Este verano se cumplen 30 años del comienzo del fin de Yugoslavia. Un estado conformado por una amalgama de etnias eslavas que, a pesar de su realidad heterogénea y sus constantes tensiones internas, supo sobrevivir. Hoy la región continúa siendo foco de atención en panorama internacional debido a conflictos aún sin resolver y a la complicada situación política que atraviesa cada una de las actuales repúblicas.