Durante más de una década, Estados Unidos ha proclamado su voluntad de reorientar su mirada hacia Asia, convencido de que el Indo-Pacífico es el verdadero centro de gravedad del siglo XXI. Sin embargo, Oriente Próximo continúa reclamando su atención con una fuerza innegable. El apoyo a Israel, el mantenimiento de bases militares estratégicas y una arquitectura de seguridad profundamente arraigada mantienen a Washington anclado en una región que nunca termina de soltar. En este episodio analizamos cómo EE. UU. combina diplomacia, poder tecnológico y presencia militar calibrada para sostener su influencia en un escenario tan frágil como decisivo.
Estados Unidos lleva años insistiendo en la necesidad de un giro estratégico hacia Asia, un reposicionamiento que la administración Obama definió co

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