EL SALVADOR, UN NUEVO PANORAMA CON BUKELE

por | Mar 11, 2023

Las maras se han asociado a El Salvador desde hace décadas. Todos los gobiernos han tenido que establecer algún tipo de relación con estas en busca de una mayor seguridad en las calles del país. Sin embargo, hasta la actual “guerra contra las pandillas” del hoy presidente Nayib Bukele, ningún proyecto parece haber tenido éxito […]

Las maras se han asociado a El Salvador desde hace décadas. Todos los gobiernos han tenido que establecer algún tipo de relación con estas en busca de una mayor seguridad en las calles del país. Sin embargo, hasta la actual “guerra contra las pandillas” del hoy presidente Nayib Bukele, ningún proyecto parece haber tenido éxito en ese sentido. 

 


 

La historia contemporánea de El Salvador no es precisamente una historia de estabilidad política, prosperidad económica y bienestar social. La denominada República Cafetalera se vino abajo en 1931 como consecuencia de una grave situación económica. Se inició, en ese momento, una dictadura militar que se prolongaría durante casi medio siglo y que desembocaría en 1979 en una sangrienta guerra civil. Huyendo del conflicto armado, los salvadoreños emigraron en masa a EEUU en busca de refugio. Muchos se establecieron en California, estado del suroeste del país i fronterizo con México. Es ahí donde, mientras en El Salvador se masacraban entre los dos bandos nacionales, surgió el fenómeno pandillero conocido como las maras. Durante la década de los 80, estas pandillas lograron hacerse un sitio en unas calles californianas repletas de bandas mexicanas.

Guerra Civil de El Salvador 1979-1992 (Giuseppe Dezza, BBC). Fuente BBC.

En 1992, después de 12 años de guerra civil, se firmaron los Acuerdos de Paz cuya pretensión era alcanzar una cierta estabilidad política, social y económica en el país. Se abría, entonces, un nuevo período democrático con esperanzas renovadas. Sin embargo, con el fin del conflicto en El Salvador, EEUU no estaba dispuesto a hacerse cargo de los delincuentes y pandilleros salvadoreños. Así que decidió llevarlos de vuelta a su país de origen. En consecuencia a dichas deportaciones, las maras, que hasta ese momento habían estado afincadas solamente en California, se establecieron, también, en El Salvador. Eso fue a principios de la década de los 90. Desde entonces y hasta que el actual presidente, Nayib Bukele, declaró “la guerra” a las pandillas en marzo de 2022, estas lograron adueñarse de las calles del pequeño estado centroamericano como si de una mafia se tratara: extorsionando a los comerciantes locales, pactando con las administraciones, cometiendo crímenes por doquier, etc. En pocas palabras, hicieron de El Salvador uno de los países más violentos e inseguros de todo el planeta.

La estética común de las maras en El Salvador (Infobae). Fuente: InfoBae

El poder político y las maras

Hasta la llegado a la presidencia de Bukele y su nuevo partido en 2019, El Salvador democrático estuvo marcado por el bipartidismo. El espectro político de derechas estaba representado por Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), que gobernó durante 20 años, y el de izquierdas, por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que se mantuvo en el poder durante una década. A lo largo de sus mandatos, ambas formaciones se vieron obligadas, dada la enorme y relevante presencia de las pandillas en el país, a ejecutar un conjunto de acciones que contribuyeran a frenar la continua ola de delincuencia y violencia. Cada una empleó sus propias estrategias basadas en creencias distintas, pero, al final, ambas obtuvieron unos resultados bastante semejantes.

Desde ARENA se impulsaron distintas fases del Plan «Mano Dura» durante la primera década de los años 2.000. Con este proyecto, como su propio nombre indica, se implementaron medidas más coercitivas contra las maras y sus acciones: capturas masivas, leyes más severas, violencia policial… La consecuencia derivada de dichas actuaciones fue un importante incremento de la tasa de homicidios. Las pandillas reaccionaron con mayor violencia y belicosidad a los nuevos movimientos gubernamentales. En 2009, ARENA perdió, por primera vez en democracia, las elecciones presidenciales.

Francisco Flores (ARENA), presidente de El Salvador entre 1999 y 2004 e impulsor del Plan “Mano Dura” (elsalvador.com). Fuente: Histórico El Salvador.

Ya con el FMLN en el poder, salieron a la luz una serie de negociaciones que el gobierno de Mauricio Funes había llevado a cabo con las pandillas en 2012. La opinión pública no podía creer que el gobierno hiciera tratos con los grupos que tanto daño provocaban a los salvadoreños y la administración se resistía a admitirlo. Sin embargo, durante 15 meses, la tasa de homicidios en el país bajó bruscamente en lo que ha pasado a denominarse la tregua entre pandillas. Ahora bien, dicha tregua no fue completa. Aunque se redujo el número de asesinatos, las extorsiones y el crecimiento de las maras no cesaron. La población seguía sintiendo inseguridad en las calles. A mediados de 2013 se rompió la “tregua” y se incrementaron, de nuevo, las muertes violentas. En las presidenciales de 2014 volvió a ganar el FMLN, pero, esta vez, con un escaso margen.

Nayib Bukele

En 2019, después de pasar por las alcaldías de Nuevo Cuscatlán y de San Salvador, llega a la presidencia Nayib Bukele con Nuevas Ideas, una formación creada ad hoc, y con un discurso que intenta alejarse de las élites políticas del país. Bukele reclama, por ejemplo, una mayor independencia de El Salvador con respecto a naciones externas como EEUU, quiere convertirlo en destino turístico, busca alcanzar una mayor seguridad en las calles, apuesta por una rápida digitalización en todos los ámbitos e, incluso, adopta el bitcoin como moneda de curso legal. En su primer discurso en la ONU como presidente del país ya expuso, para asombro de todos, su concepto de nueva política.

El “selfie” de Nayib Bukele en su primera intervención en la ONU y que publicó en Twitter (Diario de Mallorca). Fuente: Diario de Mallorca.

Después de tres años de mandato, las acciones llevadas a cabo por el gobierno de Bukele no han pasado desapercibidas. La evolución de su apuesta por el bitcoin es narrada continuamente por medios internacionales; Para fomentar el turismo y dar a conocer las playas de El Salvador ha impulsado el proyecto Surf City; Ha iniciado la construcción del Aeropuerto del Pacífico; Ha puesto en marcha una campaña de transformación digital en la educación… Sin embargo, a pesar de la controversia generada por cada una de estas actuaciones, su lustro como presidente de El Salvador será recordado, sobre todo, por su peculiar e intensa lucha contra las pandillas del país.

Bukele y el poder fáctico de las pandillas

La relación de Nayib Bukele con las maras parece ser que se inició durante la campaña por la alcaldía de San Salvador a finales de 2014. En ese momento Bukele pertenecía al FMLN, era el actual alcalde de Nuevo Cuscatlán (pequeño municipio de unos 8.000 habitantes) y preparaba su candidatura a la alcaldía de la capital salvadoreña. Justamente en los inicios de la campaña a la alcaldía de San Salvador, él y su equipo advirtieron las diferencias existentes entre la candidatura de un municipio y la de la principal ciudad del país. Así, durante los meses previos a las elecciones, el equipo de campaña de Bukele se percató de las limitaciones del poder político en la urbe como consecuencia de la autoridad de los poderes fácticos, las maras. Por poner un ejemplo, para poder acceder a algunas zonas concretas en campaña, se requería el beneplácito de estos pandilleros.

Nayib Bukele recibiendo la alcaldía de San Salvador (elsalvador.com). Fuente: Histórico El Salvador

Debido al relevante peso de las pandillas en la ciudad, el equipo de Bukele decidió iniciar conversaciones con estas. En marzo de 2015, Nayib Bukele ganó la alcaldía de San Salvador. Del mismo modo que la presidencia de Funes estuvo marcada por su implicación en la tregua entre pandillas, se sabe que, durante los tres años de mandato de Bukele en San Salvador, los pactos con las maras estuvieron presentes en más de una ocasión.

La guerra contra las pandillas

A finales de 2017, Nayib Bukele es expulsado del FMLN por desavenencias internas. En este punto, empieza a dar forma a una nueva formación (Nuevas Ideas) para presentarse a las elecciones presidenciales de 2019. El 1 de junio de ese año es nombrado presidente de El Salvador. Pocas semanas después pone en marcha el Plan de Control Territorial para combatir la violencia de las maras. Este se divide en cinco fases y se focaliza en tres áreas: el control de los centros penales, impedir el financiamiento al crimen organizado y reforzar los cuerpos de seguridad.

El Plan de Control Territorial parecía estar ofreciendo buenos resultados. Eso sí, en un escenario donde la transparencia gubernamental brinda por su ausencia, se alzaron voces denunciado pactos informales entre el gobierno y las pandillas. Ahora bien, con pactos o sin ellos, algo ocurrió en marzo de 2022 que llevó a un gran repunte de la violencia. En consecuencia al vasto número de crímenes perpetrados durante esas semanas, el gobierno de Bukele implantó un régimen de excepción que, prórroga tras prórroga, se mantiene vigente, aún, en febrero de 2023.

Régimen de excepción en El Salvador (Made for minds). Fuente: DW

Durante el régimen de excepción se han tomado medidas muy severas que han menguado las libertades de la población. Asimismo, miles de pandilleros han sido detenidos, amontonados en las cárceles y despojados de cualquier privilegio e, incluso, de ciertos derechos. Acerca de la cantidad de detenciones, han surgido algunas críticas internas que denuncian la arbitrariedad de ciertas capturas. En el terreno internacional, organismos como la ONU han expuesto su preocupación por posibles violaciones de derechos humanos y falta de democracia.

En cualquier caso, el próximo mes se cumplirá un año con el régimen de excepción activo. A día de hoy, medios de relevancia en el país hablan de la desarticulación de las pandillas. En este sentido, las últimas encuestas exponen un soporte de la población a Nayib Bukele de más del 90%. Al final, cualquier régimen de excepción menoscaba los derechos democráticos. Ahora bien, con los datos expuestos aquí parece tarea compleja censurar las acciones de Bukele. Es obvio que la inseguridad en el país fue durante muchos años la principal preocupación de la población y, por ende, esta parece haber aceptado la pérdida de ciertos derechos en pro de salir a la calle sin temor a no regresar.

Aunque, obviamente, cada contexto es único, ¿puede el método Bukele crear cantera, incluso, en territorio europeo?

Las imágenes de pandilleros detenidos en El Salvador se han convertido en algo común en el gobierno de Bukele (@PresidenciaSV)

 


NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.

5 Comentarios

  1. Carlos

    Desconocía la historia y actual situación del país.
    Gran artículo!

    Responder
    • Aitor Tresserras Robles

      Gracias Carlos!

      Responder
  2. Mi.Angeles R

    Un artículo buenísimo, me ha encantado.

    Responder
    • Aitor Tresserras Robles

      Gracias!

      Responder
  3. Axel carrasco

    Excelente articulo, me faltaba todos estos detalles para poder entender mas a fondo la realidad politica que vive el salvador

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