LOS COMPROMISOS DEL PRESIDENTE
Los primeros cuarenta y cinco días del gobierno Lula han pasado y lo que parece es que la política exterior será una de sus más grandes prioridades, pero, en la misma medida, será un gran desafío para el Ministerio de Relaciones Exteriores. Pocos días después del resultado electoral, y mucho antes de asumir el cargo, el presidente Lula fue a la COP 27 en Egipto. A pesar de que los medios informaron de una efusiva participación de Lula en el acto principal, de hecho el representante brasileño habló en un stand privado, como invitado, lejos de los Jefes de Estado. La primera visita oficial del presidente se produjo a Argentina, donde se discutió, entre otras cosas, sobre la creación de una moneda común y acuerdos bilaterales para incrementar el comercio entre los dos países e inversiones para energía con recursos del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil. Lula participó de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), cuyo objetivo es potenciar la relación birregional. Luego, la segunda visita del Jefe de Estado brasileño fue a Uruguay, donde se reunió con el presidente de centroderecha Luis Alberto Lacalle Pou. En Brasil, el canciller alemán, Olaf Scholz, abordó el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur y las colaboraciones en áreas como medio ambiente. Por último, Lula viajó a Washington para reunirse con el presidente estadounidense Joe Biden y el senador demócrata Bernie Sanders. El Itamaraty (Ministerio de Relaciones Exteriores) tiene prevista una visita de Lula a China para el mes de marzo, donde deberá reunirse con el presidente Xi Jinping.

Lula realiza un discurso durante la reunión de la Celac (Poder360)
PRIMERAS IMPRESIONES
Por la cantidad de compromisos externos en tan poco tiempo de gobierno, Lula parece decidido a colocar a Brasil en el centro de las discusiones y foros mundiales, además de firmar acuerdos bilaterales. La preservación del medio ambiente, el cambio climático y los acuerdos comerciales están en la parte superior de la agenda del presidente. Sin embargo, ¿la forma en que se abordan estos temas está en consonancia con los intereses nacionales y populares? Comprendamos en líneas generales la política exterior de Lula, a partir de las pistas dejadas en sus primeros compromisos internacionales.
LA AGENDA AMBIENTAL ENCABEZA LA LISTA DE PRIORIDADES
Lula dejó evidente que la agenda ESG (la sigla en inglés de Environment Social Governance), cuyas preocupaciones residen en las temáticas ambientales, será la base de su política internacional. Durante el evento privado que ocurrió simultáneamente a la COP 27, el representante brasileño exigió el cumplimiento de las promesas de los países más ricos, colocando a Brasil en la posición de líder en agendas de esta naturaleza. Lula dijo que Brasil quiere ser sede de la próxima cumbre, en 2026. En verdad, el presidente quiere abrir la posibilidad de una gobernanza mundial sobre el territorio amazónico. Esto significa que todos los recursos naturales, biológicos y minerales, el agua potable, los minerales raros y el subsuelo de la región puedan ser administrados por otros Estados.
Para poner en práctica el plan, los interesados recurren al llamado Fondo Amazonía que, de acuerdo con su sitio, “tiene como objetivo recaudar donaciones para inversiones no reembolsables en acciones de prevención, seguimiento y combate a la deforestación, y promover la conservación y uso sostenible de la Amazonía Legal”, captados y gestionados por el BNDES y aplicados en ONGs, Fundaciones, instituciones como la ONU y las “big corps”. La internacionalización de la región no es, en definitiva, el interés de la nación por su evidente pérdida de soberanía: por detrás de la promesa de salvar la foresta y la sostenibilidad están los intereses del gran capital, para garantizar el control de las reservas naturales.

La internacionalización de Amazonía es una herramienta de política exterior de Lula (Internacional da Amazônia)
El interés de Alemania y Estados Unidos hace evidente la relevancia del tema ambiental. El primero prometió donar 200 millones de euros; el segundo, una cantidad mucho menor, 50 millones de dólares. De acuerdo con la General Laura Richardson, Comandante del Ejército de los Estados Unidos en el Cono Sur, “esta región es muy rica en recursos naturales. Tienes el 60% de las reservas de litio, petróleo, metales preciosos, minerales, la foresta, el 31% del agua potable del mundo está aquí. Nuestros competidores y adversarios también saben lo rica que es esta región en recursos, y esto afecta la seguridad nacional de los Estados Unidos”.
LA POLÍTICA EXTERIOR PARA LA AMÉRICA DEL SUR Y CENTRAL
El liderazgo en las Américas del Sur y Central siempre fue una obsesión para Lula y su programa de gobierno. Tras asumir el cargo, anunció la vuelta de Brasil a Celac, cuyo sesgo ideológico marca todas las políticas. En 2020, Jair Bolsonaro ya había sacado a Brasil de este foro. Según Ernesto Araújo, Canciller de Bolsonaro, “la Celac no estaba teniendo resultados en la defensa de la democracia ni en ningún ámbito. Al contrario, dio origen a regímenes no democráticos como los de Venezuela, Cuba, Nicaragua”. Así, el expresidente desaprovechó la oportunidad de oponerse públicamente, al igual que, aunque tímidamente, el representante de Uruguay, Luis Lacalle Pou lo hizo. De esta forma, el plan de integración regional debatido por Celac contrasta con los ideales de democracia y libertad. No es posible defender estos conceptos al mismo tiempo que los Estados pretenden no ver las violaciones a los derechos humanos y la democracia en las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua. La posición de Brasil y todos otros países de Celac ante la autorización tácita en favor de gobiernos dictatoriales nos muestra abandono e indiferencia por las poblaciones oprimidas que, incluso el gobierno Bolsonaro, ayudó a albergar. En este punto, Brasil ha dado una vuelta de 180º, y para peor.

En Caracas, manifestante opositor culpa al presidente Maduro por ayudar a países aliados mientras los venezolanos mueren de hambre (Reuters)
ARGENTINA
En Argentina, el primer país visitado por Lula, la promesa de inversiones del BNDES causó furor por aquellos que se recuerdan de los antiguos esquemas de corrupción que utilizaban dinero público, que debería ser revertido para ayudar en el desarrollo económico y social de Brasil, para apoyar y fortalecer países dictatoriales y en bancarrota, como Cuba y Venezuela (ambos adeudan, hasta hoy, US$ 529 millones). La conocida Operación Lava-Jato, que desmanteló una banda liderada por el propio presidente, que incluía, por ejemplo, a parlamentarios y grandes constructoras y que, al final, acabó metiendo a Lula entre rejas, mostró cómo funcionaba el esquema. El espectro de la corrupción aún acecha en la mente de los brasileños más atentos.
De esta vez, Lula afirmó que invertirá en gasoducto desde Vaca Muerta, con la justificación de ampliar las exportaciones de gas del país vecino al país, lo que podría reducir la dependencia de Brasil del gas proveniente de Bolivia. Son tres las contradicciones: el 45% del gas prospectado en Brasil se reinyecta por falta de infraestructura adecuada; Brasil tiene tres veces el tamaño de Argentina, que tiene casi el doble de longitud de gasoductos y; el gas producido en la región argentina en cuestión es más contaminante que el gas boliviano y el gas prospectado en Brasil, lo que va en contra de la supuesta política ambientalista. De hecho, la verdadera intención de Lula es garantizar ganancias políticas a su amigo. Argentina está pasando por una situación muy complicada en términos políticos, económicos y sociales, y necesita recuperarse. El país terminó 2022 con una inflación anual de unos 92,4% y está inundado por denuncias de corrupción que involucran a su máxima dirección. Contribuciones financieras provenientes de Brasil, seguramente ayudarán a Fernández, quien pronto deberá estar en campaña para la reelección. Si ambos tienen éxito, Argentina y Brasil permanecerán alineados ideológicamente, lo que, en teoría, mantendrá firmes los lazos políticos.

Fernández celebra la victoria de Lula y la posible llegada de inversiones a Argentina (Estado de Minas)
VENEZUELA, CUBA Y NICARAGUA
Aunque finge que en estos tres países no pasa nada inusual, Lula, su base aliada en el gobierno, sus seguidores y la prensa brasileña celebran las estrechas relaciones de amistad entre el presidente y los dictadores de la región. Brasil recibe a los inmigrantes venezolanos en una acción humanitaria llamada “Operação Acolhida”, albergando las personas que huyen de la opresión del régimen de Nicolás Maduro. Los resultados oficiales marcan la cantidad de 763.000 venezolanos que ingresaron al país y 301.000 que solicitaron la regularización migratoria en busca de oportunidades y mejores condiciones de vida, desde 2017 hasta junio 2022. Lo que se pone en discusión es lo que hará Lula con respecto a la actividad de bienvenida a los vecinos ahora que la línea ideológica del gobierno cambió. Los datos estadísticos de ONU, nos cuentan que 6 millones de refugiados salieron de Venezuela. Un número similar a aquellos presentados en la guerra de Rusia contra Ucrania. En 2020, Bolsonaro había cerrado la Embajada de Brasil en Venezuela por no reconocer al gobierno de Nicolás Maduro, pero ahora la intención de Lula es reactivar las relaciones diplomáticas con el régimen.
Así como el caso de Venezuela, lo mismo ocurre con Cuba y Nicaragua: las violaciones de los derechos humanos son relativizadas por el Estado brasileño en el actual gobierno, siempre en favor de la manutención de los regímenes de ambos países, aunque el gobierno hace contorsiones para tratar de justificar por qué, en estos casos, no defienden la democracia, la igualdad y los derechos humanos, como predica su propia ideología. Además, tenemos cuestiones de interés nacional cuando tenemos en cuenta la ayuda financiera prometida por Lula a Cuba y Venezuela. Una vez más, el presidente brasileño pretende utilizar los recursos destinados a mejorar la calidad de vida y la infraestructura de su país para hacerlo en otro. En cambio, el gobierno sigue alimentando las dictaduras del continente. Solamente para abordar un ejemplo, Lula quiere reactivar el programa “Más Médicos”, el que profesionales cubanos de la salud trabajan, sin aprobar el examen que los habilita para trabajar en Brasil, en lugares donde, en teoría, faltan médicos brasileños. Según el acuerdo, el gobierno de Lula envía el pago de los profesionales a Cuba, que luego los transfiere. Y aquí es donde se presenta el gran problema: las acusaciones de corrupción indican que del monto pagado por Brasil al régimen cubano, solo el 10% se transfirió a los médicos. Otra parte se quedó con la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Una vez más, la política exterior del mandato de Lula abandona su ideario para financiar una dictadura en crisis.

El crecimiento de la migración forzada ocurre a un ritmo mayor que las soluciones encontradas para las personas obligadas a moverse (ACNUR/Vincent Tremeau)
URUGUAY
El viaje de Lula a Uruguay es un evidente ejemplo de “cortina de humo”: el presidente Luis Lacalle Pou es un político de centroderecha y su encuentro con el representante brasileño marcó una especie de pluralidad y compromiso con todos los pueblos americanos, independientemente de su espectro ideológico. Más que señalar la apariencia plural, Lula trató de bloquear las negociaciones bilaterales entre Uruguay y China, lo que podría poner en riesgo el Mercado Común Suramericano (Mercosur) y, de esa manera, influir en Lacalle Pou para que el bloque en su conjunto promueva la profundización de las relaciones comerciales. con el régimen chino: “Uruguay no puede perder el tiempo”, dijo el presidente uruguayo.
ESTADOS UNIDOS Y CHINA
En medio de protestas a favor y en contra de su gobierno, Lula llegó a Estados Unidos para reunirse con el presidente Joe Biden el 10 de febrero. En la agenda estuvieron los frecuentes ataques de Lula al expresidente Jair Bolsonaro y el tema de la gobernanza global sobre el clima, con la creación de un movimiento para obligar a los demás Estados soberanos, el Congreso y empresarios a aceptar las decisiones tomadas por organismos globales sobre el combate al cambio climático. La sugestión es en cuenta de acuerdos que mantengan la paz en las relaciones internacionales e, incluso, esto va en contra de la constitución brasileña, ya que los acuerdos firmados por el Jefe de Estado en el extranjero sólo son válidos si son aprobados por el Congreso Nacional. Lula trató de presionar a Biden, quien, preocupado por la guerra en Europa del Este, no estableció ningún acuerdo relevante con Brasil, más allá de la promesa de colaborar con el Fondo Amazónico. Una vez más, el patrimonio ambiental brasileño fue utilizado como herramienta de política exterior y para atraer inversiones.

Janja da Silva, Luiz Inácio Lula da Silva y Joe Biden en una reunión en la Casa Blanca en Estados Unidos (Ricardo Stuckert)
China es el mayor socio económico de Brasil desde hace más de una década, con un crecimiento anual de aproximadamente 4,9%, incluso con los efectos de la pandemia y la guerra en Ucrania. El país importa casi un tercio de todo lo que exporta Brasil. Según grupos vinculados a Lula, el presidente viajará a China para restablecer las relaciones con el país, dañadas por las declaraciones de Bolsonaro contra el régimen chino durante la pandemia. Aprovechando la coyuntura, Lula va a negociar créditos de carbono con retorno financiero para Brasil.
EL RIESGO DEL FONDO AMAZÓNICO
El interés extranjero en Amazonía viene de mucho tiempo. Los Estados Unidos ya intentaban ejercer el control sobre la región en el inicio del siglo XX, cuando Brasil y Bolivia deseaban el territorio del estado de Acre, que hoy, gracias al trabajo de la diplomacia de Barón de Río Blanco, Ministro de Relaciones Exteriores, pertenece a Brasil. La agenda ESG ha traído la justificación ideal para los países que quieren detener cierta influencia sobre la Amazonía. A pesar del Brasil lograr preservar unos 60% de su vegetación nativa, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la retórica creada por los países que destruyeron sus patrimonios naturales para desarrollarse, es que la foresta está en riesgo, ardiendo a todo el tiempo. Igualmente se puede decir sobre las emisiones de CO2: Brasil está clasificado en el grupo de países con «bajas emisiones per cápita» (menos de 4 toneladas de CO2 por año por habitante). Además, el Código Ambiental de Brasil es uno de los más riguroso del mundo.
Luchando en contra los hechos, contando con el apoyo de la prensa, de instituciones internacionales y los intereses de otros Estados, Lula se dio cuenta de que la agenda ambiental es tema central para los negocios en la actualidad. Por eso, la creación del Fondo Amazónico tiene el objetivo de “recaudar donaciones para inversiones no reembolsables en acciones de prevención, seguimiento y combate a la deforestación, y promover la conservación y uso sostenible de la Amazonía Legal”, siendo gestionado por el BNDES y aplicados en instituciones interesadas en preservar la foresta y su biodiversidad. La propuesta de gobernanza global sobre el clima y la economía verde a cambio de créditos de carbono representan un gran riesgo para la soberanía del estado y sus recursos naturales, que son propiedad de los brasileños y que deben ser explotados de forma sostenible para el beneficio del país.
Por el contrario, la venta de bonos de carbono y la internacionalización del territorio amazónico le quitarán al país el derecho a la autodeterminación, con la posibilidad de hacer revivir a Brasil en la época colonial, donde todas las riquezas eran explotadas de forma depredatoria y enviadas a la respectivos países, con poco o ningún beneficio económico local, excepto por la entrada de inversión extranjera que, gestionada por el BNDES, podrán ser desviados para otras utilidades, convirtiéndose en la segunda parte de lo que fue uno de los mayores esquemas de corrupción estatal jamás vistos: “Petrolão”.
En suma, en esa modalidad, el dinero público fue utilizado para comprar votos de senadores y diputados para favorecer el trabajo de contratistas en el exterior, cuyos proyectos fueron financiados por el BNDES. Parte de este recurso se utilizó en obras sobrevaloradas, otra parte se revirtió para mantener el gobierno del país beneficiado (en general, una dictadura) y otra parte volvió a los bolsillos de los componentes de los partidos vinculados al esquema corrupto, que alimentaba respaldar el sistema. Así, Lula aprovecha la inmensa selva amazónica para atraer inversiones, sin preocuparse por las consecuencias negativas en el mediano y largo plazo.

Emisiones de CO2 por país en el año 2020 (saberespractico.com)
CONCLUSIÓN
Lula ejerce lo que llamamos Diplomacia Presidencial, que es la centralización de la gestión diplomática bajo el mando del Jefe de Estado. Con su retórica populista y colectivista, el conocido “padre de los pobres”, en su tercer mandato, usará el tema del cambio climático como una de sus principales herramientas políticas para ganar poder de influencia y captación de recursos, mientras defiende, aunque tácitamente, los diversos regímenes dictatoriales.
Lula puede, sí, estrechar los lazos comerciales y las relaciones institucionales con los países vecinos, fortalecer el Mercosur, proponer cambios para el desarrollo regional, para la explotación sostenible de Amazonía y promover la mejora de las condiciones socioeconómicas de la población brasileña, pero el interés nacional debe estar siempre en primer lugar. Bajo ninguna circunstancia se puede admitir apoyo a dictaduras, prejuicios al desarrollo económico o la pérdida de la soberanía absoluta sobre todo lo que se relaciona al territorio amazónico.
NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.
Un artículo muy preciso, sobrio y oportuno sobre uno de los momentos más críticos en términos de riesgo en la historia de Brasil.
Esclarecedor e excelente trabalho!
O relator da matéria, foi muito feliz, em descrever o cenário político da América Latina, na qual o Brasil, é o principal protagonista. Especificou a relação do Brasil com os países vizinhos, muito bem descrito .
Excepcional, esclarecedor, mto bem escrito e muito bem fundamentado. Leitura espetacular! Parabéns pela matéria!
Infelizmente todo o conteúdo desse texto, é a mais pura verdade e pensar que tínhamos um Presidente honesto e foi trocado por uma pessoa sem noção nenhuma de cidadania.
Estamos vivendo tempos muito difíceis.
Que Deus nos proteja