Cuando un busca noticias e información acerca de un país africano o del continente en general, normalmente encuentra noticias alarmantes relacionadas con la pobreza, el hambre, el retraso económico, violencia y corrupción. Si bien algunos países viven en condiciones de esta naturaleza, pocos se atreven a investigar más del tema o ver distintos enfoques de una misma situación. Así ha sido por años, África es el continente olvidado, el que no se explora, el que no se analiza ni mucho menos se investiga en profundidad.
Sin embargo, hay muchos temas de qué hablar relacionados con el progreso, cultura y desarrollo en África. Resaltar el gran papel regional que están teniendo países como Sudáfrica, la importancia geopolítica de Libia, los comicios electorales en Chad y Benín, y lo que inspira este artículo, el empoderamiento económico de Nigeria.
Nigeria es el décimo país con mayores reservas de petróleo en el mundo; es el principal productor en África y su economía crece 7% anualmente, además es el país más poblado del continente, con casi el doble de población que el segundo lugar (Etiopía) lo que le otorga una enorme fuerza de trabajo para continuar con el índice económico mencionado. No obstante, durante los últimos dos años ha entrado en un estancamiento y a una recesión, entendible por la cuestión de la COVID-19.

Lagos, capital de Nigeria, cuenta con una industrialización creciente; un desarrollo constante a través de la inversión extranjera en temas como comunicaciones, extracción de crudo y gas natural y la ciudad con la mano de obra más grande en África.
El arte también está presente en el país africano. Año a año realiza centenas de filmaciones cinematográficas en lo que se conoce como Nollywood siendo la más grande creadora de este contenido en el continente. La cultura nigeriana ha sido visibilizada alrededor de todo el continente, y el mundo en general, gracias a estas producciones que nos acercan a entender la realidad y el día a día en Nigeria.

Políticamente, como un buen número de países africanos que tienen un gobierno que se ha perpetuado en el poder, Nigeria en las últimas elecciones en el 2019 se confirmó un mandato más del presidente Muhammadu Buhari, quien ha estado en el poder en distintos momentos de la historia reciente del país. La corrupción es el gran argumento para que, a pesar del crecimiento económico, la población siga siendo pobre. Las ganancias por las exportaciones de petróleo y gas se reparten entre un nimio porcentaje de la población, la cual concentra la riqueza del país.
La desigualdad es evidente, solo Lagos vive en una condición de crecimiento y desarrollo; pero la periferia llega a sobrevivir con un dólar al día. El acceso a servicios básicos como salud, educación y empleo es muy limitado. Los habitantes de las zonas más lejanas emplean horas en los trayectos desde sus pueblos originarios hasta las ciudades para acceder a estos servicios esenciales. En este sentido, el que la población sea tan grande no ayuda, la alta densidad de población provoca que una vacante laboral sea peleada por miles de personas con mismas capacidades y circunstancias.

Otra asignatura es la educación. Nigeria, al ser un país tan grande en extensión territorial y en población, vive realidades distintas. En las ciudades y comunidades más avanzadas, niños y adolescentes pueden tener acceso a la educación básica. Mientras en las aldeas y pueblos más lejanos, no existe ningún colegio para asistir. El gobierno no ha sido capaz de proveer estos derechos a los nigerianos.
Las mujeres son otro punto coyuntural, sufren un nivel de desigualdad altísimo; casi la mitad son analfabetas por el nulo acceso a la educación y a edades muy cortas son obligadas a dejar la escuela para casarse e inmediatamente ser madres; momento en el que pueden perder la vida al no contar con las condiciones óptimas para realizar la labor de parto de manera segura. La violencia en contra de las mujeres ha ido en aumento durante los últimos años. El fundamentalismo religioso, el machismo y la impunidad de estas actitudes, son motivos suficientes para que la violencia no se pueda erradicar. Por si no fuera suficiente, existen grupos armados que obligan a las mujeres a contraer matrimonio, las secuestran para cometer todo tipo de abuso sobre ellas y generan terror en la sociedad nigeriana. Grupos terroristas como Boko Haram, radicales musulmanes, han aumentado el terror y la inseguridad con sus ataques constantes dentro del país, sobre todo contra los grupos cristianos.

El activismo de mujeres, hombres, niños y niñas ha iniciado ya hace algunos años en favor de hacer visible las condiciones en que viven, cómo se violan sus derechos constantemente y poco a poco ir erradicando estas prácticas. Dicho activismo social ha encontrado fuerza en el continente. Nigeria parece ser también un líder en este camino contra la desigualdad, la violencia de género, la explotación infantil y otras situaciones que vulneran a cada parte del extracto social.
Nigeria ganó una batalla en este empoderamiento repentino, pero sólido. El nombramiento de Ngozi Okongo-Iweala como presidenta de la OMC en febrero de este año, le ha otorgado al país africano las miradas que necesita para demostrar que muchas cosas se están haciendo bien en esta nación. Ngozi, había ocupado varios cargos relacionados a finanzas y economía en su país y el que haya llegado a un organismo tan relevante demuestra que la desconfianza, el menosprecio y la discriminación constante a los africanos y a las mujeres alrededor del mundo son acciones arbitrarias, inútiles e improductivas.

El comercio vive una situación crítica internacionalmente, la guerra entre China y Estados Unidos, la crisis económica mundial causada por la COVID-19, los cambios constantes en los hidrocarburos serán algunos de los temas que tendrá en la agenda la presidenta, un reto muy importante para una mujer que ha demostrado tener la entereza y capacidad para salir triunfante en cada desafío que el mandato le demande.
Con la esperanza de que el mundo valore, investigue y piense más en África, más allá de las noticias o información de siempre. El empoderamiento de un país juntos con sus mujeres, hombres, niños y niñas dependerá de qué tanto le demos importancia y seguimiento para consolidarlo. Es momento de ver a África como un continente con potencial, porque sus gentes ya demostraron que lo tienen.
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