DESCONFIANZA AUSTRALIANA HACIA CHINA

por | Ago 13, 2023

La relación entre los descendientes de los primeros colonizadores y los inmigrantes chinos ha sido complicada desde la colonización británica de Australia en el siglo XVIII. Esto ha marcado mucho la relación diplomática entre ambos países.   LOS CIMIENTOS DE LA NACIÓN AUSTRALIANA: LOS PRIMEROS ASENTAMIENTOS BRITÁNICOS Para comprender la complejidad de las relaciones sino-australianas, […]

La relación entre los descendientes de los primeros colonizadores y los inmigrantes chinos ha sido complicada desde la colonización británica de Australia en el siglo XVIII. Esto ha marcado mucho la relación diplomática entre ambos países.


 

LOS CIMIENTOS DE LA NACIÓN AUSTRALIANA: LOS PRIMEROS ASENTAMIENTOS BRITÁNICOS

Para comprender la complejidad de las relaciones sino-australianas, es necesario entender en primer lugar cómo se produjo la llegada de los colonizadores británicos a la isla, puesto que ellos sentaron las bases ideológicas de la política, la economía y la sociedad australianas en la actualidad. 

Si bien es cierto que, navegantes holandeses comandados por Abel Tasman cartografiaron la costa oeste y sur australianas apodándolas en conjunto como “Nueva Holanda” en el siglo XVII y el navegante Luis Vaz de Torres descubrió el estrecho que hoy en día lleva su nombre en torno al año 1606, Australia había estado habitada por dos grupos principales de población desde hacía miles de años. El primer grupo eran los isleños del estrecho de Torres, que predominaban en el ya mencionado estrecho y en el cabo York. El segundo, eran los archiconocidos aborígenes australianos, que predominaban en el resto del país, incluyendo la isla de Tasmania. 

El año 1770 fue el primer año decisivo en el proceso de colonización de Australia, con el explorador británico James Cook cartografiando la costa este del país y reclamando su anexión al Imperio Británico, la cual se formalizó a partir de 1788 con la llegada de la primera flota de barcos llenos de presos procedentes de las sobrepobladas prisiones de Gran Bretaña tras los informes favorables a la colonización de la actual Sídney por parte del almirante Arthur Phillip, quien, tras acompañar a Cook en su primer viaje, acabaría siendo el primer gobernador de la recién fundada colonia penal de Nueva Gales del Sur y también el fundador de Sídney. 

 

James Cook llegando a Botany Bay -actual Sídney- en 1770 (Biblioteca Nacional de Australia).

 

A partir de este momento, la composición demográfica y territorial de Australia empezó a cambiar drásticamente debido a dos factores. El primero de ellos fueron las Frontier Wars (guerras fronterizas) entre los colonos británicos y los aborígenes, que duraron desde los meses inmediatamente posteriores a la llegada de los primeros colonos en 1788 hasta bien entrada la década de los años treinta del siglo XX. La entrada a la isla de enfermedades que los propios colonos contraían antes de llegar allí fue otro factor de gran importancia para que se diera este cambio. Estos factores, unidos a los esfuerzos gubernamentales para la asimilación cultural en los valores anglosajones y cristianos y a la creación de reservas para mantener a los aborígenes separados de los australianos de ascendencia europea a partir del siglo XIX, resultaron en una combinación explosiva que llevó a la desaparición de gran parte de la población aborigen y a la casi total extinción de su lengua, cultura y tradiciones. 

 

LA PRIMERA INCURSIÓN CHINA EN AUSTRALIA

De manera paralela a este proceso de homogeneización poblacional e ideológica forzosa llevada a cabo en Australia por los descendientes de los primeros colonos británicos, se produjo la llegada de los primeros inmigrantes chinos, quienes empezaron a asentarse en el país aprovechando las rutas de té chino de la Compañía Británica de las Indias Orientales. Aunque en los primeros años de existencia de Nueva Gales del Sur había pocos inmigrantes chinos, su número empezó a crecer exponencialmente en 1840, cuando dejaron de llegar convictos procedentes de Europa, y sobre todo, a partir del descubrimiento de reservas de oro en la década de 1850. 

 

Trabajadores chinos durante la fiebre del oro en Australia, 1870. (Biblioteca Nacional de Australia).

 

 

AÑO 1855: LA SEMILLA DE LA DESCONFIANZA

El rápido crecimiento de la comunidad china en Australia durante la década de 1850 y su inmediata expansión por el resto del país a medida que el gobierno australiano arrebataba más y más territorio a los aborígenes, al mismo tiempo que la oferta y la demanda laborales se diversificaron, dio lugar a un sentimiento anti-chino entre los australianos blancos. Esta actitud hostil hacia la inmigración china empezó a formalizarse con el Acta de Restricción a la Inmigración China de 1855 para impedir que más trabajadores chinos pudieran seguir llegando masivamente para hacer competencia a los australianos cobrando salarios más bajos. Años más tarde, este sentimiento anti-chino se reforzó con el Acta de Restricción a la Inmigración de 1901 que daría comienzo a la política de ”Australia blanca”, cuyo objetivo era preservar la esencia anglosajona y cristiana de la nación australiana. A consecuencia de todo ello, la dinastía Qing se dio cuenta de la importancia de proteger a los chinos asentados en Australia y se procedió a la creación del primer consulado chino en el país.  

 

LAS SECUELAS PERMANENTES DE LA POLÍTICA DE «AUSTRALIA BLANCA» EN LAS RELACIONES CON CHINA

A raíz de la política de “Australia blanca”, la relación entre Australia y China ha estado marcada por muchos altibajos en un marco de recelos constantes entre ambos países que alcanzaron su clímax durante los primeros años de la Guerra Fría.  A partir de 1970 se empezó a manifestar una normalización generalizada de esta histórica relación. 

Una vez llegado el siglo XXI, tras unos primeros años de continuidad de este proceso de normalización de las relaciones bilaterales, esta última década ha dado a luz a una nueva escalada de tensiones entre ambos países marcada por la cada vez más agresiva política por parte de China con respecto a Hong Kong, Taiwán y su posición en el Mar de la China Meridional, y por varias actuaciones por parte de los tres últimos gobiernos en Australia como respuesta. La inauguración de esta nueva escalada de tensiones se gestó con las declaraciones de la ex-ministra de Relaciones Exteriores Julie Bishop en 2017 apoyando una mayor integración de EEUU en el eje Indo-Pacífico y desacreditando a China como potencia en la región por su falta de democracia. El siguiente año, Australia prohibió a Huawei y ZTE instalar tecnología 5G en su territorio para “preservar la seguridad nacional”. Tras esto, las exigencias de Australia hacia China en 2020 para investigar el origen del COVID-19 supusieron un aumento exponencial de las tensiones. Y por si todo esto hubiera sido poco, la actual ministra de Relaciones Exteriores Penny Wong condenó en 2022 las violaciones de derechos humanos contra la minoría uigur en Xinjiang, y el embajador australiano en Japón Justin Hayhurst mostró su preocupación por las actuaciones de China en Taiwán y en el Mar de la China Meridional este pasado mes de mayo.

 

Gough Whitlam visitando China en 1971 antes de ser Primer Ministro (Whitlam Institute).

 

Se puede concluir que los australianos de ascendencia anglosajona y blanca que han sentado las bases de la política, la economía y la sociedad de su nación han temido siempre que una llegada masiva de personas, y de configuraciones morales y culturales distintas pueda conducir a la pérdida de su hegemonía. Por esto mismo, Australia, con el apoyo de Estados Unidos y del resto de países democráticos occidentales, ha sido siempre el mayor bastión de la defensa de la democracia y de los derechos humanos en el resto de Oceanía y en Asia. Ello tiene a su vez como consecuencia que China es siempre considerada por Australia como la potencia autoritaria que más puede poner en peligro su estabilidad política, económica y social a nivel interno. Como apunte final, es necesario tener en cuenta que las grandes diferencias culturales existentes entre Australia y China son también consideradas como factor de riesgo para Australia dada su relativa cercanía geográfica con el gigante asiático.


NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.

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