El 20 de marzo de 2023 se cumplieron 20 años de la invasión estadounidense en Irak. Se trata de un país ubicado en el centro de Oriente Medio compartiendo fronteras con Irán, Kuwait, Arabia Saudí, Jordania, Siria y Turquía. Su ubicación hace que sea un territorio muy interesante a nivel geoestratégico. Durante muchos años, Irak ha hecho de estado tapón para frenar la influencia de Irán en la región. Pero la invasión estadounidense cambió el statu quo del país.
INICIO DEL SADRISMO
Desde 1979 hasta 2003 Irak vivió bajo la dictadura de Saddam Hussein, quién aprovechó su posición de poder para favorecer y apoyar a la comunidad sunnita, y por el contrario llevar a cabo una represión dura especialmente hacia los kurdos y los chiitas. Una de las características de Irak es que es un país musulmán de mayoría chiita, pero con presencia de kurdos y sunnitas. Pero durante la dictadura, la mayoría chiita vivió bajo la tiranía de una minoría.
Durante la represión al chiismo surgió el Movimiento Sadrista. La familia Sadr desempeñó un papel crucial como principales referentes de la sociedad chií del país, tanto a nivel religioso como político. Fueron capaces de estructura el descontento de las partes marginalizadas de la sociedad. También fueron un foco de resistencia a las políticas baazistas, y a la vez dotaron de servicios a las poblaciones más pobres.
Este papel vertebrador del chiismo iraquí tuvo como consecuencia una represión directa hacia los miembros de la familia Sadr. En 1980 Muhammad Baqir al Sadr fue asesinado, era filósofo y pensador chií y fundador del Partido Islámico Dawa. Posteriormente, en 1999 el Gran Ayatolá Muhammad Muhammad Sadiq al Sadr también fue asesinado. Ambos eran familiares del que posteriormente será el líder del Movimiento Sadrista.
INVASIÓN ESTADOUNIDENSE
Con la caída de Saddam Hussein, se abrió una ventana de oportunidad para los movimientos políticos chiitas. Algunos se declararon nacionalistas, mientras que otros se abrieron a la influencia de Irán. El gran temor de Estados Unidos era que Irak cayera bajo la influencia de Irán.
Durante la guerra de Irak (2003), Muqtada al Sadr construyó su imagen pública y asumió el papel de liderazgo del Movimiento. Para sus seguidores, era un líder legitimado ya que su familia había estado dos veces santificada por martirio y además habían apoyado a la Revolución Islámica y se habían opuesto al régimen de Saddam.
Muqtada al Sadr fue uno de los líderes de la insurgencia más relevantes. Mantuvo su oposición a la ocupación estadounidenses y abogó por la creación de un Estado central fuerte y una sociedad islámica. En junio de 2003 creó el Ejército del Mahdi para respaldar sus actividades públicas, pero también para enfrentarse al ejército estadounidense. Junto a este discurso beligerante, el sadrismo se autoproclamó protector de millones de iraquíes chiitas y continuó proveyendo de servicios y trabajo allí dónde el Estado no llegaba.
En 2004, al Sadr declaró la yihad contra los miembros de la Coalición, liderada por Estados Unidos y se hizo con el control de varias ciudades. Especialmente, se hizo fuerte en uno de los suburbios de Bagdad que se pasó a denominar Ciudad Sadr.
EL MOVIMIENTO SADRISTA COMO ACTOR DE LA POLÍTICA IRAQUÍ
A posteriori de los enfrentamientos de 2004, el sadrismo realizó un viraje hacia la acción política. En diciembre, participaron en una coalición de grupos chiíes que se presentaba a las elecciones parlamentarias. La coalición obtuvo la victoria y permitió al Movimiento acceder a los recursos del Estado y pudo ampliar y fortalecer su base social.
El Movimiento estuvo ligado al Gobierno hasta 2007. Apoyó al primer ministro Nuri al Maliki y varios miembros sadristas fueron ministros. Pero la tensión entre sunnitas y chiitas fue creciendo hasta estallar entre 2006 y 2007 en una violencia sectaria generalizada en el país. El Ejército del Mahdi se enfrentó a las milicias sunníes, pero fueron acusados de avivar los enfrentamientos. Asimismo, las diferencias entre los miembros de la coalición también se acentuaron.
A la par que internamente el Movimiento se iba disgregando, Irán iba ganando cada vez más influencia a través del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak. Esta influencia fue la causante de la ruptura entre los movimientos políticos chiíes, ya que el sadrismo se oponía de manera frontal a la influencia iraní.
En 2008 se disolvió el Ejército del Mahdi, y Muqtada al Sadr condenó todo acto de violencia, ya que su imagen pública y la del Movimiento se estaba viendo resentida. Transformó el Ejército en una organización no violenta destinada a tareas civiles.
En un momento de tensión en el país entre las dos ramas del Islam, pero también dentro del seno del chiismo, el Ayatolá Ali al Sistani se convirtió en la cabeza religiosa del chiismo iraquí de manera indiscutida e incuestionable. Es por ello, que en 2011 Muqtada al Sadr decidió retirarse a Irán para realizar estudios teológicos y así compensar su falta de autoridad religiosa.
La expansión de DAESH volvió a cambiar todo el panorama en Irak. En 2016 Muqtada al Sadr decidió volver a organizar el Ejército del Mahdi bajo el nombre de Saraya al Salam para combatir la expansión territorial de DAESH. A su vez, en ese mismo año, Muqtada al Sadr lideró la oposición en contra del primer ministro convocando una manifestación de un millón de personas. Protestaban por la corrupción en Irak y el fracaso del gobierno para reformar el país. La manifestación fue considerada una de las más masivas de la historia moderna de Irak.
SADRISMO EN LA ACTUALIDAD
En 2017 DAESH fue derrotado y se recuperaron las ciudades que estaban bajo control del califato. Aunque no hay que olvidar que no fue una derrota definitiva, ya que aún hay presencia de células en el noroeste y centro del país. Durante este período, el Movimiento sadrista empezó a cooptar los principales puestos en las instituciones estatales no elegibles, pero imprescindibles para el desarrollo cotidiano de la política.
Solamente un año después, el Movimiento sadrista obtuvo la victoria en las elecciones parlamentarias. Pero debido a la situación del Gobierno, en 2019 se convocaron protestas masivas que provocaron la dimisión del primer ministro y que dejaron 550 muertos. En octubre de 2021 se volvieron a celebrar elecciones y volvió a ganar el bloque sadrista, pero no con la mayoría suficiente para poder gobernar.
Como consecuencia de esta falta de mayoría junto a la falta de consenso entre los distintos grupos políticos, Irak se vio sumido de 2019 hasta 2022 en una parálisis política y una incapacidad para formar gobierno.
Según la Constitución iraquí aprobada en 2005, hay un reparto de las cuotas de poder entre las distintas comunidades, imitando al modelo libanés. De esta manera, el presidente de Irak tiene que ser un kurdo, el primer ministro un chiita y el presidente del parlamento un sunita.
Por el lado kurdo, las dos principales formaciones estaban totalmente divididas y sin llegar a un consenso con relación al candidato para ser presidente. Pero sin un presidente, no es posible designar a un primer ministro. Pero a su vez, las facciones chiitas también estaban totalmente enfrentadas y tampoco eran capaces de llegar a un acuerdo.
En junio de 2022, Muqtada al Sadr decidió agitar el tablero político retirando los escaños del Movimiento y dejando al grupo político opositor con la mayoría absoluta y la potestad para elegir primer ministro. Los grupos chiitas opositores se habían organizado bajo el llamado Marco de Coordinación, una coalición respaldada por Irán y sus aliadas.
El Marco de Coordinación propuso como su candidato a Muhammad Shia al Sudani. Debido a su lealtad con Irán es un político mal visto por los sadristas. La designación de al Sudani como candidato desencadenó una serie de protestas masivas tanto de leales a Muqtada al Sadr como de leales al Marco de Coordinación. Los manifestantes sadristas invadieron el hemiciclo y el patio exterior, y asaltaron la Zona Verde. Querían demostrar que, aunque habían retirado los escaños, no se iban a quedar de brazos cruzados permitiendo la elección de un candidato proiraní
En agosto y como consecuencia de los enfrentamientos entre las milicias, Muqtada al Sadr anunció que se retiraba de la política y que cerraba todas las instituciones afiliadas al movimiento. Este anunció desencadeno una nueva oleada de protestas. Durante este período, Muqtada al Sadr había estado abogando por la disolución del hemiciclo y la convocación de nuevas elecciones, pero el Marco de Coordinación se oponía.
En septiembre se creó una mesa diálogo como vía para desencallar la situación política y el presidente del parlamento, Mohamed al Halbusi, presentó su dimisión, pero esta no fue aceptada. Las protestas masivas de junio y agosto dejaron 30 muertos. Los dirigentes sabían que el país no podía seguir en esta dirección de tensión y violencia.
Finalmente, en octubre de 2022 Abdul Latif Rashid, kurdo, fue elegido presidente de la República. Rashid designó a Muhammad Shia al Sudani, candidato del Marco de Coordinación, como primer ministro, quién fue aprobado por el Parlamento. De esta manera se finalizó con el bloqueo político que el país llevaba sumido desde 2021.
La designación y aprobación de Muhammad Shia al Sudani como primer ministro muestra el cambio de tendencia en Irak. Antes de la invasión estadounidenses y durante la dictadura de Saddam Hussein, Irak era un país aliado de Estados Unidos y dónde la corriente dominante era el sunismo, en confrontación directa con los chiíes y por tanto Irán. Saddam Hussein hacía de garante de esta estabilidad, y contrarrestaba la influencia de Irán. Con la invasión estadounidense y la caída de Saddam Hussein, esta estabilidad viró. En la actualidad Irak es un país totalmente amigo e influenciado por Irán. Muqtada al Sadr, claro opositor al chiismo proiraní ha salido perdiendo con este nombramiento. Pero no hay que olvidar que es el partido mayoritario e influyente de Irak.
NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.
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