EL DESMORONAMIENTO DE LA UNIÓN SOVIÉTICA

por | Feb 18, 2021

La Unión Soviética fue el primer estado socialista en la faz de la tierra (1922-1991). Comenzó con la Revolución de Octubre de 1917 (noviembre según el calendario juliano), liderada por Lenin, teórico de la política marxista, y que una vez fallecido este, capitaneó Stalin hasta la victoria en la Segunda Guerra Mundial o como se […]
La Unión Soviética fue el primer estado socialista en la faz de la tierra (1922-1991). Comenzó con la Revolución de Octubre de 1917 (noviembre según el calendario juliano), liderada por Lenin, teórico de la política marxista, y que una vez fallecido este, capitaneó Stalin hasta la victoria en la Segunda Guerra Mundial o como se conoce en la antigua URSS, la “Gran Guerra Patria”.

CAUSAS DE LA DESINTEGRACIÓN

Su fin en diciembre de 1991, con Gorbachov en la presidencia, tuvo un colapso general en todas las Republicas y en el mundo socialista en general. Pero la debacle en la URSS empezó mucho antes, ya en la era de Nikita Jrushchov. Cabe remarcar que la URSS estuvo determinada, desde sus inicios, por la inestabilidad: Guerra Civil (1918-1922), Primera y Segunda Guerra Mundial (1941-1945) y por supuesto la Guerra Fría (1947-1991), a pesar de ello, fue un modelo director para los estados socialistas y revolucionarios de corte marxista en la segunda mitad del siglo XX.

Muchos de los guardias germano-orientales no podían creer que su mundo tocara a su fin con la caída de aquel muro que separaba a los berlineses.
  • La primera causa de la desintegración de la Unión Soviética, fue el factor humano. Ante todo cabe decir que los soviéticos fueron un pueblo muy unido. Pero debido a las grandes adversidades y a las Guerras que se iban abriendo, el entusiasmo de realización de una vida plenamente comunista se iba desvaneciendo. A mediados de los años 50, y con el aumento de la producción y el lógico aumento de exigencias consumistas, la economía no podía satisfacer a estas últimas, y por consiguiente empezó a aparecer una lógica más individualista. Una lógica propiciada a la vez por los discursos populistas de Jrushchov, y por la pérdida del carácter solidario del trabajo.                     

“En condiciones de una distribución en esencia igualitaria fue imposible crear y consolidar unos estímulos económicos efectivos al trabajo.” 

Rodríguez Coronado, 2018
  • Una segunda causa, estrechamente relacionada con la primera, sería el déficit. Un déficit provocado por la superación y la excedencia de la demanda de la población. Cabe destacar que a partir de los años 60, y debido a la rivalidad con Occidente, la Unión Soviética decidió dedicar gran parte de su presupuesto al gasto militar, en detrimento del resto de sectores, entre estos al de la industria ligera de productos de consumo. Otro desencadenante de ese déficit fue la ausencia de coordinación entre los intereses de los productores y la sociedad en general, que provocaron que produjesen un volumen para sacar beneficios y no para satisfacer las necesidades de la población soviética. Todo esto debido a una política más social que económica del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética). Esté déficit se fue engrosando durante la “Perestroika”, y a finales de esta se pudo ver la desaparición  de productos de primera necesidad del comercio.
  • Otra causa que hizo caer la URSS, y una de las más importantes, fue la “Perestroika” (reconstrucción) de Mijaíl Gorbachov. Una nueva política para reformar y preservar el sistema socialista y abrirlo más hacía el capitalismo. Esta apertura provocó que gran parte de los beneficios de las empresas quedasen a disposición de estas, la liberalización económica o la mirada cada vez más centrada en Occidente y no en los países socialistas del Tercer Mundo, también fueron medidas tomadas por el gobierno. 
  • Una cuarta causa fue el nacionalismo pequeño-burgués dentro de la URSS. Cabe remarcar que la Unión abarco unas cien nacionalidades. Los principales conflictos de nacionalismo ocurrieron en Ucrania y en los Países Bálticos (Letonia, Estonia y Lituania). Unos países que ejercieron de frontera entre el capitalismo y el socialismo. Ucrania se fue alejando de la URSS sobre todo a partir de la era de Jrushchov. Ya en los siglos XVII-XVIII, con el imperio zarista, el nacionalismo ucraniano estaba presente por parte de la nobleza rusa, pero de descendencia ucraniana. Un nacionalismo que criticaba la concentración de poder en el imperio ruso. Pero con la llegada al poder de los bolcheviques, y el cambio de modelo de estado, ese nacionalismo se relajo. Cabe destacar que Lenin en sus trabajos prerrevolucionarios indicaba que Ucrania, debía tener el derecho a la autodeterminación. Una vez terminada la Gran Guerra Patria, entre la mitad de los años 50 y hasta los años 70, hubo un proceso de “ucrainización”, y una gran parte de la masa de trabajadores ucranianos se consideraba ucranianos de nacionalidad. Este cambio se debe a la política de Jrushchov de que en las repúblicas los puestos de mando los debían ocupar cuadros nacionales. Esto hizo que una región como Crimea, regalada por Jrushchov a los ucranianos y  donde los ucranianos eran una minoría en los años 50, pasasen a ser, veinte años más tarde, las tres cuartas partes de la población. Este hecho hizo que el Partido Comunista de Ucrania se fuese llenando de nacionalistas ucranianos, y con la consiguiente caída de la Unión, se propició la salida de Ucrania.
Imagen gráfica de la Perestroika.

La cuestión nacional en los países bálticos es diferente que en Ucrania. Las etnias de estos países, son predominantemente europeas, debido a sus características antropológicas. A su vez, estos tres países entraron a formar parte de la URSS en el verano de 1940, “según los protocolos adjuntos secretos al Pacto de no Agresión entre la URSS y la Alemania Nazi.” (Rodríguez Coronado, 2018). Debemos recordar que estos países fueron arrebatados a la joven República de los Soviets, con la ruptura por parte de Alemania del pacto Brest-Litovsk en 1918. Debido al peso dominante de la agricultura en esos países, y con ello el campesinado medio y los kulaks,  y debido a las reformas del restablecido poder soviético, el nacionalismo estaba muy presente, de hecho nunca se había ido, ya que los tres países entraron en la Unión conservando intactas su identidad y su cultura. Otro factor a tener en cuenta es el tipo de aldea de estos países en comparación con la de Rusia. En los Países Bálticos la aldea se basaba en una estructura de haciendas separadas unas de las otras, mientras que en Rusia se sustentaba en los pilares del régimen comunal. Por lo tanto, la política de colectivización no podía ser la misma, pero así fue. Y todo esto, junto con la propaganda masiva anticomunista y nacionalista en los últimos decenios, perpetró la salida de los Países Bálticos de la Unión Soviética.

Una última causa, relacionada con los temas económicos, fue la de los conocidos como “vauchers”, en la política de Boris Yeltsin. La definición de este problema queda muy bien resumido en el libro: “Sobre la lógica de la historia de la URSS” de Joaquín Rodríguez Coronado: “Los nuevos managers de la contrarrevolución rusa y democracia liberal pusieron en marcha una OPA infalible, de valoración primero y venta después a la población del país de títulos de “propietarios” de toda la riqueza nacional en forma de los triste conocidos “vauchers” de privatización; la valoración se estimó inicialmente en 10.000$ por persona y la venta, por arte de magia, se convirtió en 26$, menor en casi 400 veces.” 

Existen pequeñas gotas que hicieron colmar el vaso, como por ejemplo el desastre de Chernóbil en 1986 o el fracaso de las relaciones con la República Popular China. Pero las verdaderas causas de la desintegración de la URSS son las que se han nombrado previamente. 

Explosión en la planta nuclear de Chernobyl

Consecuencias de la desintegración

La desintegración de la potencia socialista mundial, trajo enormes consecuencias, tanto en los países socialistas como en el resto del mundo. 

Una primera consecuencia de la desintegración de la URSS fue la subdivisión de esta en pequeños estados, 15 concretamente. Aparecieron estados de nueva creación como Ucrania y a la vez estados ya existentes como los Países Bálticos o Rusia. 

Una segunda consecuencia estuvo relacionada directamente con los Estados Unidos, ya que se proclamaron vencedores de la Guerra Fría y a su vez de la victoria del capitalismo contra el comunismo. Esto hizo que los EEUU se erigiesen como la superpotencia hegemónica mundial. Debido a esto, los EEUU se pusieron al frente de todas las operaciones de “paz” en  Oriente Medio, que hoy en día, muchas de ellas, siguen en curso.

Otra consecuencia fue la rusofobia que se manifestó sobretodo en los antiguos países de la Unión. Esta trajo consecuencias graves sobretodo en Ucrania, dónde se está desarrollando la Guerra del Donbass, y que entre otros motivos está propiciada por esta rusofobia. O el conflicto de Crimea también en el país ucraniano. A la vez, esta fobia a todo lo ruso, asociado a lo soviético erróneamente, ha motivado una crítica abierta en los medios de comunicación, contra la Rusia de Putin. Cabe destacar, que esta Rusia sigue siendo muy potente en términos militares, aunque no es una superpotencia económica (su PIB es igual que el de España). 

La Unión Europea fue otra gran beneficiada de la caída de la URSS. La UE recibió con los brazos abiertos a estos estados independientes, y el objetivo de este recibimiento era la creación de un mercado y una política económica potente, que se vio reflejada en el Tratado de Maastricht de 1992. Otro objetivo que buscaba la UE era la de poder explotar esas tierras ricas en recursos naturales y energéticos. 

A parte de los EEUU  la UE, los estados de Oriente, como China o Japón,  también salieron beneficiados de la caída, ya que vieron aumentada su actividad comercial.

Por otra parte, los países socialistas que existían en ese momento, como Cuba o Vietnam, quedaron tocados, ya que la potencia socialista por excelencia había desaparecido, y con ella la “ayuda y protección” que recibían.

La descomposición de la URSS. El Orden Mundial.

Autor: Jordi Solé. Estudiante de Ciencias Políticas en la UB, interesado en los conflictos internacionales.

*NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del autor o autores, sin que representen las ideas de Geopolítica XXI.

Bibliografía

Rodríguez Coronado, J., (2018). Sobre la lógica de la historia de la URSS, Madrid, España, Templando El Acero.

Consecuencias de la desintegración de la URSS. Historiae. Recuperado de: https://historiaeweb.com/2016/06/17/consecuencias-desintegracion-urss/

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