El fin de este artículo es analizar las consecuencias de la creación de fronteras durante el periodo de la Guerra Fría que servían de muros de contención ideológicos para dividir dos mundos opuestos. Para lograr dicho cometido, al inicio se nos presenta una breve descripción del escenario en el que se edificaron. A continuación, observaremos varios ejemplos de distintas partes del globo para terminar con la considerada como la última frontera de la Guerra Fría, el paralelo 38.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el mundo quedó dividido en una situación bipolar enfrentando dos formas de pensar antagónicas que desembocó en el comienzo de la Guerra Fría. Allí donde las ideologías confluían se crearon fronteras para dividir el territorio y evitar el flujo de personas, principalmente para impedir el intercambio de ideas o elementos contrarios que pusieran en peligro la estabilidad interna de cada bloque. En este contexto se estableció lo que se conocerá como el telón de acero, el cual ejercía como una muralla ideológica y en algunas regiones incluso se materializó en enormes muros de hormigón.

Mapa del Telón de Acero que dividió Europa durante la guerra Fría. (AFP)
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Berlín quedó dividida por un gigantesco muro de hormigón de casi 4 metros de altura. La Operación Rosa, iniciada la madrugada del 13 de agosto de 1961 erigió el famoso muro de Berlín llegando incluso a dividir bloques de edificios por la mitad. El bloque capitalista se encontraba al oeste y el bloque comunista al este, quedando prohibido el desplazamiento al otro lado. Para evitar que las personas lograsen escapar al lado opuesto, se contó con la protección de una alambrada electrificada y perros vigías adiestrados para perseguir a los intrusos. Los soldados de la República Democrática de Alemania que patrullaban el muro habían recibido la orden de abrir fuego contra todos aquellos que intentaran cruzar ilegalmente a Berlín occidental.

Las diferentes partes con las que contaba el muro de Berlín (El País)
Otro ejemplo lo encontramos en una isla del Caribe con la Puerta del Noroeste que separa la base naval de Guantánamo (propiedad de Estados Unidos) y la República de Cuba. La Puerta se construyó en 1962 durante el periodo de la Guerra Fría y tras la llegada al poder del revolucionario Fidel Castro, convirtiéndo a dicho enclave en una verdadera frontera terrestre y en un muro entre ambos bloques que se encontraba continuamente bajo una intensa vigilancia. En la década de los 70, se vio reforzada por una larga valla y protegida por minas terrestres. Continuamente la zona del interior de la puerta era atacada por piedras lanzadas desde el territorio cubano en símbolo de protesta.

Fotografía de militares de Estados Unidos en acto de servicio en 1969 (The Guardian)
En Asia, en el año 1985 se da comienzo al programa K5 impulsado por el que ostentaría el cargo de primer ministro de la República Popular de Kampuchea, el comunista Hun Sen. Dicho proyecto perseguía construir un muro con carácter defensivo entre Camboya y Tailandia. Según Sin Sen en el informe de Human Rights Watch “El plan era construir un muro como el de Berlín a lo largo de la frontera con Tailandia”. El objetivo era acabar con la infiltración de guerrilleros tailandeses que iban a luchar contra las guerrillas comunistas en el territorio de Camboya. El Alto Mando vietnamita fomentó el Plan K5, que incluso se llegó a conocer bajo el nombre del “telón de bambú”.
Sin embargo, la construcción más representativa de las fronteras ideológicas quizás sea el paralelo 38. Tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, el imperio nipón abandonó Corea y esta fue dividida entre los vencedores, la URSS y Estados Unidos. El paralelo 38 ejercía de frontera entre Corea del Norte de influencia soviética y Corea del Sur de influencia estadounidense. Los intentos por reunificar la península dieron como resultado que Kim Il-Sung (dirigente de Corea del Norte) lanzará una invasión en 1950 hacia su vecino del sur dando como resultado una cruenta guerra civil que se cobrará más de 3 millones de vidas humanas y que terminará en 1953 con un empate técnico militar y con apenas cambios territoriales significativos. Como consecuencia del conflicto bélico intercoreano librado entre 1950 y 1953 se edificó la primera frontera física del periodo de la Guerra Fría, que actualmente sigue vigente.

Fotografía del paralelo 38 en 1953 (Encyclopaedia Britannica)
En el paralelo 38 norte se estableció una zona desmilitarizada de 4 kilómetros de ancho y 250 de longitud, la cual divide la península coreana por la mitad, quedando al norte del paralelo la República Popular Democrática de Corea (con capital en Pionyang) y al sur la República de Corea (con capital en Seúl). El centro de la zona desmilitarizada lo cruza la línea de demarcación militar custodiada por ambos lados por los ejércitos correspondientes, separados únicamente por dicha línea de demarcación. En la zona desmilitarizada se encuentra el conocido como el Puente de la Libertad, donde se realizaron numerosos intercambios de prisioneros de guerra por ambas partes. También encontramos el importante puesto de Panmunjon, probablemente el lugar mas significativo del paralelo 38, pues es el lugar donde se realizan las reuniones bilaterales (como las cumbres intercoreanas), es el lugar donde se firmó el armisticio en 1953 y también acoge la sede de la Comisión de Armisticio Militar. En este puesto es habitual ver a los soldados custodiando la zona frente a frente.
Actualmente es una de las zonas más fuertemente militarizadas pues es el punto de unión intercoreano. Cuenta con soldados norcoreanos, surcoreanos y estadounidenses. El objetivo que cumple la franja desmilitarizada es el de crear una zona tapón que sirva de muro de contención para las hostilidades. Es considerada la última frontera de la Guerra Fría y el lugar que soporta la mayor tensión del globo, pues cualquier movimiento puede ser malinterpretado y desencadenar un conflicto bélico a gran escala.
Desde hace siete décadas la tensión en la zona es palpable, por lo que se han sucedido numerosos incidentes como los de 1969 o como el conocido “Incidente del hacha” de 1976 que acabó con la vida de dos miembros del ejército de Estados Unidos. A pesar de ello, ha habido numerosos intentos de diálogo movidos por la voluntad de acercar posturas entre ambos gobiernos, un ejemplo de ello es la apertura del polígono industrial de Kaesong en 2002 donde trabajaban cientos de norcoreanos para empresas surcoreanas. Sin embargo, el proyecto se clausuró en 2016 como represalia a la continuidad del programa nuclear norcoreano y el posterior lanzamiento de un misil tras el cuarto ensayo nuclear.

Imagen que muestra la línea de demarcación y la zona desmilitarizada del paralelo 38 en la península coreana (Hoja de Rutas)
En muchos de los casos estas construcciones separaron a familias enteras que llevan más de 70 años sin ver a sus seres queridos, creando una herida intergeneracional muy profunda que difícilmente podrá sanar. La población se ha sentido abandonada por los gobernadores y se han visto obligados a iniciar movimientos como Bring My Father Home, una campaña creada por Hwang Incheol para solicitar a Corea del Norte que le permita ver a su padre de 85 años, al cual no ve desde que secuestraron su avión en 1969, cuando Hwang Inchel apenas tenía dos años de edad.
Las fronteras sirvieron para delimitar ambos mundos cuya coexistencia se consideraba incompatible. Sin embargo, tras la caída de la URSS esos muros dejaron de existir como fronteras ideológicas para desaparecer o para funcionar únicamente como delimitaciones territoriales. El caso del paralelo 38 es muy relevante pues es el único que sigue ostentando en la actualidad las mismas funciones por las que fue creado hace 80 años. Al no haberse firmado un tratado de paz para el conflicto que terminó en 1953, no se ha dado por concluido formalmente el conflicto y es por ese motivo que la zona desmilitarizada es considerada la región más tensa del planeta y el paralelo 38 la última frontera del periodo de la Guerra Fría.
NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.
0 comentarios