Una polémica iniciativa, que ha sido denunciada como «cruel» e ‘’inhumana’’ por violar acuerdos internacionales en materia de inmigración, podría resultar en la reubicación de los refugiados del Reino Unido a Ruanda.
En abril de 2022, con el fin de disminuir el número de pequeñas embarcaciones que semanalmente cruzan el Canal de la Mancha transportando a solicitantes de asilo, el gobierno británico junto con el ruandés presentó una posible solución para abordar esta cuestión: organizar vuelos para transportar a los inmigrantes desde Reino Unido hasta Ruanda. Líderes mundiales y expertos en materia humanitaria consideran que se trata de una política inhumana.
¿DE DÓNDE VIENE ESTA INICIATIVA?
La propuesta es fruto de un plan conjunto de desarrollo económico entre Reino Unido y Ruanda. El 13 de abril de 2022, el Gobierno del Reino y el Gobierno de la República de Ruanda hicieron oficial un acuerdo de asociación en materia de asilo, en virtud del cual los solicitantes de asilo, cuyas peticiones no estaban siendo examinadas por el Reino Unido, podrían ser reubicados a Ruanda.
La Ministra de Interiores británica, Priti Patel, con el Ministro de Relaciones Exteriores de Ruanda, Vincent Biruta, después de firmar el acuerdo de transferencia en Kigali el pasado 14 de abril (KT Press)
Inicialmente, esta medida se presentó como una posible solución al problema de la inmigración como respuesta a la fuerte oleada de migraciones que ha experimentado Reino Unido durante los últimos años. Los datos muestran que en 2021 más de 28000 personas entraron en el Reino Unido cruzando el Canal de la Mancha a bordo de pequeñas embarcaciones. En contraposición, en 2020 se registró la entrada de 8500 migrantes, un número notablemente inferior. A día de hoy, de los migrantes que logran entrar en el país, solo aquellos que tienen un reclamo sólido recibirán asilo y el resto debe abandonar Reino Unido en un plazo máximo de cinco días.
De la misma manera, la iniciativa pone de manifiesto la importancia que tuvieron las cuestiones relacionadas con la inmigración como parte de la campaña del Brexit; puesto que uno de los argumentos respaldado por los conservadores británicos con mayor peso a la hora de mostrar su intención de abandonar la Unión Europea era la posibilidad de tener total libertad sobre las políticas de inmigración sin depender de ninguna manera de las que se adopten en Bruselas. Muestra de esto es que, después de que el Brexit se hiciera efectivo, Reino Unido introdujo un sistema de puntos para favorecer la entrada en el país de aquellos que quisieran trabajar en Reino Unido.
¿EN QUÉ CONSISTE?
La alianza entre Reino Unido y Ruanda forma parte de un acuerdo económico de desarrollo mediante el cual Ruanda recibiría 120 millones de libras (aproximadamente 148 millones de dólares) a cambio de acoger a solicitantes de asilo que ahora se encuentran en Reino Unido. Inicialmente, el acuerdo tendrá una duración de cinco años y contaría con la posibilidad de renovarse un año más después de su finalización.
El Gobierno británico sostiene que la maniobra es una estrategia para poner en jaque a las redes de tráfico de personas y frenar el flujo de inmigrantes que entran en el país. De acuerdo con el exPrimer Ministro Boris Johnson en una entrevista para la emisora LBC, ‘’es muy importante que las bandas criminales que están poniendo en peligro la vida de la gente en el Canal de la Mancha entiendan que su modelo de negocio se va a romper y lo está rompiendo este Gobierno”.
Boris Johnson durante la entrevista concedida a LBC (LBC)
De acuerdo con Priti Petel, Ministra de Interior de Reino Unido, el plan es una ‘’nueva asociación conjunta de migración y desarrollo económico’’. Además, sostiene que, mediante este plan, el gobierno británico está haciendo una inversión sustancial en el desarrollo económico de Ruanda.
La propuesta de ambos gobiernos cuenta con un riguroso plan de operación por el cual los inmigrantes que crucen el Canal de la Mancha y lleguen a Dover, ciudad portuaria al sur del país, serían evaluados médicamente previa transportación al aeródromo de Manston, donde se procedería a su embarcación para su posterior traslado a Ruanda. Petel puntualiza que se eximiría la deportación de personas con riesgos de salud o vulnerabilidades relevantes.
Una vez en Ruanda, los inmigrantes recibirían alojamiento temporal al tiempo que se evalúa su solicitud de asilo en el país africano. Además, gozarían de apoyo para su integración tanto social como laboral, y sus gastos de alojamiento y manutención durante los primeros cinco años estarían cubiertos por el gobierno.
CONDENAS AL ACUERDO
El primer vuelo estaba previsto para el pasado 15 de junio. No obstante, las impugnaciones legales al plan han paralizado los intentos de vuelos en la medida en que la propuesta es sometida a un proceso de revisión en los tribunales.
Se considera que el Reino Unido está evadiéndose de sus responsabilidades de asilo delegándolas en otro país, y actuando en contra del objeto y el propósito de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.
El Tribunal Europeo de Derecho Humanos emitió una orden judicial por la que impedía que el avión despegara como estaba previsto. Según el fallo del Tribunal, ‘’el solicitante de asilo no debía ser expulsado hasta que expirara un plazo de tres semanas después de la emisión de la decisión nacional definitiva en el procedimiento de revisión judicial en curso».
Manifestantes en contra del acuerdo ante el Ministerio de Interior británico en Londres (Express & Star)
Por su parte, varias organizaciones de refugiados, así como partidos de la oposición en el Reino Unido han criticado el acuerdo por considerarlo ‘’inhumano’’ y ‘’un despilfarro de dinero público’’. Además, Ruanda es un país que de por sí tiene una tasa alta de desempleo, por lo que los expertos en la materia opinan que el envío de inmigrantes sólo empeoraría esta situación. Algunos incluso sostienen que el historial de derechos humanos de Ruanda, haciendo referencia implícita al genocidio que sufrió el país en 1994, es otra razón fundamental por la que esta política no tendrá éxito. Cabe destacar que en el país africano se han observado casos de ejecuciones extrajudiciales, muertes sospechosas durante detenciones así como detenciones ilegales y otras formas de abuso.
Además, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha expresado abiertamente su «fuerte oposición y preocupación» sobre el plan y ha instado a ambos países a reconsiderarlo. «Las personas que huyen de la guerra, el conflicto y la persecución merecen compasión y empatía. No deben comercializarse como productos básicos y transferirse al extranjero para su procesamiento», dijo Gillian Triggs, Alta Comisionada Adjunta de Protección de ACNUR, en un comunicado. ACNUR también cree que el plan aumentaría los riesgos para los inmigrantes, resultando en la búsqueda de rutas alternativas, previsiblemente más peligrosas, y poniendo más presión en los estados de primera línea.
Sin embargo, a pesar de las críticas recibidas por el plan, Reino Unido no es el primer país en proponer un acuerdo de este estilo en materia de inmigración y asilo. Otros países como Australia o Dinamarca han adoptado políticas similares que, en su momento, recibieron las mismas críticas siendo tachadas de ‘’crueles’’ y ‘‘abusivas’’.
Australia es un país pionero en este tipo de acuerdos ya que, desde 2001, cuenta con un plan similar a través del que se hace efectivo el envío de migrantes y solicitantes de asilo a Nauru y Papúa Nueva Guinea.
En el caso de Dinamarca, fue el primer país miembro de la Unión Europea en abrir diálogo con Ruanda con el objetivo de establecer un acuerdo similar. No obstante, el acuerdo nunca llegó a materializarse.
NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.
0 comentarios