El fin de semana se le hizo muy largo a Vladimir Putin y a toda su camarilla de generales cuando presenció como de manera vertiginosa se extendía el levantamiento militar en el suroeste del país de la mano de los mercenarios del Grupo Wagner con su líder Prigozhin a la cabeza.
La caravana blindada que partía de Rostov del Don camino de Moscú, buscaba poner contra las cuerdas a los dirigentes rusos, finalmente tras largas horas de tensión e incluso enfrentamientos con las tropas regulares rusas, Prigozhin obtuvo un licenciamiento prematuro y se exilió en la vecina Bielorrusia de Lukashenko. Poco se sabe de cuáles fueron los motivos que hicieron detener este avance, sin embargo, la realidad es que estos sucesos han abierto grietas internas en el Kremlin y han hecho tambalearse el liderazgo de Putin. Todo ello en un momento de desgaste y descontento por la falta de resultados en su invasión sobre Ucrania, algo
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