A medida que Europa del Este enfrenta una creciente inestabilidad, Polonia ha asumido un rol fundamental en el esquema de seguridad europeo y la alianza transatlántica. Desde su ingreso en la OTAN en 1999 y en la UE en 2004, Varsovia ha emergido como un firme defensor de la defensa europea, un pilar contra la expansión rusa, y un aliado clave de los Estados Unidos. La crisis en Ucrania ha acelerado su protagonismo, llevándola a consolidarse como un líder regional y posicionarse como una potencia militar en la región.
La posición de Polonia dentro de la arquitectura de seguridad europea ha cambiado de manera decisiva en las últimas dos décadas, situándola como un actor fundamental en la contención de la influencia rusa y en la defensa de Europa del Este. Desde su incorporación a la OTAN en 1999 y a la Unión Europea <
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