LA AGENDA TURCA EN SIRIA: OBJETIVOS MILITARES Y POLÍTICOS
El 20 de enero de 2018 Turquía lanzó la Operación Rama de Olivo (en turco: Zeytin Dalı Harekâtı) en Afrín, en la región noroeste de Siria. El objetivo principal de la campaña era repeler el Partido de la Unión Democrática (PYD) -conocido como la marca siria de la organización Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)- y a las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) su brazo armado , con el horizonte táctico de alejarlos de la zona siria fronteriza con Turquía.
El detonante final que llevó a emprender esta nueva operación militar turca en suelo sirio fue el anuncio de Washington de formar una guardia fronteriza de 30,000 efectivos articulada por las autodenominadas Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), que está en gran parte compuesta por militantes de las YPG.

Carros de combate turcos del modelo de fabricación alemán Leopard 2, agrupados antes de un ataque en suelo Sirio.
Desde que comenzó el conflicto en Siria, los aumento del armamento de las YPG ha sido constante en el marco de las operaciones contra DAESH, algo que ha hecho que salte la alarma en Turquía ante una situación que se percibe como una grave amenaza para su seguridad nacional, especialmente para aquellas poblaciones fronterizas que se pueden ver amenazadas por ataques desde territorio controlado por las milicias kurdas en Siria. Ante esta preocupante situación, que podía dibujar un horizonte complejo en la situación de seguridad turca respecto de los grupos terroristas kurdos, provocó una protesta en Ankara ante la administración Trump. La determinación turca no se hizo esperar y en enero Recep Tayyip Erdogan dijo:
«Dentro de poco tiempo, dispersaremos uno por uno los nidos de terror de Siria, empezando por Afrin.»
DESPLIEGUE DE LA OPERACIÓN RAMA DE OLIVO
La operación Rama de Olivo adquirió luz verde para su despliegue tras una serie de reuniones de alto nivel entre cargos militares turcos y rusos para trazar las condiciones de seguridad de la operación. De facto el espacio aéreo sirio está controlado por las fuerzas rusas, así que a pesar de las amenazas del régimen sirio de derribar aparatos turcos, Rusia dio luz verde para la campaña sobre Afrín.
Los planes iniciales de Ankara no contemplaban acciones sobre Manbij donde se encuentran numerosas tropas de Estados Unidos, algo que plantearía un escenario propicio para una crisis en las relaciones turco – estadounidenses, ambos aliados OTAN. La solución a este posible conflicto de intereses es la celebración de una reunión similar a la realizada con altos cargos rusos, pero en este caso con estadounidenses en la que se marque las zonas de acción de cada país en suelo sirio.

Mapa de la región de Afrín con información actualizada de mediados de febrero donde se muestra el avance por diversos frentes del ejército turco.
La necesidad de emprender esta operación por parte de Ankara se explica por la pesadilla estratégica y de seguridad para Turquía que supone un apuntalamiento del control de la administración de facto del terrorista PKK y sus ramificaciones en el norte de Siria. A esto habría que sumar la peligrosidad de que las organizaciones terroristas kurdas se hicieran con armas tácticamente revolucionarias para los militantes de YPG.
En definitiva, esta suma de factores podrían dibujar un peligroso escenario en el lapso de una década en el que las capacidades militares y paramilitares de las YPG podrían elevarse a un nivel completamente nuevo, comparable incluso al de Hezbollah libanés.
INICIO DE LAS OPERACIONES
La Operación Rama de Olivo comenzó con un despliegue abrumador del poder aéreo turco junto con una incursión terrestre en el cinturón montañoso que rodea el centro de Afrín. El compromiso aéreo turco en esta operación ha sido excepcional desde el principio. Se desplegaron 72 aviones de combate en la apertura de la campaña, unos números que impresionan ya que supone una cuarta parte del total de aviación de combate de la Fuerza Aérea Turca. En el plano militar, este pronto despliegue aéreo marcó un éxito importante para sorprender al enemigo en las fases iniciales de los combates, anulando las bases kurdas cercanas a la frontera turca.

Caza bombarderos turcos F-16 en misión de sobrevuelo en la zona noroeste de Siria, durante las primeras fases de la Operación Rama de Olivo.
Esta estrategia de bombardeo pesado es ganar un dominio rápido del espacio para centrarse después en las operaciones terrestres. El uso de municiones de alta precisión buscaba mermar las capacidades de guerra subterránea del adversario, algo que refleja las lecciones aprendidas en la Operación Escudo del Éufrates de 2016. Así mismo, Ankara busca con estas acciones unos efectos psicológicos que afecten a la moral de las YPG, buscando en última instancia alentar deserciones en sus filas.
FASES DE LA OPERACIÓN
En lo referente al plano militar, la ofensiva terrestre de la Operación Rama de Olivo consiste en dos fases con características radicalmente diferentes:
- La fase inicial, actualmente en curso, se caracteriza por esfuerzos militares propios de la guerra de montaña con combates en escenarios a 1.000 m de altitud en condiciones híbridas. La captura de las cotas altas en el camino a Afrín, como el Monte Bursaya, marca un objetivo importante en este sentido. El objetivo ya declarado es el de limpiar toda la provincia de Afrín de las ramificaciones de la organización terrorista PKK, tanto en la llanura como en la montaña.
- La segunda fase de la operación discurre en forma de guerra urbana. A medida que las operaciones se acercan al centro urbano. Esta fase de la operación podría adquirir una connotación especialmente arriesgada para las tropas en liza pues la aviación y las fuerzas mecanizadas turcas estarían más limitadas en este escenario.

Blindados turcos en las zonas montañosas sirias, cercanas a la frontera con Turquía, donde se aprecia la dificultad del terreno del clima.
Por lo tanto, es probable que se produzcan cambios drásticos en la estrategia de generación de fuerza de Turquía a medida que avanza la campaña. Así pues, la fase de la guerra en montaña y la guerra urbana tienen características bastante diferentes. En otras palabras, se espera que las Fuerzas Armadas turcas y las fuerzas aliadas sirias combatan dos batallas diferentes en Afrín.
Una opción alternativa para combatir una guerra urbana arriesgada es asediar Afrín y forzar a los militantes de YPG a retirarse. Aunque el formato de guerra de sitio se considera legal en términos de las leyes internacionales que se aplican en conflictos armados, un concepto tan aversivo al riesgo solo podría tener éxito si se combina con una guerra de información muy efectiva, comunicaciones estratégicas y esfuerzos diplomáticos. Las YPG probablemente intentarán usar a la población local como escudos humanos y forzará la militarización de esta. Se espera que despliegue una campaña de propaganda a nivel global criminalizando la operación turca. Esto es algo en lo que los grupos kurdos tienen dilatada experiencia ya que han disfrazado su lucha de valores comunistas y socialistas que han atraído a grupos ultra en Occidente, los cuales han apoyado abiertamente a estos grupos. Por lo tanto, la evacuación de los civiles del área de operaciones debería ser la máxima prioridad.
Las YPG, un grupo armado con vínculos orgánicos evidentes con la organización PKK, ha ganado capacidades militares sin precedentes en el curso de la guerra en Siria. Si esta situación se asienta y no se controla, las YPG podrían obtener capacidades avanzadas de guerra híbrida. Una de las amenazas que incluiría esta situación sería la obtención y uso de un arsenal de cohetes junto con defensas aéreas de baja a media altitud en el lapso de tiempo de una década, comparable al Hezbolá libanés. Con un escenario tan preocupante, el despliegue de la operación Rama de Olivo era una necesidad, un esfuerzo necesario para la seguridad nacional de Turquía.

Imagen de soldados de las YPG en Raqqa enarbolando una bandera con la imagen del líder del PKK, Abdullah Öcalan.
La amenaza terrorista de la amenaza del PKK siempre ha tenido una dimensión siria, incluso décadas antes de que estallara la guerra civil. A finales del siglo pasado, Siria era un lugar de refugio del terrorismo kurdo gracias a que el régimen de Hafez Assad albergaba y utilizaba abiertamente a la organización terrorista como una herramienta de guerra alternativa contra Turquía. Los kurdos sirios han asumido tradicionalmente posiciones relevantes en el brazo armado del PKK. El régimen de Hafez Assad se vio obligado a poner fin al patrocinio del terrorismo contra Ankara solo después de una sólida diplomacia defendida por el difunto presidente de Turquía, Suleyman Demirel, en 1998.
OBJETIVOS POLÍTICOS DE LA OPERACIÓN RAMA DE OLIVO
Ankara tiene en liza objetivos militares, pero también políticos. Uno de estos últimos es doméstico. El apoyo de Estados Unidos al PYD, que culminó con la declaración constituir una unidad YPG de 30.000 efectivos a modo de guardia fronteriza, ha provocado una presión pública en Turquía que pide una respuesta turca más severa para abordar los desafíos de seguridad cada vez más palpables vinculados a la expansión del PYD en vigor en el norte de Siria.

La operación militar en Siria apuntala el poder del partido de Erdogan, el AKP, y ha traído una oleada de patriotismo en todo el país.
Otro objetivo político es posicionar a Turquía como un actor clave del escenario bélico sirio. El enfoque tiene como fin mejorar el papel de Turquía en las negociaciones futuras sobre el porvenir de la Siria postbélica, donde Turquía, después de haber abandonado la agenda de cambio de régimen, ahora apunta primordialmente a limitar las ambiciones territoriales de los kurdos sirios y asegurar su frontera sur con un área de influencia en territorio sirio de la mano de sus tropas sobre el terreno y sus aliados. La participación de Turquía en unas hipotéticas negociaciones que diseñen el futuro político de Siria se antoja fundamental ya que Ankara tiene una participación activa no solo en la lucha contra DAESH sino contra las organizaciones terroristas kurdas que hasta ahora controlaban libremente el norte de Siria.

Soldados turcos (a la izquierda) junto a miembros del Ejército Libre Sirio, aliados de Turquía en la Operación Rama de Olivo en su lucha contra PKK-YPG.
La fase final de la operación apunta a Manbij, la región controlada por Estados Unidos al oeste del Éufrates. Obviamente, este alcance ampliado plantearía un choque de intereses entre dos potencias militares que ante todo son aliados de la OTAN. La estrategia de Ankara es convencer a la administración Trump de que retire sus tropas de Manbij, lo que también sería señal del debilitamiento del compromiso con YPG y abriría las puertas a Turquía para seguir su operación antiterrorista. El riesgo es que los responsables de las políticas de los EE.UU decidan probar la resolución de Ankara, puede debilitar la cohesión de la OTAN por los roces estratégicos de dos aliados con agendas distintas en un mismo escenario bélico.

Reunión celebrada a mediados de febrero entre el Secretario de Estado de EEUU, Rex Tulleron y Recep Tayyip Erdogan.
Dada la agudeza de la crisis que puede surgir y sus implicaciones, se debe fomentar una agenda común entre Estados Unidos y Turquía. El aspecto humanitario podría proporcionar esa oportunidad. La inminente operación dirigida sobre Afrín plantea la posibilidad de un asedio militar o una guerra urbana con enormes riesgos para la población civil, incluido el riesgo de ser utilizados como escudos humanos por los las YPG o ser obligados a roles paramilitares. Turquía y Estados Unidos deberían dar prioridad a un corredor humanitario que permita a los civiles salir del teatro de los conflictos hacia el Manbij controlado por los EEUU. El éxito de este enfoque de colaboración podría utilizarse como un trampolín hacia un marco más sólido de diálogo que podría abordar los problemas más profundos que afectan a esta relación bilateral clave.
CONCLUSIÓN
La operación Rama de Olivo abre un nuevo capítulo de la guerra en Siria. Los objetivos que persigue Turquía con esta operación son factores clave para garantizar su seguridad interna y la de su entorno. Turquía, amenazada por la presencia estable de grupos terroristas kurdos junto a su frontera que durante meses venían realizando ataques con cohetes sobre poblaciones en suelo turco, busca no solo eliminar esta amenaza sino también garantizar la seguridad de las poblaciones que se encuentran bajo la dominación de YPG-PKK. Esta dominación ha producido miles de desplazados que huyeron del terror de DAESH y se refugiaron en Afrín. Cuando esta ciudad fue tomada por las YPG, miles de personas huyeron ante el régimen que rige en las poblaciones dominadas por la marca siria del grupo terrorista PKK. Por lo tanto, es una operación militar, con objetivos militares, pero con una clara vertiente humanitaria también que, en suma, postula a Turquía como un actor clave en el conflicto poniéndolo a la altura de EEUU y Rusia en la futura mesa de negociación.
ENLACES DE INTERÉS:
- Video que muestra el potencial militar usado por Turquía en la Operación Rama de Olivo: https://www.youtube.com/watch?v=bTO2CPQKiWQ
- Programa del canal France 24 donde se analiza el despliegue turco en el noroeste de Siria: https://www.youtube.com/watch?v=hi5Sk-IIeEs
- Video de TRT News en el que se muestra la vida de los refugiados que huyen de las YPG-PKK: https://www.youtube.com/watch?v=yW7_UqnkqP0
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