Perímetro marítimo de las aguas croatas. European MSP Platform.
La República de Croacia, como cualquier Estado con salida al mar, posee una delimitación de sus aguas siguiendo lo estipulado en la CONVEMAR de 1982, pero no por ello está exento de disputas con sus países vecinos: Eslovenia y Bosnia y Herzegovina.
CONVEMAR: LA LEY DE MARES Y OCÉANOS
En 1982, las Naciones Unidas redactaron un texto definitivo que regiría, desde ese momento, los límites y leyes de los mares, teniendo como base las Conferencias de Ginebra de 1958 y 1960. En ella se describe, minuciosamente, desde accidentes geográficos hasta las divisiones marítimas, pasando por los derechos y prohibiciones de acceso a las aguas.
Así, son distinguibles varias zonas de soberanía marítima como las aguas interiores – aquellas que se sitúan dentro de las líneas de base, es decir, las que se trazan imaginariamente uniendo la línea de costa -, el mar territorial o porción de agua que se extiende 12 millas desde las líneas de base, la zona contigua o espacio intermedio de soberanía estatal con un límite máximo de 24 millas desde las líneas de base, la ZEE que se expande hasta 200 millas desde esas líneas y cuya finalidad es explotar, de forma exclusiva, los recursos del área y el alta mar – zona marítima no supeditada a la soberanía de ningún Estado concreto – entre otras, rigiendo en cada una derechos y deberes concretos.
Es necesario mencionar que, como casi todos los tratados de Naciones Unidas, la CONVEMAR posee un propio tribunal – Tribunal Internacional del Derecho del Mar – cuyo objetivo es resolver litigios o dudas en la interpretación del tratado marítimo desde su sede en Hamburgo (Alemania) bajo la composición de 21 magistrados elegidos entre los Estados parte por un mandato de nueve años renovable.
Croacia, como tal, ratificó la convención o tratado en diciembre de 1982 como parte de Yugoslavia, pasando a formar parte de la misma en abril de 1995 como Estado independiente, redefiniendo sus fronteras marítimas desde ese momento. A partir de la fecha, se han ido sucediendo diferentes litigios con dos Estados ex-yugoslavos, llegando a recurrir a la justicia para que esta, mediante sentencia, resolviese las problemáticas surgidas en las delimitaciones marítimas pero, ¿ha tenido Croacia siempre razón en sus reclamaciones?.
División de los espacios marítimos. Manual de Derecho del Mar (Ministerio de Defensa, Gobierno de España)
EL GOLFO DE PIRAN A JUICIO
Una de las principales disputas de Croacia está relacionada con su vecina Eslovenia en la zona marítima de esta última, en el denominado Golfo de Piran o Savudrija, siendo el inicio de los litigios la independencia de ambos Estados en 1991. Esta zona geográfica se disputa entre ambas naciones, siendo Eslovenia la más perjudicada ante los deseos de Croacia por hacerse completamente con la soberanía marítima del golfo, pues le impediría a Liubliana tener acceso a aguas internacionales.
De esta forma, ambos ejecutivos han intentado desde 2001 llegar a acuerdos para delimitar la zona como el denominado Tratado Drnovšek-Račan que permitiría reordenar la soberanía local en el mar, creando incluso un cuerpo conjunto para demarcar de forma definitiva los límites estatales a lo largo del golfo.
No obstante, Croacia se negó a rubricar definitivamente el tratado en 2002, por lo que una vez Eslovenia había entrado en la Unión Europea en el año 2004, Zagreb comenzó a ver vetado su acceso al grupo de los actuales 27 por las disputas marítimas, pues la resolución de este conflicto era vital para su adhesión. Para ello, se comenzó en 2012 un proceso de arbitraje en Bruselas – es decir, un proceso judicial de mutuo acuerdo con el objetivo de no acudir a los tribunales – que se tumbó por parte de Croacia en 2015 como consecuencia de conversaciones entre uno de los miembros eslovenos de la Corte y funcionarios del país.
Si bien este arbitraje permitió levantar los vetos eslovenos a la entrada de Croacia a la UE (2013), el caso continuó en sesión arbitral ya que, a pesar de considerar que Eslovenia había violado disposiciones establecidas, no eran suficientes como para tumbar el proceso, aunque contó con la negativa y el no reconocimiento desde este momento por parte de Zagreb. Así, en junio de 2017, la Corte arbitral dio la razón a Eslovenia en contra de Croacia, teniendo que redefinirse las fronteras marítimas en favor del primer Estado pero, en 2018, Liubliana decidió denunciar ante el Tribunal de Justicia de la UE a Croacia por la negativa a aceptar el fallo final.

NEUM, LA PEQUEÑA SALIDA AL MAR DE BOSNIA Y HERZEGOVINA
Neum, ciudad ubicada en el suroeste de BiH, se sitúa como la única franja con salida al mar del país multiétnico cuya extensión no supera las 12 millas. No obstante, si bien para el Derecho internacional el país es como tal ribereño, para algunos detractores carece de esta potestad al no poseer una Autoridad Marítima Nacional, Guardia Costera o Marina de Guerra, así como tampoco ningún ‘derecho real’ sobre sus aguas.
De esta forma, sus problemas con Croacia provienen de la falta de delimitación de las fronteras marítimas entre ambos, a pesar de existir desde el año 1999 un acuerdo mutuo que, sin embargo, no está ratificado. La situación es compleja no solo por la inexistencia de ese acuerdo formal, sino porque la salida al mar de BiH se encuentra enclavada y bordeada por territorio croata: el condado de Dubrovnik-Neretva.
Recientemente, y tras comenzar el proyecto en 2007, el Ejecutivo croata dio luz verde a la construcción del puente de Pelješac frente a las costas de Neum, uniendo definitivamente la zona sur y norte de Croacia pero dejando a Bosnia, según palabras del Gobierno, “sin salida real” al mar. Dicha infraestructura, como ya es habitual observar en los Balcanes, fue edificada desde 2018 por el consorcio chino CRBC (China Road and Bridge Corporation), – aunque el 85% del costo total fue realizado con fondos de la UE – y finalizada en 2021 ante lo que los bosnios consideran una violación de sus aguas.
No solo es importante destacar la posible ‘injerencia’ en aguas bosnias, sino que este Estado observa la construcción del puente como un golpe a su sector turístico, pues previa finalización de la infraestructura, era imprescindible penetrar en la costa bosnia para acceder del norte al sur de Croacia y viceversa, conllevando esto una inyección de capital importante.
De izq. a dcha.: Representación cartográfica de Neum y la construcción del puente de Pelješac (Balkan Insight). / Cimentación del viaducto croata por la empresa china CRBC (Xinhua Español).
CONCLUSIONES
En resumen, Croacia se sitúa como el Estado balcánico con más soberanía marítima, lo que le confiere un gran poder en el mar Adriático. Sin embargo, y como se observa a lo largo del análisis, la existencia de un tratado internacional que regule las aguas del globo desde 1982 es insuficiente para lograr el convencimiento de todos los Estados respecto de autoridad en las aguas.
Así, se deduce que Croacia no siempre ha tenido la razón sobre sus pretensiones marítimas tal y como sentencia la Corte arbitral, en su fallo de 2017, al conceder las aguas del golfo de Piran a Eslovenia y permitirle un corredor hacia aguas internacionales. No obstante, esta situación de litigio continúa en la actualidad pues, el Tribunal Europeo de Justicia, se ha considerado recientemente no competente para resolver las disputas entre los dos Estados comunitarios.
En cuanto a Bosnia y Herzegovina, si bien el puente interferiría en las aguas bosnias, tal y como refleja el ejecutivo de este Estado, lo cierto es que al no poseer puerto ni autoridad alguna que regule los accesos a aguas bosnias, el puente de Pelješac no influiría en la soberanía marítima de Sarajevo, sino que, en palabras de Andrej Plenković – Primer Ministro croata -, la infraestructura ayudaría a Bosnia a descongestionar el tráfico de Neum en período estival.
NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21
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