JAPÓN Y SU NUEVA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL: EL PAPEL DE ESTADOS UNIDOS

por | Nov 18, 2023

El artículo destaca la transformación de Japón en un actor clave en el Indo-Pacífico, lo que ha llevado a una reestructuración de su política de seguridad nacional. Estados Unidos emerge como un pilar fundamental en la estrategia regional e internacional de Japón, y se enfatiza la importancia de su alianza para la seguridad y estabilidad […]

El artículo destaca la transformación de Japón en un actor clave en el Indo-Pacífico, lo que ha llevado a una reestructuración de su política de seguridad nacional. Estados Unidos emerge como un pilar fundamental en la estrategia regional e internacional de Japón, y se enfatiza la importancia de su alianza para la seguridad y estabilidad en la región, dado el aumento de la rivalidad y los desafíos geopolíticos en el Pacífico.


  

Introducción: lazos históricos contrapuestos, una aproximación a las relaciones actuales Japón-Estados Unidos

Estados Unidos y Japón son el ejemplo de una de las alianzas estratégicas más importantes del tablero geopolítico global en la actualidad. Ambos países, independientemente de sus desarrollos históricos contrapuestos, han conseguido elevar sus lazos de cooperación a niveles que múltiples estados desearían obtener de sus relaciones interestatales. No obstante, el estadio actual de las relaciones encuentra su base en una relación desarrollada en su origen en un antagonismo históricos.

Desde la cuasi obligatoria apertura del país nipón a partir de 1853, con la visita del Comodoro estadounidense Matthew Perry, y el posterior Tratado de Kanagawa con Estados Unidos en 1854, hasta nuestros días, las relaciones han estado marcadas por picos de tensión y de cooperación alternativos. Con el exitoso proceso de desarrollo y evolución de 1868 en adelante, Japón escogió a Estados Unidos como modelo de progreso, expandiendo y acrecentando sus ramas de intercambio económicas, comerciales y políticas.

Presencia militar estadounidense en Japón. Fuente: Congressinal Research Service.

Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, Japón pasó a ser uno de los socios fundamentales del bando Aliado durante la guerra, por lo que, tras el Tratado de Versalles, el país nipón objetivo varios territorios en Asia Oriental que provocaron los primeros recelos en los estadounidenses, pues dicha adquisición confrontaba con los interés de estos últimos en la región. Sin embargo, y con el contexto precedente mencionado, el punto de inflexión entre las relaciones entre ambos actores se encuentra durante la Segunda Guerra Mundial. El 7 de diciembre de 1941supuso un golpe al alma nacional estadounidense. Con el ataque a Pearl Harbor, Estados Unidos aplicó completamente su decisión de acabar con su mayor enemigo en el Pacífico, hecho que acabaría con la rendición nipona en 1945 y una nueva etapa de democratización e institucionalización del país dirigida por el General MacArthur que sentaría los cimientos de la actual Japón.

Reestructurando incluso la Constitución nipona, Japón y Estados Unidos han fomentado su cooperación militar y de defensa en las últimas décadas hasta alcanzar un nivel sin precedentes en la historia. Japón se ha convertido en uno de los mayores aliados estratégicos norteamericanos, pues el desarrollo de la región, en términos de seguridad y defensa, ha evidenciado que los retos y desafíos que se generan en el Pacífico reclaman de una unión fuerte y decidida a hacer frente tanto a enemigos como a desafíos comunes. Para lo cual, y apoyando uno de sus pilares estratégicos en la colaboración con Estados Unidos, Japón ha decidido tomar las riendas de su Seguridad Nacional, elevando su grado de independencia y basando su toma de decisiones en un análisis realista de las amenazas presentes y los posibles escenarios a los que debe enfrentar, siendo consciente, a su vez, del papel de EEUU en sus perspectivas estratégicas.

El papel de Japón en el giro geopolítico en el Pacífico

 

Desde hace más de una década, el eje de la geopolítica internacional lleva tiempo mirando hacia la región del Indo-Pacífico. Desde la visión estratégica Pivot to Asia del expresidente Obama hasta el reciente acuerdo AUKUS[1], la región ha ido adquiriendo protagonismo hasta el punto de consolidarse como el escenario que dirimirá una nueva etapa en la lucha por el poder hegemónico global.

En este sentido, la región presenta unos niveles históricos de competitividad que ha sido impulsada por las tendencias internacionales, caracterizadas por la competitividad, la confrontación y un mayor unilateralismo. Esto conlleva a que los países de la región se replanteen su posicionamiento estratégico para hacer frente a múltiples y diversos desafíos, desde el cibernético hasta el militar.

Visión estratégica japonesa del Indo-Pacífico. Fuente: Observatorio del Indo – Pacífico y Thilbault Fournol.

Ahora bien, desde el punto de vista japonés, los cambios regionales están transformando el equilibrio de poder tradicional en el Pacífico, donde destacan: el ascenso consolidado de China (en sus distintas vertientes: económica, militar y política); los conflictos militares que emanan de la península de Corea; y la ambición regional por el control de puntos estratégicos, como pueden ser el enfrentamiento con Rusia por las Islas Kuriles o con China por el control de las Islas Senkaku.

Por ende, la elevada tensión regional conlleva a que Japón haya apostado por redefinir su rol en la región, con una nueva orientación estratégica basada en sus propias capacidades y sus alianzas estratégicas internacionales. No obstante, Japón el proceso de reestructuración de su política exterior nacional ha estado altamente condicionado por los desafíos militares en múltiples frentes, la ampliación de alianzas estratégicas internacionales y una nueva evaluación del equilibrio de poder regional.

De esta forma, Japón reorienta su estrategia en un sentido histórico que busca reforzar su estatus de potencia regional y global. El país nipón, consciente de su nueva realidad estratégica y las condiciones del entorno, apuesta por el impulso de sus capacidades defensivas y militares, suponiendo así un punto de inflexión en su planteamiento estratégico y rompiendo con la dinámica de las últimas décadas. Pero, por otra parte, Japón persiste en la necesidad de proteger y consolidar sus alianzas internacionales, donde Estados Unidos sigue siendo la principal apuesta para responder de forma contundente a las amenazas que existen en el contexto regional e internacional.

 

Estados Unidos: pieza fundamental en la Estrategia de Seguridad Nacional

 

Impulsada desde la última etapa de Shinzo Abe, la reciente Estrategia de Seguridad Nacional[2] se por fomentar y promover el aumento de capacidades propias en materias de defensa y seguridad[3] al mismo tiempo que introduce nuevos conceptos[4] y robustece sus alianzas internacionales.

Teniendo en cuenta lo anterior, los japoneses son profundamente conscientes de la necesidad de contar con aliados internacionales para acometer con éxito sus iniciativas y planes, donde Estados Unidos es el socio fundamental en este escenario para con la política de seguridad y defensa japonesa. Por ello, uno de los pilares de la estrategia nipona pasa por seguir desarrollando capacidades y aportando recursos al pilar del multilateralismo, donde fortalecerán y redoblarán los lazos con sus homónimos norteamericanos.

A modo de ejemplo, el QUAD (Diálogo de Seguridad Cuadrilateral) está adquiriendo cada vez más importancia. En este marco, Japón y EEUU (junto a Australia y la India) están llevando a cabo un reforzamiento de sus ámbitos de cooperación militar y de defensa. Promoviendo acciones militares conjuntas y compartiendo progresivamente sus recursos (militares, políticos y económicos), las partes comparten el objetivo de favorecer sinergias de cooperación constantes con el fin de establecer un elemento disuasorio que aporte seguridad y estabilidad al contexto regional actual, donde la contención a China es el principal objetivo.

Bases Aéreas estadounidenses en Japón. Fuente: Wikipedia

Además, y de forma reciente[5], los gobiernos de ambos países han acordado reforzar su cooperación militar ante lo que consideran el punto más álgido de tensión regional en el Pacífico, impulsado en gran parte por la estrategia china de convertirse en el mayor actor de la región en múltiples niveles. A modo práctico, y considerado uno de los puntos más importantes de esta declaración conjunta, Japón ha decidido comenzar la construcción de una nueva base de Autodefensa[6], donde Estados Unidos encontrará allí una de sus bases fundamentales para llevar a cabo acciones militares en la región[7] y supone un elemento estratégico para la disuasión en la región.

Por tanto, el rol del gigante norteamericano se ha fortalecido con esta estrategia, asegurándose ser una pieza clave para llevar a buen puerto las acciones de esta nueva Estrategia de seguridad nipona. Sin el respaldo de un actor internacional de tal dimensión, Japón vería lastrados sus esfuerzos para poder disuadir la proyección geopolítica china, la cual busca hacerse con el dominio de la región para su supervivencia nacional e internacional. Tras haber alcanzado, a través de más de siete décadas, un alto grado de cooperación y entendimiento, el papel norteamericano en la Estrategia queda perfilado hacia la consolidación como pilar vital para las perspectivas de la seguridad regional, tanto para Japón como para el Pacífico.

Conclusiones: la alianza nipona-estadounidense como pilar de seguridad del Pacífico

Concluyendo, es posible afirmar que Japón se encuentra ante un punto clave ante la historia, donde las tensiones crecientes, el continuo estado de confrontación y la proliferación de desafíos regionales de impacto global, determinarán si el país nipón es merecedor de un rol importante ante el devenir de la región. Bajo una perspectiva realista y sin antecedentes en la estructura de seguridad de Japón desde antes de la Segunda Guerra Mundial, el país ha apostado por estructurar su política de seguridad nacional bajo el paraguas de una nueva Estrategia de Seguridad Nacional que supone un hito en este ámbito.

Con el contexto aportado, la decisión nipona de apostar por una estrategia de seguridad decidida por incrementar las capacidades nacionales en los ámbitos de seguridad y defensa, tiene como consecuencia la búsqueda de un mayor respaldo y fortalecimiento de los lazos con su aliado estratégico más importante de los últimos setenta años, Estados Unidos.

Tropas estadounidenses en Japón. (Time)

Tanto la acrecencia de la toma de decisiones nacionales como la ampliación de los términos de cooperación con Estados Unidos en materia militar, de seguridad y de defensa se muestran necesarias para constituirse como el principal contrapeso al reto y la amenaza  que suponen el conjunto de acciones llevadas a cabo por China, sin olvidar a sus afines socios, Corea del Norte y Rusia, cuyas acciones tienen un peso determinante en el mapa regional y, especialmente, para el panorama de seguridad y defensa nipones.

Sin duda alguna, en los próximos años, y confirmada ya la aproximación del Pacífico como escenario primordial de la lucha por la hegemonía global, la distinción de bloques antagónicos se volverá más profunda, donde el eje estadounidense-nipón se posiciona como la principal baza que tiene el modelo occidental para contrarrestar la influencia de sistemas estatales contrapuestos cuyo objetivo último es ejemplificar, mediante estrategias de confrontación diversas,  su superioridad frente a lo que representa la alianza entre estas dos potencias.


NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.


[1]  El AUKUS (Australia-United Kingdom-United States por sus siglas en inglés) es un acuerdo que establece una alianza militar entre las partes citadas. Firmado a finales de 2021, este acuerdo establece un grado de cooperación mayor en capacidades estratégicas, desde cibernéticas hasta tecnológicas, para hacer frente a los desafíos que presenta la región.

 

[2] Que redefine la Estrategia de 2013, fue publicada en diciembre de 2022 por el actual Primer Ministro F. Kishida.

[3] La Estrategia refuerza ámbitos fundamentales que abarcan desde la ciberseguridad hasta la diplomacia, pasando por la diplomacia y la seguridad económica.

[4] Un elemento que sobresale de esta nueva etapa en la seguridad nacional es la situación del concepto de seguridad, cuyas bases se han ampliado hasta tal punto en el que se desdibuja la línea que separa lo considerado como militar y lo que no es considerado como militar.

[5] En enero de 2023, apenas un mes tras la publicación de la Estrategia de Seguridad Nacional.

[6] En la isla Mage, en Kagoshima,  al sur del archipiélago japonés.

[7] Conocida como piedra angular del Pacífico, las Fuerzas del Aire de Estados Unidos ya cuentan con una de sus bases aéreas más importantes, la Base Aérea de Kadena, en la Prefectura de Okinawa. Obtenida en 1945 como resultado de la rendición nipona, el ejército del aire estadounidense tiene allí su base más grande y activa en Asia Oriental.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

¿TE HA GUSTADO EL ARTÍCULO?

 

 Apoya nuestro trabajo investigador haciendo una donación a GEOPOL 21 para que sigamos poniendo contexto a lo que pasa en el mundo

You have Successfully Subscribed!