Desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, las cinco repúblicas exsoviéticas de Asia Central—Kazajistán, Uzbekistán, Kirguistán, Tayikistán y Turkmenistán—han seguido caminos divergentes en términos de desarrollo político y económico. Estas naciones, parte del antiguo territorio conocido como el Turquestán, han vivido una transición marcada por la búsqueda de la estabilidad y el progreso, aunque con resultados desiguales. La geografía única de la región, caracterizada por desiertos áridos, montañas imponentes y vastas estepas, ha sido un factor determinante en su evolución económica y social.
El crecimiento demográfico de estos países ha sido notable desde la independencia. En términos de población, Kazajistán, la nación más grande y próspera, cuenta con 19 millones de habitantes. Uzbekistán, con una población de aproximadamente 36 millones, se posiciona como el país más poblad
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