La escalada retórica por parte de Rusia ha provocado que los fantasmas del conflicto nuclear lleguen a nuestros hogares, algo que no sucedía desde la crisis de los misiles de Cuba en 1962. Polonia ha puesto sus bases aéreas a disposición de la OTAN para incorporarse al programa de compartición nuclear, un programa que permite a países no nuclearizados albergar armamento nuclear y que no ha estado exento de críticas por parte de terceros estados.
La incapacidad de controlar en su totalidad, los territorios anexados recientemente, así como la demostración de capacidades ucranianas para atacar infraestructura crítica rusa (véase el claro ejemplo del puente de Kerch), han provocado que Rusia eleve su retórica y amenace con escalar el conflicto a lo nuclear, algo que ha puesto en alerta máxima a Occidente y al mundo entero dado el crítico momento p
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