No es novedad que la situación en América Latina en general seguirá siendo compleja este 2022, teniendo además como antecedentes históricos los niveles de pobreza que se han incrementado por la situación de la pandemia, la desigualdad social, la extrema violencia que afecta a los ciudadanos, en parte por el alto nivel de narcotráfico, el nepotismo y la corrupción dentro de los poderes de Estado y las violaciones a los Derechos Humanos
Todas estas características están contenidas y mayormente desarrolladas en el Índice de Riesgo Político del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Chile (CEIUC), existen 10 riesgos políticos para este año: el cambio climático y la escasez hídrica, las protestas sociales y la violencia, la erosión democrática, la crisis migratoria, las economías ilícitas, la polarización política, la baja en la inversión extranjera, el auge de China, los ciberdelitos y la irrelevancia que pueda tener la región en comparación a otras zonas del planeta.
Si hacemos un doble click en lo referido a economías ilícitas particularmente en América Central, en 2021 hubo un récord de 248 toneladas de droga decomisadas de países centroamericanos: 200 de cocaína y el resto, en gran parte, marihuana. Este fenómeno se explica en gran parte por el aumento de la producción de las drogas, un mayor almacenamiento de stock de ellas durante la pandemia y la apertura de nuevos mercados en Europa.
Siguiendo con el tema económico, el Balance Preliminar de las Economías que desarrolló La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyectó que la región desacelerará su crecimiento llegando a un 2,1% este año, teniendo en cuenta que en 2021 el crecimiento fue de un 6,2%. ¿Cómo se explica este fenómeno de desaceleración? Textualmente el informe detalla que lo que existe es un contexto de “importantes asimetrías entre los países desarrollados, emergentes y en desarrollo sobre la capacidad de implementar políticas fiscales, sociales, monetarias, de salud y vacunación para una recuperación sostenible de la crisis desatada por la pandemia de COVID-19”.
En palabras del vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y El Caribe, Carlos Felipe Jaramillo, la región tiene el desafío inmediato de recuperarse económicamente y para ello es urgente la reactivación del sector privado para hacerlo dinámico nuevamente impulsando el empleo y la productividad a través de la innovación; bajar los niveles de endeudamiento público, recuperar el terreno de la educación azotada por la pandemia y proteger el medioambiente a través de una economía sustentable. “La gran tarea del 2022 será consolidar la recuperación económica de la región y sentar las bases de un crecimiento más incluyente y verde. La crisis ha dejado secuelas, pero también abrió nuevas oportunidades”, afirmó Jaramillo.
En temas de transparencia, la región está muy estancada y los índices referidos a América Central y El Caribe siguen siendo desoladores. El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional detalla que la lucha contra la corrupción “se encuentra en su nivel más bajo en un momento en que el autoritarismo se apodera de Nicaragua y amenaza a El Salvador”. Guatemala, Honduras, Nicaragua, Venezuela han caído considerablemente.
Todo esto sumado a lo que se ha acrecentado en los últimos años en América Central y El Caribe, como la crisis de confianza en las instituciones, los discursos populistas y el autoritarismo desbordado de los gobernantes, como lo que sucede con Daniel Ortega en Nicaragua, Nayib Bukele en El Salvador o Miguel Díaz-Canel en Cuba.
Xioamara Castro tomando posesión de su cargo en Honduras (BBC News)
Por el momento todas las fichas están puestas en el discurso de cambio esperanzador de la Presidenta de Honduras, Xiomara Castro, quien se convirtió en la primera mujer en la historia del país en alcanzar ese puesto. Hay una enorme expectativa con Castro, no solamente por concluir los 12 años del Partido Nacional en el poder, sino que también por sus grandes promesas de campaña que buscan generar un cambio profundo en la calidad de las instituciones estatales, recuperar la confianza ciudadana en ellas y combatir fuertemente la corrupción y la violencia desatada.
Más ahora que encarcelaron al ex mandatario hondureño Juan Orlando Hernández tras ser acusado de formar parte de una conspiración desde el 2004 que transportó más de 500.000 kilogramos de cocaína a través de Honduras con destino a EE.UU.
Sin duda que América Central y El Caribe, y América Latina en general, está sumida en una fatiga democrática a causa de la baja confianza en las instituciones y sus gobernantes y por tanto, descontento social que se expresa en la calles, y altos niveles de incertidumbre acrecentados por la pandemia. Son aguas turbulentas las que se navegarán este 2022 si no existe capacidad de hacer frente a los discursos anti migrantes y populistas. La misión es volver a conectar con la ciudadanía y que esta crisis se transforme en una oportunidad real de cambio en la región.
NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21
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