EL DESHIELO GEOPOLÍTICO DEL ÁRTICO

por | Feb 10, 2017

El Ártico se derrite poco a poco y se calienta la geopolítica. ¿Qué esconden sus aguas y quienes reivindican sus fondos?

avd49654_1EL DESHIELO DEL ÁRTICO Y EL NUEVO ORDEN MUNDIAL

¿Por qué un hecho climático puede cambiar la configuración del orden mundial y abrir un nuevo escenario geoestratégico? La respuesta no es en absoluto sencilla. Hay que abordar las razones y factores que han llevado y llevarán a un orden nuevo en el mundo y a quiénes serán sus protagonistas, todo ello a raíz del deshielo del casquete polar ártico.

Para una primera toma de contacto, podemos deducir que del constante aumento de las temperaturas en el mundo que se vienen registrando desde el último cuarto del siglo XX y acrecentado en la última década, ha provocado que se hayan derretido grandes masas de hielo sobre el Océano Ártico en verano. Esas zonas, tradicionalmente por su naturaleza de poseer hielo sobre el mar de manera casi constante, no han tenido población humana, pero sí varias especies animales que establecieron allí sus zonas de hábitat.

El deshielo del “anillo exterior” del hielo permanente (aquel que debería durar todo el año) especialmente en la zona frente a las costas de Rusia septentrional, ha supuesto no una catástrofe medioambiental (algo que sí que estaría por llegar en un futuro) sino una nueva oportunidad para el tránsito comercial de grandes barcos entre Europa y China. Si esta ruta comercial se afianza, supondría para el comercio marítimo una reducción de hasta el 40% en tiempo y dinero frente a la ruta de Suez y Panamá.

Pero más allá de eso, el desafío en todo esto, es quién y qué potencia regional o global se hará con el control geopolítico de esta zona de tránsito comercial tan importante. Y lo que es más relevante, quién se aprovechará de sus recursos de petróleo y gas, estimados en el 30% de las reservas mundiales. Un estudio del 2008 realizado por la US Geological Survey indicaba que en el Ártico se encuentran las mayores reservas de gas y petróleo conocidas. 

El potencial de los recursos que albergan sus aguas es muy grande y los países que tienen algo que decir en la zona empiezan a reclamar su “parte del pastel”.

LOS CAMBIOS QUE VENDRÁN

En primer lugar, conviene dedicar unas líneas para delimitar el concepto que aquí tratamos. ¿Qué espacio ocupa el Ártico? ¿Qué países tienen intereses allí? ¿Cuáles son los recursos que alberga? ¿En que puede afectar al orden mundial el deshielo del ártico? Responder a estas preguntas nos acercará al origen de la cuestión y nos concederá la suficiente información para estimar un futuro.

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Mapa del Ártico donde se muestra las zonas con recursos potenciales de gas y petróleo junto con las posibles rutas comerciales marítimas.

¿Qué espacio ocupa el Ártico?

El Océano Glacial Ártico es el más septentrional de los mares y sus aguas bañan todos aquellos países con costas en dicho océano, a saber, entre Rusia, Canadá, Noruega, Estados Unidos y Dinamarca. Todos ellos presentan en mayor o menor medida unas reivindicaciones no territoriales sino de soberanía marítima y submarina, utilizando como argumento el factor de la plataforma continental y relacionada con ésta, la Zona Económica Exclusiva (ZEE), determinante su definición por que para transitarla (dentro de las 200 millas de la costa) se necesita el permiso del país en cuestión,  para con ello tener acceso y control directo sobre recursos clave como el petróleo, el gas y la pesca que posee la región ártica.

El Ártico en sí mismo es un concepto más amplio que un océano o un mar. Es una región climática cuya frontera la podemos delimitar en el círculo polar ártico y con epicentro en el polo norte geográfico. Este concepto incluye algún país más que los ya citados, pudiendo añadir Suecia, Finlandia e Islandia. El Ártico tiene un consejo de gobierno donde se reúnen los países miembros y países observadores (con interés en la región), este foro es el Consejo Ártico.

El territorio ártico, con 17 millones de km2  supone entorno a un 6% de la superficie del plantea. De su superficie, son los siete millones de km2 de plataformas continentales los que más relevancia geopolítica tienen.  En la reivindicación de esas plataformas, a menos de 500 metros de profundidad, es donde reside la gran pugna geopolítica de la región, siendo el motivo de todas las pugnas entre los países en liza.  Todos ellos, aspiran a controlar los recursos que guardan los ricos fondos marinos del Ártico.

¿Qué Estados tienen intereses en el Ártico?

  1. Federación Rusa: Es probablemente quien más intereses tiene en juego y quien más tiene que ganar. Es el país con más kilómetros de costa disponibles y frente a las cuales transitarán en un futuro cercano las líneas comerciales Europa-Asia a través del denominado «Paso del Noroeste». En los últimos años, Rusia ha invertido grandes cantidades de recursos en preparar esta ruta (puertos especialmente) y reforzando sus capacidades con una importante flota de rompehielos. En un intento por aumentar su influencia en la zona, el gobierno de Putin ha llevado a cabo diversas reivindicaciones ante la ONU para reclamar un reconocimiento de la extensión de su plataforma continental y con ello tener poder sobre más recursos del subsuelo, así como el control de la navegación en su ZEE.
  2. Canadá: es el otro gran actor estatal en la región. La posibilidad de apertura de una segunda ruta que transcurriera por el noroeste, acortando distancias. Pero Canadá entiende que son aguas interiores ya que esa zona está plagada de islas canadienses. Este conflicto de intereses reside concretamente en que Canadá al considerar las aguas interiores como tal, quiere establecer condiciones de tránsito, algo que entorpece el comercio internacional. Su principal respaldo en estas cuestiones es Estados Unidos que comparte el interés por promover esta ruta bajo control norteamericano.
  3. Estados Unidos: sus posibilidades de reivindicación soberana son menores por tener menor cantidad te territorio en la región ártica. Aun así, sus posibilidades siguen abiertas, especialmente si tenemos en cuenta su control del estrecho de Bering entre Alaska y Rusia, rico en recursos pesqueros y minerales.
  4. Dinamarca: a través de su antigua provincia de Groenlandia, hoy territorio semiautónomo, pero bajo soberanía aún danesa, se postula como uno de los interesados con mayor peso, especialmente en términos de control territorial por la posición clave que ocupa Groenlandia.
  5. Noruega: desde hace casi 10 años contempla acciones de explotación sostenible de la pesca y de los recursos energéticos. Noruega tiene peso específico para hacer realidad las ambiciones energéticas de otros países árticos, pues es líder mundial en tecnología de extracción de petróleo en alta mar con plataformas “off-shore”.
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Áreas en disputa entre los cuatro protagonistas.

¿Cuáles son los recursos que alberga?

Se dice que el Ártico esconde un enorme tesoro, aunque en realidad podríamos hablar de varios. En la región ártica, bajo sus aguas se encuentran casi incontables cantidades de petróleo, gas, recursos pesqueros y minerales. En un contexto internacional en el que el control y explotación de estos recursos en cualquier parte del mundo suele derivar en cruentas y casi interminables guerras, hacerse con el control de estos recursos árticos en una región donde la única amenaza es el clima, parece una oportunidad que nadie quiere dejar pasar.

En cuanto a datos sobre los recursos que albergan las aguas y el suelo marino del Ártico, podemos destacar las siguientes:

  • Petróleo: Los fondos marinos árticos albergan 90.000 millones de barriles de petróleo recuperable. Esto representa el 13% del petróleo no descubierto en todo el mundo.
  • Gas natural: El ártico alberga 44.000 millones de barriles de gas natural líquido y 1.670 billones de gas natural.
  • Recursos pesqueros: Abundantes en las aguas noruegas del mar de Barents y en los alrededores del mar de Bering donde se realizan capturas anuales por valor de 1000 millones de dólares.
  • Recursos minerales: Se dan en abundancia en el fondo marino, concretamente destacan el estaño, manganeso, platino, diamantes, oro y níquel en el Ártico ruso y canadiense.

Pero en un espacio tan amplio donde no hay apenas referencias geográficas en superficie, las reivindicaciones territoriales están a la orden del día, especialmente desde que Rusia ha emprendido su campaña de expansión territorial en el Ártico. En cualquier caso, el Ártico está definido o delimitado geográficamente en 19 cuencas geológicas (sólo la mitad han sido exploradas) que tienen potencial de albergar hidrocarburos.

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Ubicación de las cuencas oceánicas según United States Geological Survey.

Hay un elemento que no debemos dejar pasar y que es la piedra sobre la que se asientan las relaciones internacionales en el plano marítimo: Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CDM). Este acuerdo entró en vigor en 1994 y regula aspectos clave en este asunto como la plataforma continental, la zona económica exclusiva y el mar territorial.

En el futuro próximo, los acuerdos regionales entre los Estados de la zona, respaldados por la CDM, van a ser fundamentales para un aprovechamiento de los recursos en paz y alejados de tensiones.

¿En que puede afectar al orden mundial el deshielo del ártico?

El aumento de la temperatura global y especialmente en el ártico (donde aumenta a mayor velocidad) no solo supone un reto medioambiental y en última instancia climático, sino que plantea una revisión del orden mundial.

En primer lugar, el deshielo de los casquetes del ártico se sabe que llevará a un aumento del nivel del mar, con lo que se verán afectados Estados que a día de hoy son potencias mundiales y que tiene intereses en el Ártico: EEUU, Rusia, China, Canadá, etc. Por lo que se entra en una contradicción, se quiere favorecer el comercio trans-ártico sabiendo que el aumento del nivel del mar llevará a un problema a las megalópolis costeras de China y Estados Unidos.

La eventual apertura de nuevas rutas comerciales en el Ártico que conecten los mercados productores asiáticos con Europa y Norte América supondría una reducción del 40% en la distancia a recorrer. Esto, así mismo supone un importante ahorro en costes variables de tiempo y dinero (combustible especialmente) que puede convertir los pasos árticos en una interesante alternativa a las rutas tradicionales de los Canales de Suez y Panamá.

Sin embargo, no todo son buenas perspectivas para los pasos del norte ya que a pesar de la disminución de la capa de hielo y su retroceso, sigue habiendo hielo en determinadas secciones del paso. Igualmente, la presencia de hielo es muy variable de un año a otro, habiendo años mejores y peores para transitar sus aguas. También es variable e impredecible el tiempo en el que el paso está «abierto» o transitable. Esto supone un problema todavía importante para afianzar esta ruta como alternativa a Suez y Panamá. Sin embargo, en varias décadas esta imprevisibilidad dejará de ser un problema.

USS Annapolis in Arctic

La presencia militar, especialmente rusa y estadounidense se ha visto incrementada con vistas a hacer valer las posiciones de cada parte.

En segundo lugar, como se ha dicho, el pastel a repartir es demasiado grande como para que se lo queden sólo los países del Ártico, por ello ya empiezan a reclamar más influencia países como China ,Japón e incluso la India, que si bien no tienen nada que decir en asuntos territoriales, tienen su palabra en el aspecto comercial y de explotación de los recursos en aguas internacionales del Ártico, en el llamado «Doughnut hole».

CONCLUSIONES

Si el ritmo de calentamiento global sigue como hasta ahora, todo parece indicar que el Ártico podría perder su branquias de hielo en verano en apenas unas décadas, alrededor de mediados de este siglo. Es por ello que los países ribereños del Ártico (Rusia, Canadá, EEUU, Dinamarca y Noruega) ponen el foco de sus intereses a medio y largo plazo en la región ártica, una región con gran potencial estratégico en lo económico y de creciente interés geopolítico.

La apertura de las aguas árticas a los intereses de las potencias globales, supone el acceso a dos elementos clave geopolíticos:

  • Establecimiento de rutas marítimas que conecten Asia con Europa y Norte América, a través del Ártico, sirviendo como alternativa para las actuales rutas de Suez y Panamá.
  • Acceso a incalculables recursos naturales, especialmente hidrocarburos, pero también reservas pesqueras ubicadas en los fondos y mares contiguos al Océano Ártico

Para la futura estabilidad global va a ser fundamental un entendimiento y cooperación estrecha entre estos países ribereños que se han mencionado. Algunos de estos son grandes potencias económicas y militares, por ello la cooperación y trabajo conjunto de unos con otros puede llevar a un aprovechamiento de los recursos en un clima de estabilidad, evitando así la vía de la tensión y de la amenaza que sería totalmente contraproducente para el progreso de la región.

La seguridad del mundo en su conjunto y de los países en liza pasa, por un aprovechamiento responsable y coordinado de los recursos. Para ello se deben suscribir los acuerdos en materia de cooperación, seguridad y aplicar la CDM de la ONU para con ello no dejar ninguna brecha a la interpretación e incumplimiento, algo que no haría sino socavar la estabilidad a la que se debe aspirar y pondría en peligro la estabilidad regional ártica y en último término, mundial.

El deshielo del Ártico, más allá de que sea un hecho tremendamente trágico en términos climáticos cuyas repercusiones habrá que afrontar de manera responsable y de la mejor manera posible con políticas medioambientales, abre un nuevo pero incierto panorama geopolítico con nuevos retos estratégicos, económicos y comerciales que van a marcar profundamente el siglo XXI y sucesivos. Estamos ante uno de los mayores retos del orden mundial y del modo de actuar de los países en liza dependerá la estabilidad mundial durante décadas.

A video grab shows the view out of the porthole of a Russian miniature submarine 14,000 feet below the North Pole

Captura de video del momento en el que un submarino  ruso coloca la bandera en el fondo del Océano Ártico, reclamando así su soberanía sobre la zona.

https://www.youtube.com/watch?v=pwmqwz5o0og

BIBLIOGRAFÍA

  1. Blanca Palacián de Niza e Ignacio G. Sánchez. Geopolítica del deshielo en el Ártico. Estudios de Política Exterior. [Consultado en diciembre de 2016] http://www.politicaexterior.com/articulos/politica-exterior/geopolitica-del-deshielo-en-el-artico/
  2. Joseph Chingyong Liow. Artic Summer, who should benefit from global warming?. Foreign Affairs, june 2014. [Consultado en diciembre de 2016] https://www.foreignaffairs.com/articles/arctic-antarctic/2014-06-21/arctic-summer
  3. Marc Lanteigne and Mingming Shi. China Stakes Its Claim to the Arctic. The Diplomat. [Consultado en enero de 2018] https://thediplomat.com/2018/01/china-stakes-its-claim-to-the-arctic/
  4. Martínez Lainez, Fernando (2014). El Ártico, nuevo espacio de enfrentamiento geopolítico. Revista Española de Defensa. PP 51-55.

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