UCRANIA Y LA UNIÓN EUROPEA, UN NECESARIO CAMINO POR RECORRER
Después de dos años desde que Rusia comenzara la invasión a gran escala sobre Ucrania, en Bruselas aún quedan demasiadas incógnitas sobre la adhesión de Ucrania a la Unión Europea. Con la guerra como telón de fondo, la decisión de la UE de abrir negociaciones con Ucrania, junto con el apoyo financiero y militar que se le ha brindado, ya subrayan un enorme compromiso tanto con el pueblo ucraniano como con los valores fundamentales de la UE. En esta situación, la integración de Ucrania en la UE no solo es un movimiento estratégico, sino también un imperativo moral. La invasión de Rusia representa un desafío a los ideales mismos sobre los que se construye el proyecto europeo, obligando así a la Unión Europea a reafirmar su compromiso con la democracia, los derechos humanos, la libertad y el estado de derecho, principios que están siendo atacados.
Sin embargo, aún suenan voces discordantes que no parecen tener ninguna intención de querer apoyar a Ucrania, y mucho menos de impulsar su adhesión a la UE. Y es que, además de la retórica putinista de líderes europeos como el húngaro Orbán o el eslovaco Fico, hay otros que, sin llegar a esos extremos, dudan de los beneficios de integrar a Ucrania incluso una vez ganada la guerra. Dejando de lado, sólo por un momento, la moralidad de esta decisión, es importante destacar que la ampliación de la UE tiene beneficios no solo para los países que se incorporan, sino también para toda la Unión.
MOTIVOS DE PESO PARA LA ADHESIÓN DE UCRANIA A LA UNIÓN EUROPEA
En primer lugar, tiene el potencial de mejorar nuestra seguridad energética por la posición geográfica de Ucrania, clave para el suministro energético. Al integrar a Ucrania en la UE, la Unión obtiene acceso a rutas energéticas que pueden diversificar sus fuentes de energía mientras se completa la transición ecológica, reduciendo la dependencia de proveedores únicos y mejorando la seguridad energética de todos los Estados miembros en un momento en el que el suministro energético se ha convertido en un arma de guerra.
Además, la integración de Ucrania abre las puertas a un sinfín de oportunidades económicas para ambas partes. Con su fuerza laboral cualificada y sus recursos agrícolas, Ucrania es un socio ideal para la Unión Europea. La integración en el mercado común europeo facilitaría el comercio y las inversiones, generando muchas oportunidades para las empresas europeas e impulsando el crecimiento económico tanto en Ucrania como en los Estados miembros de la UE.
Finalmente, se fortalecería la cooperación en materia de seguridad y defensa a través de una mayor colaboración militar. La UE puede apoyar las capacidades de defensa de Ucrania al tiempo que refuerza su propia infraestructura de seguridad. Este marco de seguridad colectiva promueve la estabilidad y refuerza el papel de la UE como proveedor de seguridad regional, disuadiendo las amenazas externas y salvaguardando los intereses de todos los Estados miembros.
A pesar de los muchos beneficios, es evidente que muchas de las dudas que genera la posibilidad de que Ucrania entre en la UE tienen un fundamento, y este no debe tomarse a la ligera. El progreso de Ucrania hacia la membresía en la Unión Europea requiere un compromiso continuo con sus reformas, especialmente en materia de gobernanza y lucha contra la corrupción, pero no solo. Esto es fundamental como requisito previo para la adhesión pero también como testimonio de la determinación de Ucrania de cumplir con los altos estándares de la UE. El proceso de reforma, que ya ha comenzado con el apoyo de las instituciones europeas, es una señal de que ambas partes están decididas a superar juntas los desafíos existentes. Esta dinámica sienta las bases de un futuro en el que la membresía de Ucrania esté construida sobre unos valores y compromisos compartidos.
UN ESFUERZO BIDIRECCIONAL
Pero a medida que Ucrania avanza con sus esfuerzos de reforma, es fundamental que la Unión Europea haga lo mismo. Actualmente, la UE tiene demasiadas limitaciones a la hora de tomar decisiones, especialmente en aquellos ámbitos en los que los Estados miembros conservan el poder de veto. Con la perspectiva de la adhesión de Ucrania, por no hablar del resto de países que siguen esperando poder pertenecer a la Unión, estos desafíos podrían intensificarse.
Es urgente que la Unión Europea empiece su propio proceso de reforma institucional. El debate acerca de qué va antes, la reforma o la ampliación, ya no tiene cabida. Ambos han de ir de la mano si la UE quiere demostrar un compromiso firme con Ucrania. Seguir postergando esta decisión solo puede llevar a una pérdida de credibilidad como actor geopolítico.
Ucrania deberá ganar la guerra, pero también deberá ganar la paz, y en ambos desafíos la Unión Europea juega un papel fundamental. En tiempos en los que el apoyo estadounidense podría disminuir, o incluso desaparecer, apoyar a Ucrania es tanto un imperativo estratégico como una obligación moral.
NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.