La Unión Europea, a raíz de las sanciones impuestas a la Federación Rusa como consecuencia de la guerra de Ucrania, ha visto una reducción destacable en el suministro de gas, incluso cortes totales del mismo, teniendo que buscar otras alternativas a la dependencia de este recurso natural procedente de Moscú.
El elemento en el que se basa el gobierno ruso para proceder a estos cortes es la negativa (desde Bruselas) del pago en rublos del gas que fluye por los ductos europeos, sobre todo de aquellos países considerados por el Kremlin como 'poco amistosos' por su apoyo a Ucrania en la guerra que se inició en febrero de 2022. Otros Estados, como Hungría, están manteniendo conversaciones con altos cargos de la Federación Rusa para lograr mantener el suministro de gas hacia su país, pues este miembro de la UE
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