Hasta hace unas pocas semanas, podríamos haber catalogado a Chad como uno de los Estados más consolidados del Sahel. Aunque es cierto que contaba con múltiples debilidades, como la inestabilidad política interna, grupos armados opositores en determinadas áreas fronterizas, una insurgencia yihadista muy activa en la zona del lago Chad, así como la presencia del crimen organizado en su territorio. Sin embargo, a pesar de estos elementos, contaba con cierta estabilidad en comparación con los países que lo rodean. Esto convertía a Chad en protagonista en la región y con importante proyección militar en la zona, gracias a los importantes destacamentos militares integrados en diversas misiones multinacionales como: MINUSMA, el G5 Sahel y la MNJTF.
Sin embargo, la situación ha cambiado notablemente en las últimas semanas. La muerte precipitada del Presidente Idriss Deby, el pasado 20 de abril, mientras combatía para repeler incursión rebelde en el norte del país, puede tener consecuencias impredecibles tanto a nivel interno en Chad, como a nivel regional. En una región tan volátil e inestable como el Sahel, cualquier cambio puede repercutir en el conjunto de la seguridad regional. Hay que recordar que el Sahel actualmente es una de las zonas más conflictivas del mundo, donde el yihadismo avanza con más rapidez.
UN PAÍS DE CONEXIÓN ENTRE EL AFRICANA SUBSAHARIANA Y EL MEDITERRÁNEO
Situado en África Central, en una posición estratégica entre el África Subsahariana y la vertiente mediterránea africana, Chad obtiene su independencia de Francia en 1960. Herencia de este proceso de descolonización, Chad abarca un enorme territorio (su superficie se calcula en 1.284.000 km2), compartiendo fronteras con hasta seis países: Libia, Sudán, República Centroafricana, Camerún y Níger. De la misma manera, el país recibe el nombre del lago Chad, principal fuente de agua en toda la región; siendo el segundo cuerpo de agua más grande de África. El agua un recurso escaso en la zona y necesario para cualquier actividad económica, este factor otorga al lago Chad un carácter estratégico en toda la región.
El Estado de Chad cuenta con características similares a otros países de la franja del Sahel, ostentado uno de los Índices de Desarrollo Humano más bajos del mundo, altos niveles de extrema pobreza muy generalizados entre la población y careciendo de unos servicios públicos mínimos. En relación a la gobernanza, es común la pésima gestión por parte de sus dirigentes, no existiendo un Estado de Derecho efectivo. En el país, existe un escaso cumplimiento de los DD.HH, la corrupción es una práctica habitual, además, cuenta con altas tasas de desempleo, escasas oportunidades de futuro para los jóvenes y su economía es prácticamente de subsistencia (aunque cuenta con importantes recursos minerales, donde destaca el oro y uranio). Finalmente, comentar que Chad padece un fuerte impacto relacionado con el cambio climático y su composición étnica es muy diversa, lo cual impide una fuerte cohesión nacional y social.
Un aspecto importante a tener en cuenta respecto a la seguridad en la región, es la permeabilidad de las las fronteras entre los Estados que conforman el Sahel. Todos ellos caracterizados por tener límites poco definidos en sus fronteras, unido a la imposibilidad de poder trazarlas de manera precisa, ya que abarcan extensas áreas desérticas, pocos núcleos de población (siendo muchos nómadas) y sin apenas accidentes geográficos que puedan servir de referencia para establecerlas. Esta larga extensión de fronteras, sus características naturales y la debilidad institucional de los países de la región (careciendo tanto de personal de seguridad como de material), son claves para entender el poco control que se puede ejercerse sobre ellas, convirtiéndose estos recónditos lugares, en refugios de grupos rebeldes o insurgentes yihadistas.
LA AMENAZA YIHADISTA
Entre las amenazas transfronterizas más destacables que sufre Chad, se encuentran los grupos yihadistas que operan en la región. Estas organizaciones se basan en una versión extremista del Islam, persiguen objetivos transnacionales, rechazan la legitimidad de las fronteras actuales, así como a las autoridades estatales a las que consideran corruptas, infieles y traidores; siendo su objetivo a largo plazo implantar un Califato Islámico. Este objetivo abarcaría todo el Sahel, África Occidental, el Magreb y otros lugares en África que consideran territorio del Islam. Es importante remarcar que los grupos yihadistas consideran a toda la umma (comunidad islámica) su única “patria”, considerando todas las fronteras actuales como artificiales, impuestas por parte de Occidente y de gobiernos apostatas.
Para llevar a cabo sus objetivos, los yihadistas no dudan en hacer uso del terrorismo extremo, la violencia indiscriminada contra civiles, todo tipo de acciones coercitivas y delictivas; destacando su alineamiento con grupos delictivos organizados de carácter transnacional y con la delincuencia local. Además, los grupos yihadistas buscan instrumentalizar los conflictos étnicos o tribales, tan extendidos en la zona, en favor de sus intereses. En la actualidad en África, los grupos yihadistas están logrando un rápido crecimiento5, y en el Sahel en particular. Asimismo, la derrota de Daesh en Oriente Próximo ha acelerado este proceso de expansión en el continente africano, suponiendo en la actualidad el principal foco de yihadismo a nivel global.
Dentro de la Yihad global que pretenden extender grupos terroristas como Daesh o Al Qaeda, se ha producido una descentralización de sus acciones, existiendo en el Sahel varias franquicias regionales que actúan en favor de estas organizaciones. Estos grupos principalmente son: ISWAP (Estado Islámico de la Provincia de África Occidental) y EIGS (Estado Islámico Gran Sahara), que actuarían como filiales de DAESH. Por otro lado se encuentra JNIM (Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes), grupo formado por distintas facciones yihadistas, incluido Al Qaeda del Magreb Islámico, y que actuaría como filial regional de Al Qaeda. JNIM tiene menor presencia en Chad, ya que sus acciones se centran en la denominada “Triple Frontera” entre Malí, Burkina Faso y Níger, aunque en ocasiones se han registrado ataques en Chad.
El tercer grupo yihadista regional es Boko Haram, uno de las organizaciones terroristas más violentas y sanguinarias del mundo, con fuerte presencia en la cuenca del lago Chad. Aunque el grupo en 2015 juró fidelidad a Daesh, en la actualidad, y tras varias escisiones (ISWAP es una escisión de Boko Haram); el grupo actúa de manera autónoma bajo el liderazgo de Abubakar Shekau. En el caso del Chad, los grupos yihadistas se concentran principalmente en la cuenca del lago Chad, cuya ribera comparte con Nigeria, Níger y Camerún. Los principales grupos yihadistas activos en la cuenca del lago Chad serían Boko Haram e ISWAP (Estado Islámico de la Provincia de África Occidental), grandes conocedores del terreno que cuentan con importantes bases en Nigeria, además de refugios en lugares remotos y el apoyo de determinadas tribus, clanes y sectores sociales presentes en la zona.

Como ya se mencionado anteriormente, el lago Chad es la principal fuente de agua en el Sahel, y el uso de este recurso es fundamental para la agricultura, ganadería y pesca. Por lo tanto, es fundamental para la supervivencia de gran parte de la población saheliana. Se calcula que vive, de manera directa e indirecta, del lago Chad una población de 40 millones de personas. El control del agua y los diferentes intereses que existen, han dado lugar a numerosos conflictos por el uso de este bien tan preciado. Por otro lado, el lago Chad está sufriendo los efectos del cambio climático de forma extrema, todo esto unido a una sobreexplotación que ha dado lugar a un descenso alarmante de sus niveles de agua y a una intensificación del conflicto por su control entre diversas etnias y facciones, que se dedican a actividades económicas contrapuestas.
Este hecho, unido a una importante debilidad estatal, es instrumentalizado por los yihadistas que actúan en la zona para lograr adhesiones y apoyos, intensificando sus actividades violentas e incentivando la desafección hacia las autoridades gubernamentales; buscando así ejercer el control sobre la población civil y sus recursos económicos. Para lograr combatir el contrabando y delincuencia transnacional de la zona, se creó en 1994 la fuerza internacional MNJTF, de la que Chad forma parte. En la actualidad, su misión principal se centra en combatir el yihadismo, y su objetivo es coordinar los esfuerzos estatales de los países presentes en la zona, controlando la porosidad de las fronteras y combatiendo con eficacia a los grupos yihadistas, evitando así que logren refugiarse en territorios transfronterizos.
El otro foco de yihadismo que afectaría al país, se sitúa en la extensa frontera con Níger. Las fronteras entre Chad y Níger tienen una larga extensión, en gran parte desértica, concentrándose en esta zona ataques por parte de grupos como EIGS y en menor medida de JNIM. Chad es pieza clave en la lucha contra ambos grupos, ya que aporta un importante contingente militar que forma parte de distintas misiones internacionales que luchan directamente contra estos grupos . Las misiones en cuestión son: MINUSMA (una misión de Naciones Unidas centrada en la estabilización) y el G-5 Sahel, una fuerza regional y apoyada fuertemente por la Unión Europea centrada en el combate directo contra los yihadistas. Esta importante contribución ha situado a Chad, por su fuerte compromiso en ambas alianzas, como objetivo de los yihadistas.

LA INFLUENCIA DE LA INESTABLE LIBIA
Hay que señalar, que todos los Estados con los que tiene frontera Chad padecen conflictos internos, que en muchas ocasiones traspasan las fronteras. Más allá de la amenaza transfronteriza yihadista, la situación de inestabilidad de un país puede terminar afectando a otros, como puede ser el caso de la actual inestabilidad que se vive en Libia. El Estado libio vive en un continuo enfrentamiento civil, casi de manera ininterrumpida, desde la caída de Gadafi en octubre de 2011. Convirtiéndose en una fuente de conflictos que se extrapolan a los países limítrofes, como la insurgencia tuareg en Malí en 2012 y la posterior expansión del yihadismo, o los flujos migratorios hacia Europa. Cabe resaltar, que en las últimas etapas del conflicto que se vive en Libia, se ha incrementado el papel de terceros países como Turquía y Rusia, principalmente, apoyando a facciones enfrentadas. Esta interferencia en el conflicto resulta un indicador de cómo potencias exteriores al continente pretenden ejercer y extender influencias en África.
Ya durante la dictadura de Gadafi, Libia ejerció gran influencia en África, especialmente en el Sahel. Atrajo una importante mano de obra subsahariana para trabajar en la industria del petróleo, impulsó la creación de la Organización para la Unidad Africana (actual Unión Africana), contrató mercenarios de diversas nacionalidades africanas para reforzar unidades militares y acaparó gran número de armas en sus arsenales, que en muchos casos fueron distribuidas en distintos conflictos armados. Tras la muerte del Coronel, los depósitos de armas fueron saqueados, exportándose sin control estas armas por gran parte de África; dando lugar al incremento y reactivación de conflictos, como el mencionado conflicto tuareg o el crecimiento del terrorismo yihadista. El papel de Libia siempre ha tenido gran repercusión en la idiosincrasia de Chad. Parte de los conflictos históricos que ha padecido Chad, han provenido de su frontera norte. Desde la Guerra de los Toyotas en los años 80´, hasta diversas incursiones de grupos rebeldes en 2008, 2019; hasta el pasado 11 de abril de este mismo año, se han originado en Libia.
LA PRECIPITACIÓN DE LOS ACONTECIMIENTOS
Sin embargo, y pese a la inestabilidad regional, Chad si cuenta con dos elementos diferenciadores respecto a sus vecinos que lo dotaban de cierta estabilidad. Por un lado, tiene unas Fuerzas Armadas ciertamente operativas, fiables, eficaces y mejor equipadas si las comparamos con las fuerzas armadas de los países vecinos. Su compromiso y doctrina, muy asistida por Francia, han convertido a las fuerzas chadianas en eje fundamental de la lucha contra el yihadismo regional. Además, Chad contaba anteriormente con un denominado “hombre fuerte”, como era Idriss Deby. Un presidente autoritario, veterano en el cargo (accedió al poder en 1990, tras un golpe de Estado), polémico y criticado por varios sectores nacionales e internacionales por la dura represión política que ejercía sobre la oposición interna. Sin embargo, Deby mantenía al país unido en la frágil situación del Sahel, combatía de manera contundente y comprometida el yihadismo, lo que le había convertido en el aliado indispensable de parte de la Comunidad Internacional (principalmente de Francia) para intentar lograr cierta estabilidad y pacificación en la región.

Su muerte se produjo tras su reelección el pasado 11 de abril, en unos comicios celebrados sin ninguna garantía democrática y fuertemente rechazados por la oposición. Deby, antes de los comicios, había emprendido una fuerte campaña de represión contra todo movimiento opositor, censurado gran parte de las candidaturas, por lo cual la oposición quedaba anulada de facto. El mismo día de los comicios, en un clima de protesta y rechazo por parte de la oposición, se produce en el norte del país una incursión militar proveniente de Libia, por parte de un grupo denominado Frente por la Alternativa y la Concordia de Chad. Este grupo aglutina a distintas facciones opositoras, grupos étnicos enfrentados con el clan de Deby, que habrían podido llegar a 300 kilómetros de D’jamena (capital de Chad), donde se produjeron los combates que terminaron con la muerte de Deby.
El apoyo galo al fallecido presidente, le ha valido un rechazo de las alternativas políticas a Deby, cuyos representantes acusan a Francia de expoliar los recursos del país sin importarle los abusos de poder del anterior presidente, ni su enriquecimiento particular y familiar. Francia considera a Chad como uno de sus principales aliados regionales, priorizándolo en su agenda exterior, manteniendo así relaciones privilegiadas con Chad y una importante presencia militar en el país. Asimismo, la Unión Europea apoyaba sin fisura al fallecido líder, muestra de ello fue la presencia del Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores Josep Borrell, junto a Emmanuel Macron en el funeral del líder chadiano. Este apoyo unánime occidental al fallecido presidente y su presencia en el funeral, es muestra de cómo Deby era un importante aliado y una pieza elemental para Occidente en el “tablero saheliano”.

El anteriormente mencionado, Frente para la Alternativa y Concordia de Chad ha sido partícipe del conflicto libio, siendo una facción favorable, alineada y establecida en territorio controlado por el LNA, dirigido por el Mariscal Hafter (el cual está apoyado principalmente por Rusia). Gracias a los acuerdos de alto el fuego permanente auspiciados por la ONU el pasado otoño, en los que una de sus cláusulas abogaba por la salida de las fuerzas mercenarias en Libia. Esto explicaría, en parte, esta ofensiva rebelde desde territorio libio. Aunque no es un factor determinante pero si relevante, hay que tener en cuenta el apoyo de Rusia a Hafter. Este factor de apoyo, ha podido beneficiar e impulsar al FACT a iniciar la ofensiva en Chad. Finalmente, las fuerzas del FACT se han mostrado muy compactas, experimentadas e instruidas, logrando importantes avances en sus primeras acciones.
Es una realidad que Rusia está expandiendo su influencia en África, y su presencia ya es notoria en varios países donde prestan asistencia militar, alcanzando importantes acuerdos comerciales y militares. Entre estos países se encuentra la República Centroafricana (país fronterizo al sur con Chad), por lo que Rusia quizás no vería con malos ojos un cambio de régimen en Chad más favorable a sus intereses tendientes a unificar sus áreas de influencias, que ya ejerce en Libia con su presencia en el centro de África. Es llamativo como en las protestas en Chad, ya se han visto manifestantes con banderas rusas, al igual que ocurriera el pasado agosto en el golpe militar, protestas y altercados ocurridos en Malí. Esta influencia contaría con cierto respaldo social, con la intención de disminuir el poder de las potencias occidentales o como muestra de rechazo a la influencia francesa, antigua potencia colonial.
No deja de ser llamativo como se ha producido la muerte del dictador chadiano, de una manera “casi épica” luchando contra sus enemigos. Pero lo cierto es que Deby siempre se había sentido un militar, era habitual su presencia en operaciones militares, como por ejemplo contra Boko Haram meses atrás, vistiendo uniforme militar en numerosos actos o arengando al ejército. Su carácter castrense, se había extrapolado a su manera de ejercer la política, gobernando Chad como si de un cuartel militar se tratara. Tras la muerte del dictador y en contra de los cauces constitucionales que establecen un periodo de 90 días para convocar elecciones, se constituyó un Consejo Militar de Transición dirigido por Mahamat Idriss Deby, hijo del presidente fallecido. Este Consejo se ha otorgado un mandato de 18 meses para convocar nuevas elecciones. Una medida que ha sido calificada como un Golpe de Estado por parte de la oposición.

En el centro, el fallecido dirigente Idriss Deby sosteniendo la mano de su hijo Mahamat a la derecha. (AFP).
Tras lo cual, de manera unilateral disolvió el Gobierno, así como el Parlamento; lo que dio lugar a que se iniciarán protestas con mayor repercusión y alcance que las anteriores. Este agravamiento de la situación ha provocado ya decenas de muertos en diferentes altercados con las fuerzas del orden. Desde la perspectiva de gran parte de la Comunidad Internacional, se teme que la incursión del FACT, así como las protestas interiores, puedan producir un desvío de los efectivos chadianos que luchan contra el yihadismo y que estos sean destinados a hacer frente a estas nuevas amenazas. Este hecho podría ser aprovechado por los grupos yihadistas, muy hábiles en esta situación de caos, para expandirse y fortalecerse aún más, con las evidentes consecuencias que eso tendría para la seguridad regional.
El nuevo panorama planteado, ha disparado todas las alarmas internacionales, sobre todo europeas, observando como la muerte de Deby puede generar aún más inestabilidad en una zona especialmente vulnerable y volátil como el Sahel, un lugar considerado “Frontera Avanzada” por la Unión Europea y prioritario en su Agenda Exterior. Para conseguir frenar las protestas, lograr cierta paz social y hacer frente al FACT, el Consejo Militar de Transición ha abierto las puertas del Gobierno a ciertos sectores opositores y ha declarado una amnistía parcial. De esta forma pretende evitar un mayor debilitamiento, desgaste o caída del régimen chadiano. Pero lo cierto es que hay sectores de la oposición que califican al CMT de golpista y califican de insuficientes las acciones emprendidas, convocando nuevas manifestaciones y protestas.
Actualmente, la situación es confusa sobre el terreno, han surgido nuevas noticias de ataques yihadistas en el lago Chad y la frontera con Níger, así como una fuerte ofensiva del ejército contra el FACT. Sin embargo, solo el tiempo y la voluntad de todos los actores políticos podrán mostrar si la muerte de Deby fue una catástrofe para una región, ya de por sí muy castigada, o puede ser una oportunidad para lograr un Chad y Sahel mejor para sus gentes.
FUENTES CONSULTADAS:
-Losada Fernadez, Angel. “El Sahel: un enfoque estratégico”. Real Instituto Elcano. ARI95/2018. 2708/2018.
-Morales González, José Alberto. “Fuerza Multinacional Conjunta contra Boko Haram”. IEEE. Documento Opinión IEEE 130/2017. 25/12/2017.
-Naranjo, José. “El Presidente de Chad muere en un combate a las pocas horas después de ser reelegido”. Periódico El País. 20/04/2020.
-Pérez, Carlota. “La fiebre del oro en el Sahel: la gran oportunidad de los yihadistas”. Atalayar. 24/05/2020.
-Sánchez Gómez, Jairo. “El impacto del terrorismo en el lago Chad: crisis humanitaria y políticas necesarias”. IEEE. Documento opinión 22/2021. 23/02/2021.
-Summers, Marta. “Boko Haram e ISWAP: dos caras de la misma moneda”. Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo. Documento 14/2020. 28/05/2020.
-www.exteriores.gob.es/Chad.
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