TRANSNISTRIA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE UN PAÍS ANCLADO EN EL TIEMPO

por | Nov 6, 2023

Decía Antonio Gramsci reflexionando sobre la historia en sus Quaderni del carcere que, en los momentos de cambio, “el interregno” en el que lo viejo no termina de marcharse y lo nuevo no termina de llegar era donde surgían los monstruos. Si aplicamos esta lógica al continuo territorial en contextos de tensión bélica, será en […]

Decía Antonio Gramsci reflexionando sobre la historia en sus Quaderni del carcere que, en los momentos de cambio, “el interregno” en el que lo viejo no termina de marcharse y lo nuevo no termina de llegar era donde surgían los monstruos. Si aplicamos esta lógica al continuo territorial en contextos de tensión bélica, será en las zonas de transición/choque donde se junten los elementos para el monstruo (bélico). 

Hoy, hablamos de Transnistria.


 

TRANSNISTRIA, LA ANOMALÍA EUROPEA

¿Qué es Transnistria?

Transnistria en rumano/moldavo y español, y Pridnestrovie/ Приднестровье ruso, es un territorio, como su propio nombre indica, situado en la margen este del río Dniester. Pero la pregunta es ¿Es un país? No exactamente.Transnistria es lo que en  Ciencia Política y Estudios Post-soviéticos se ha venido denominando protoestado o para-estado, un tipo de casi-pais tan extraño como autóctono en varios casos en el espacio de la difunta URSS. 

Esto llegó a ser así tras una breve guerra que sucedió a la declaración de independencia de este territorio de la, en aquel entonces, incipiente República de Moldavia. 

¿Cuáles fueron las motivaciones? 

Mapa étnico-político de Moldavia y Transnistria. (Le Monde Diplomatique)

Los Orígenes del enclave

Moldavia, como término,  ambiguo. En sí, el territorio de Moldavia como región histórica se ocupa hoy tanto una región rumana así como también  la República de Moldavia, así como una pequeña parte de la actual Ucrania. Si nos remontamos al siglo XIX encontramos que la diferencia fundamental entre Rumania y Moldavia son los imperios que ocuparon su territorio antes de convertirse en independientes.

Lo que hoy conocemos como Rumania (incluida la parte rumana de la Moldavia histórica) estuvo bajo los yugos Otomano y Austro-húngaro, mientras que la Moldavia que nos concierne estuvo bajo dominio ruso hasta acabada la 1era Guerra Mundial. Tras esta, el territorio que hoy conforma la república de Moldavia formó parte en entreguerras de Rumania. De hecho, la URSS jamás la reconoció como parte de Rumania. Y sin embargo, su frontera acababa con el Dniester, hoy frontera entre la República de Moldavia y Transnistria (de facto). entonces, qué era Transnistria. 

Ganancias territoriales del Imperio Otomano, en la esquina noroeste del Mar Negro encontramos las actuales Rumanía y Moldavia. (Wikimedia)

Los territorios de la hoy Transnistria junto con ese pequeño territorio de la Moldavia histórica perteneciente a la RSS de Ucrania en aquel entonces formaban la RSSA de Moldavia. Las RSSA eran una forma intermedia de gobierno en territorios de la URSS, que sin llegar a ser como las RSS(repúblicas socialistas soviéticas), contaban con un grado de autonomía superior a otras entidades territoriales tales como los oblasts o los krais. 

De hecho, la composición étnica de este territorio en entreguerras (e históricamente) estaba muy mezclado, conviviendo en él tres grupos étnicos fundamentales: Rumanos/moldavos, ucranianos y rusos (tal y como es hoy el caso también).

Estos territorios pasaron a formar parte de la RSS de Moldavia(futura Transnistria) y Ucrania tras la 2GM (quizá los impulsos de rusificación de Stalin tuvieron algo que ver con la decisión). Durante los casi 50 años de vida que tuvo la RSS de Moldavia dentro de la URSS, esta región gozó de relativa estabilidad y pasó a ser de hecho estratégica en temas como la producción de electricidad.

Sin embargo, hay una constante en el mundo de la posguerra fría: Allá donde la diversidad étnica no supone un peligro bajo el paraguas de un Estado fuerte, si el Estado desaparece y el nacionalismo aflora, el conflicto puede fácilmente estallar. 

Los ejemplos son numerosos. El más famoso lo tenemos quizá en el Nagorno Karabaj, pero si nos vamos a la Georgia de Gamsakhurdia en los 90, encontramos los casos más similares al de Transnistria. Yugoslavia y su desintegración, con enormes matices, también es un buen ejemplo de esto.

Con una población mayoritariamente rusófona, el nacionalismo lingüístico moldavo fue un factor clave en explicar que estallaran tensiones que Rusia no desaprovechó. Así pues, en pleno proceso de independencia de Moldavia, se libró una guerra que duró más de año y medio y que se saldó con entre 300 y 600 víctimas mortales. 

Nace tras ello este etéreo territorio tal y como lo conocemos hoy.

Situación actual de ocupación rusa sobre territorio ucraniano y molado (transnistria). (ISW)

La Transnistria Independiente: Cortijo “soviético” 

Sin embargo, la cuestión de Transnistria es paradójica, porque el inicio de la guerra (que venía de un deseo de permanencia en la URSS) se encontró con que, dados los tiempos del conflicto y de la historia, acabaron en tierra de nadie una vez se completó su secesión de Moldavia en el 92. Entre las orillas del Dniéster y de Ucrania, sin salida al mar y con una estructura institucional endeble (por llamarlo de alguna manera) así nació este para-estado, títere desde entonces y hasta hoy, de los intereses de la Federación Rusa en la región. 

En el contexto de los años 90, los locos años 90 que dicen en Rusia, muchos países ex-soviéticos y del  antiguo bloque socialista en general, vieron en las violentas transiciones al capitalismo unas enormes espirales de violencia y bandidismo que terminaron por crear unas estructuras económicas excesivamente extractivistas y/o clientelares, a cuyos principales beneficiados conocemos hoy como oligarcas. 

El caso transnistrio no es una excepción, si bien mantuvo y mantiene una estética soviética muy fuerte que le ha valido numerosos documentales y reportajes. En lo que a oligarcas se refiere, dado lo minúsculo de su territorio, debemos (al menos en 2023) hablar más bien de “el oligarca”: Viktor Gushan.

Viktor Gushan, oligarca transnistrio dueño del famoso equipo de fútbol FC Sheriff. (T-Online)

Este antiguo agente del KGB que fundó la empresa de seguridad Sheriff en el año 93, ha ido amasando fortuna y copando el mercado de prácticamente todo en Transnistria. Gasolineras, tiendas, hasta el equipo de fútbol Sheriff de Tiraspol, cuya victoria 2 a 1 al Real Madrid en la fase de grupos de la Champions fue muy notoria. Pero más allá de la estructura oligárquica de este territorio, cabe destacar que no opera como un Estado propiamente dicho separado de Moldavia, sino que cuenta con sólo algunas, muchas incluso de las características de un Estado, pero no todas, de ahí el término “para-estado”.

Encontramos, por tanto, elementos contradictorios, tales como que el Sheriff de Tiraspol juega en la liga moldava, tiene una moneda propia pero su validez es dudosa, existen pasaportes transnistrios pero una parte sustancial de su población tiene pasaportes moldavos, ucranianos o rusos, o varios de los anteriores. Y es que por lo general, más allá del conflicto, las relaciones fueron relativamente fluidas antes de la invasión rusa de Ucrania. Quizá fuera la dificultad de resolución del conflicto, quizá fuera la relativa irrelevancia estratégica de la región en una Moldavia colapsada por la privatización y la corrupción en los 90.  Esta cuestión excede los límites de este artículo pero lo que sí podemos aseverar sin lugar a dudas es el giro que el 24 de febrero supuso en todo lo anterior. 

Los primeros días de la guerra, aquel primer mes de “la batalla por Kyiv” y sobretodo las primeras semanas en las que las tropas rusas invadieron Jersón, pululaba en el imaginario que la estrategia rusa seguiría la línea Jersón, Mykolayiv, Odessa para acabar cerrando por Tiraspol, consiguiendo así tanto la continuidad territorial con Transnistria (y con ello con las 1500 tropas rusas ahí estacionadas).  Otra razón para el alarmismo en su momento fueron las 20.000 toneladas de arsenal soviético almacenados en la localidad de Cobasna.

Mapa de las tropas rusas estacionadas en Transnistria. (ISW)

A esto evidentemente hay que sumarle el estatus de candidato a accesión a la Unión Europea que Moldavia adquirió el pasado año. 

Y es que, si bien la guerra de agresión rusa en Ucrania ha servido para “acelerar los tiempos”, ya en 2020 la victoria electoral de Maia Sandu sobre Igor Dodon supuso un giro europeísta para Moldavia. Sin embargo, son varios los elementos que de momento ralentizan esta accesión. Uno de ellos es por supuesto, la cuestión territorial, que más allá de los esfuerzos del formato 5+2 que ha auspiciado la OSCE (paralizados desde febrero de 2022), no han dado resultados.

Así pues, nos encontramos con la paradoja de que el detonante que ha acelerado el proceso de integración en la UE de Moldavia, es el mismo que ha paralizado las conversaciones en el seno de la OSCE para la resolución de la cuestión transnistria, conditio sine qua non para la futurible accesión de Moldavia a la Unión, prevista y deseada para el año 2030. 

Tal y como señalan Laurențiu Pleșca y Lucas Dastros-Pitei en su artículo para el blog de la LSE , tanto el futuro de Moldavia como el de Transnistria están ahora mismo hipotecados al futuro de la guerra de Ucrania, haciendo de la solución a este conflicto algo aún más complicado, si cabe.

 

Tal es el estancamiento de la cuestión que el MAE moldavo Nicu Popescu declaró recientemente:

“The territory that is controlled by our government in Chişinău can join the EU irrespective of what happens to the east of us, and that includes the situation around Transnistria,”

“No one wants divided countries inside the EU, but keeping countries at the mercy of geopolitical manipulation and separatist conflicts would be even worse for the continent, for the EU, and for us.”

La solución, por tanto, parece lejos de estar cerca. Lo más probable por el momento es que este conflicto congelado permanezca…congelado.

¿Qué deparará el futuro para Moldavia entonces? Tocará esperar para saberlo.


NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

¿TE HA GUSTADO EL ARTÍCULO?

 

 Apoya nuestro trabajo investigador haciendo una donación a GEOPOL 21 para que sigamos poniendo contexto a lo que pasa en el mundo

You have Successfully Subscribed!