El «Sportswashing» es la práctica por las que un Estado utiliza el deporte para lavar su imagen y obtener una buena reputación. Esto se puede hacer mediante la simple publicidad en el deporte o incluso adquiriendo un club o la organización de un evento.
Suiza es uno de los países más democráticos y representativos del mundo. Además, su descentralización del poder ofrece muchas competencias a los cantones, otorgándoles gran peso en las decisiones. Todo esto, junto con la limitación anual de mandatos, fomenta el consenso, algo crucial para entender la cultura política suiza que, sin embargo, también tiene sus inconvenientes.