El nearshoring surge como una posibilidad de relocalización de la cadena productiva hacia determinados países que resultan territorialmente más cercanos al del consumidor final. De este modo, se hace posible para las compañías que deciden deslocalizar su producción, beneficiarse del know-how existente en el territorio escogido, de los competitivos precios en cuanto a materias primas y de su mano de obra especializada, entre otros factores de interés.
En el convulso contexto geopolítico actual, han sido abundantes los fenómenos que han despertado la atención de la opinión pública. El latente conflicto de Ucrania, así como el estallido de una nueva disputa entre China y Taiwán – y las repercusiones políticas a nivel internacional del mismo – han supuesto un nuevo golpe de incertidumbre para nuestras economías y mercados. Tomando, además, en consideración, los efectos que la pandemia de Covid-19 ha dejado tras de sí, son muchas las grandes empresas que, habiendo mantenido durante años sus cadenas de producción en Asia, han comenzado a replantearse de forma reciente un cambio sustancial en su modelo productivo. Al padecer los efectos que los retrasos debidos a largas distancias, la falta de coordinación de los equipos y las restricciones al transporte han propiciado, la opción de atraer su cadena productiva a países cercanos al consumidor final y territorialmente más accesibles se ha convertido en una idea de exponencial interés.
INICIOS DE LA DESLOCALIZACION DE LAS EMPRESAS
La cada vez mayor competitividad de los mercados ha exigido a las empresas una diferenciación basada en ventajas comparativas, principalmente sustentadas en el mantenimiento de unos bajos costes de producción, el apalancamiento en un buen sistema de logística y en el establecimiento de cadenas de suministros globales. Así, a finales de los años noventa se dio un proceso de relocalización de las plantas de producción desde países más desarrollados – situados mayoritariamente en Europa y América del Norte – hacia nuevos territorios ubicados en América Latina, África y predominantemente en Asia.
Reestructuración de las cadenas de producción a nivel mundial. Fuente: MexicoNow
Esta deslocalización, también conocida como offshoring, se consolidó como la opción más provechosa en materia de beneficios económicos, al suponer unos bajos costes de producción y emplear mano de obra sustancialmente más barata. Sin embargo, a largo plazo ha quedado demostrado que las diferencias culturales y legales, las barreras idiomáticas e incluso el ya mencionado equilibrio geopolítico suponen un poderoso obstáculo para la productividad y las relaciones laborales. Para hacer frente a las ya demostradas dificultades que anclar la producción en países tan remotos supone, surgen dos nuevas corrientes: el reshoring y el nearshoring.
REPLANTEAMIENTO DE LA PRODUCCIÓN: CAMBIOS DE ESTRATEGIA
El llamado reshoring u onshoring, supone el retorno de la totalidad de la cadena productiva, antes trasladada al extranjero, de regreso al país desde el cual se reubicó. Esta medida se encuentra encaminada no sólo a evitar los radicales cortes en las cadenas de suministros ocasionados por crisis políticas o sanitarias – como la sucedida con el ya mencionado Covid-19 – sino los problemas acarreados por los costos de capital en aumento, las guerras comerciales y otros riesgos derivados de la inestabilidad y vulnerabilidad de economías. De igual modo, en un mundo en recesión en el que las barreras comerciales van en aumento, el reshoring surge como necesidad para reindustrializar las economías desarrolladas.
Por su parte, el nearshoring surge como una posibilidad de relocalización de la cadena productiva a un país territorialmente más cercano, aprovechando así el know-how del país, la mano de obra especializada de las economías limítrofes y el conocimiento de la cultura productiva. De esta forma se pone de manifiesto la confianza en la productividad de la cadena logística global, aprovechando la reducción de costes características del offshoring, y además garantizando una comunicación y colaboración menos complejas.
Estrategia de nearshoring entre México y EEUU Fuente: Inmobiliae
IMPLICACIONES DEL ACERCAMIENTO DE LA PRODUCCIÓN
Así pues, el nearshoring supone importantes ventajas para las empresas que deciden implementarla. Más allá de la mera reducción del tiempo y costes del transporte, la cercanía geográfica garantiza un mayor contacto con los outsourcers gracias a una comunicación sencilla y rápida. De igual modo, las menores diferencias culturales entre los países limítrofes aseguran un mayor conocimiento del mercado, dando lugar a un detallado estudio de la demanda con la que se trata.
Nótese que esta relocalización supone la aparición de numerosas ventajas, tanto para las empresas que afianzan sus plantas productivas en estos nuevos países, como para las economías y los trabajadores del país en el que se asientan. De esta forma, algunos de los motivos declarados que condujeron a las empresas norteamericanas a contratar servicios de nearshoring en áreas específicas de Iberoamérica – tal y como recoge la consultora Page Consulting México en su estudio – fueron, más allá de la mera reducción de costes, el acceso a una red más amplia de talento humano, mantener la flexibilidad de la plantilla a largo plazo, por la agilidad en los procesos de desarrollo del producto final y por la rapidez en la entrega de este.
Respecto de los países en los que se asientan estos nuevos modelos de producción, no deben pasarse por alto las numerosas ventajas que esta nueva corriente proporciona en materias tan cruciales como la económica, social, laboral, legal o medioambiental. Un ejemplo significativo de esto supone el aumento de la competencia por el empleo, especialmente en los sectores tecnológico y manufacturero, que ha presionado a las empresas a ofrecer salarios y beneficios competitivos para atraer y retener a sus empleados. De igual modo, las empresas desplazadas buscan un mayor grado de protección para sus empleados, como requisitos de salario mínimo, seguridad laboral y el derecho a sindicarse.
China Manufacturing versus Mexico Manufacturing: Who Wins? Fuente: China Briefing
MÉXICO COMO ALTERNATIVA REAL AL “MADE IN CHINA”
En los últimos tiempos, México se ha posicionado como una de las principales economías para la reubicación de empresas a nivel mundial. Por razón de su privilegiada ubicación geográfica – única en relación con los mercados norteamericano, europeo y asiático – así como su presencia simultánea en estos gracias a la multiplicidad de tratados comerciales y de inversión, entre los que encontramos el USMCA y CPTPP, determinadas regiones del país, tales como Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Zacatecas, Guanajuato, Querétaro y el Estado de México se han convertido en el nuevo punto de mira de la inversión extranjera.
Debido a los más de 3.000 kilómetros de frontera que México comparte con los Estados Unidos, el territorio fronterizo entre ambas potencias se ha convertido en el punto central en el que las empresas estadounidenses deciden relocalizarse. Esta realidad ha quedado patente en determinados mercados, como es el caso de múltiples fabricantes de piezas electrónicas y semiconductoras, componentes aeroespaciales, dispositivos médicos de medicamentos genéricos, así como centros de datos y distribución.
Adicionalmente, frente a las elevadas tasas arancelarias impuestas a las importaciones chinas derivadas de la guerra comercial entre Estados Unidos y el gigante asiático, México presenta nuevos beneficios en materia arancelaria derivados de los tratados internacionales ya mencionados.
Según datos arrojados por el Banco Interamericano de Desarrollo (o “BID”), está previsto que México tenga un crecimiento aproximado de 35,000 millones de dólares americanos en sus exportaciones a corto y medio plazo. En el mismo sentido, el “Nearshoring Data Monitor de Santander”, estima que México podría alcanzar un crecimiento adicional de hasta 8% en su Producto Interno Bruto (PIB) en los siguientes seis años impulsado por la relocalización de inversiones.
CONCLUSIONES
Ha quedado demostrado empíricamente – a través de las economías pioneras en implantar este sistema, como México, Chile, Brasil o Costa Rica – cómo el nearshoring se abre como una nueva y esperanzadora posibilidad para las cadenas productivas de todos los países del mundo. Nos movemos en una economía cada vez más globalizada, en la que las alianzas a nivel internacional en materia de mercado suponen, además de una ventaja competitiva, un activo estratégico necesario a corto y medio plazo para la supervivencia de las empresas privadas.
Ante los deseos de unos consumidores cada vez más demandantes, nos encontramos ante un momento clave en el que escoger adecuadamente nuestras preferencias en materia de competitividad y modelos productivos. La figura del consumidor final también ha cambiado sustancialmente en los últimos tiempos, requiriendo así de las compañías comerciales no solamente una mayor calidad y menor precio en los productos y servicios ofertados, junto con su correspondiente disponibilidad cuasi inmediata, sino además la puesta en práctica de determinados valores sociales que deberán encontrarse implantados a nivel interno en todas las fases del proceso productivo.
Frente al ya consolidado sistema de offshoring, hasta ahora preferido por multitud de empresas, el nearshoring ha resultado una alternativa que, mientras mantiene la reducción de costes asociada tradicionalmente a esta deslocalización hacia países asiáticos, garantiza no solo una mayor eficiencia en la producción y envío del producto final, sino además un aumento de la transparencia en materias relacionadas con las políticas internas ya demandadas por los consumidores en materia del conocido como EGS (Environmental, Governance and Social) concernientes a protocolos de cumplimiento normativo, seguridad y derechos laborales de los trabajadores y políticas medioambientales y de sostenibilidad seguidas por la empresa productora.
NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.
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