólares. Más de la mitad de este monto total anual refleja las pérdidas en la calidad de vida, incluidos los efectos en la salud y la educación, de las personas que carecen de acceso a agua potable y saneamiento.
Algunas conclusiones preliminares, con lo expuesto hasta ahora, son que Argentina está malgastando un recurso muy valioso como el agua y, no solo eso, sino que está dejando a millones de argentinos sin acceso a este bien por no distribuir equitativamente los bienes hídricos. Esto pareciera ser una ironía porque en los países donde este recurso tan valioso está faltando desde hace años, pueden hacer una reasignación eficiente, equitativa y consciente del agua, por ejemplo: España. Hay quienes sostienen que deben ingresar inversiones extranjeras al país para proyectos de infraestructura hidráulica, pero no basta con esto. Es indispensable mejorar las políticas públicas, hacer proyectos transversales que involucren a todos los ámbitos del gobierno y, es preciso que la gestión del agua esté en manos de dirigentes capacitados para que ésta sea eficaz y sostenible en el tiempo.
Por otro lado, no se puede pretender una administración contundente del agua sin endurecer los marcos regulatorios nacionales y provinciales. La Ley Nacional de Glaciares se vulnera seguido debido al clientelismo ejercido por los políticos, quienes dan luz verde a las empresas a practicar la minería a cielo abierto. Las organizaciones sociales y ambientales se hartaron los últimos años de hacer reclamos a los gobernadores para exigir justicia climática. Es preciso que quienes están en la casta política comiencen a dejar el clientelismo negligente de lado e impulsen proyectos que promuevan una gestión eficaz, coordinada, consciente y coherente del manejo de los recursos hídricos del país.
Es preciso impulsar proyectos que promuevan la conciencia social y ecológica, que brinden herramientas para utilizar el agua de forma eficaz para que éste recurso sea accesible a todos los ciudadanos y guardar reservas para el futuro.
NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21
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