El aumento de la piratería marítima en el Golfo de Guinea representa una amenaza para la seguridad regional y podría alimentar otros desafíos que enfrenta África Occidental.
El 31 de Mayo de 2022, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó por unanimidad una resolución que no solo condena la piratería en el Golfo de Guinea si no que urge a los Estados de la región a combatir la piratería en el principal punto de acceso del mundo para los ataques contra el transporte marítimo.
Según la Oficina Marítima Internacional (IMB), la piratería mundial disminuyó en 2021, pero el nivel de amenaza en la región sigue siendo alto.
El embajador de Ghana ante las Naciones Unidas, Harold Agyeman, dijo al consejo de seguridad que la piratería además de suponer un costo anual de más de $ 800 millones a partir de 2017, “corre el riesgo de agravar una serie de otros desafíos que enfrenta África Occidental, incluido un aumento del terrorismo, el regreso de los golpes militares y el empeoramiento del impacto del cambio climático y la pandemia de COVID-19.”
IMPORTANCIA GEOESTRATÉGICA DE LA REGIÓN
El Golfo de Guinea es una región a lo largo de la costa de África occidental que abarca casi 4,000 millas compuesta por 17 países. Desde Senegal hasta Angola, la región está ricamente dotada de reservas de hidrocarburos, recursos pesqueros y minerales (diamante, estaño y cobalto) lo que lo convierte en un área estratégica.
Estos países representan casi el 45% del producto interior bruto (PIB) de África subsahariana, $866,343 mil millones en 2021. Nigeria, el líder económico del continente, y otras potencias regionales como Angola, Senegal y Camerún, tienen intereses en juego en la zona. Costa de Marfil, Benín y Ghana también destacan como importantes puntos de inversiones internacionales y de acceso para los negocios.
Es una importante zona de transporte de mercancías hacia y desde Asia y Europa, para la pesca internacional y para el petróleo y el gas. Este área representa el 25% del tráfico marítimo africano y alberga casi 20 puertos comerciales. Es la principal ruta de acceso hacia y desde el primer y segundo mayor productor de petróleo de África: Nigeria y Angola.
Con el 60% de la producción de petróleo de África, posee el 4,5 % de las reservas probadas de petróleo del mundo y el 2,7 % de las reservas probadas de gas natural. Dos tercios de estas reservas se concentran dentro de la zona económica exclusiva de Nigeria, cuyo sector petrolero representa el 75% de los ingresos del estado y el 90% de las exportaciones totales.
Tiene uno de los caladeros más ricos del mundo, el 4% de la producción mundial de pescado. Este sector es una fuente crítica de empleo para millones de personas. Solo en África occidental, hasta una cuarta parte de los puestos de trabajo están vinculados al sector pesquero.
INSEGURIDAD MARÍTIMA: PIRATERÍA Y OTRAS AMENAZAS
La primera notación internacional de la piratería se produjo en la Convención de Ginebra sobre la Alta Mar de 1958 y la posterior en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 (UNCLOS). Para encapsular todas las características de la piratería marítima, la IMB definió la piratería como “un acto de abordaje o intento de abordaje de cualquier buque con la aparente intención de cometer robo o cualquier otro delito y con la aparente intención o capacidad de usar la fuerza para promover ese acto.”
Durante los últimos 15 años los países de la cuenca del Golfo de Guinea han estado lidiando con la piratería marítima. La región se ha convertido en uno de los puntos más peligrosos del mundo, superando el Golfo de Adén y el Cuerno de África, donde operaban los piratas somalíes.
La cantidad de secuestros en el mar reportados en esta región aumentó en un 40% entre 2019 y 2020. En 2020, de los 135 secuestros marítimos en todo el mundo, 130 tuvieron lugar en el Golfo de Guinea, la cifra más alta jamás registrada en la región.

Mapa que muestra la ubicación de los secuestros piratas en el Golfo de Guinea en 2020 (AFP)
En 2019 se alcanzó un máximo, 146 personas fueron secuestradas, frente a las 60 de 2017. Si bien los secuestros se redujeron en un 55 % en 2021, representa todos los incidentes de secuestro a nivel mundial, con 57 tripulantes capturados.
Los delincuentes están cada vez mejor equipados para atacar a barcos bien provistos a muchos kilómetros de la costa (ej. barcos de pesca). El ataque más lejano registrado en 2021 tuvo lugar a más de 390 kilómetros al sur de Cotonou, el centro económico de Benín, donde 15 tripulantes fueron secuestrados de un buque maltés. Sumado a otros tipos de ataques de carácter marítimo, el año pasado la región representó casi la mitad (43%) de todos los incidentes de piratería reportados en el mundo y el 95% de los casos de secuestro globales.
Si bien la inseguridad marítima está dominada por la piratería, las amenazas en el Golfo de Guinea se pueden manifestar de otras formas:
- Robo de petróleo y otras cargas. El robo y el contrabando de combustible y petróleo crudo son problemas importantes en Nigeria, donde se roban aproximadamente 120.000 barriles de petróleo crudo cada día, el 6% de la producción de Nigeria.
- Pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. Esta actividad representa el 65% de la captura legal, el nivel más alto en el mundo. Significa una pérdida anual de $ 1500 millones para los gobiernos locales, lo que contribuye a la escasez de recursos pesqueros y acentúa las tensiones socioeconómicas.
- Tráfico de artículos falsificados, personas, estupefacientes y armas. Facilitado por la corrupción y una legislación débil, el tráfico ilícito está aumentando. El Golfo de Guinea se ha convertido en un importante punto de tránsito para los cárteles transnacionales de la droga de América Latina.
Sin embargo, estimar el valor de la piratería es complicado. Algunos problemas son estimar el grado de subregistro, cuando los casos registrados son menores que los ocurridos, y la definición de piratería. Los datos deben abordarse con cautela.
ESFUERZOS INTERNACIONALES DE COOPERACIÓN
Ante el aumento de la delincuencia y la inseguridad en el mar, 17 países ribereños se reunieron en la Cumbre de Yaundé en 2013 y establecieron una nueva arquitectura de seguridad marítima. Basada en centros de coordinación regionales en Abiyán, Pointe-Noire y Yaoundé. Estos países han tomado medidas para frenar la piratería, pero entre los más destacados se encuentran Nigeria, Camerún y Ghana.
La implementación de esta arquitectura recibió apoyo de las Naciones Unidas, los Amigos del Golfo de Guinea del G7++, la INTERPOL y en particular, de la Unión Europea (UE). La UE importa el 13 % de su consumo total de petróleo de la región por lo que ha contribuido con un apoyo especial estableciendo estrategias, acciones, planes, programas valorados en su conjunto en más de 90 millones de euros.
Estados Unidos ha mantenido una presencia marítima bajo la autoridad del Comando de África de Estados Unidos (AFRICOM), que despliega regularmente buques de guerra y organiza un importante ejercicio anual llamado Obangame Express. También desempeña un papel diplomático activo en la región y ha brindado un apoyo bilateral a las armadas locales.

Miembros de la marina de Gambia durante el ejercicio Obangame Express en Banjul, marzo de 2019 (MC2 Tamara Vaugh).
Francia tiene un compromiso con fuerzas presentes en Senegal, Costa de Marfil y Gabón, y una presencia permanente en el mar desde la década de 1990 a través de la “Operación Corymbe”. La Armada francesa organiza anualmente de tres a cuatro ejercicios regionales llamados Ejercicios para operaciones marítimas de la Gran Armada Africana (NEMO). El ejercicio NEMO 2020 reunió a 30 barcos y aeronaves de 14 países, con la participación de Estados Unidos.
Otros países europeos también participan activamente debido a sus vínculos con la región. Portugal y España aseguran una importante presencia en el mar. Italia, Reino Unido o Bélgica despliegan ocasionalmente sus armadas. Dinamarca también participa cada vez más en la región, especialmente a través de esfuerzos de creación de capacidad.
UN PROBLEMA SIN RESOLVER, SOLO CONTENIDO
A pesar de los esfuerzos actuales para frenar la piratería, este problema de seguridad persiste. Algunos desafíos pendientes incluyen un marco legislativo y judicial adecuado dentro de la Arquitectura de Yaundé, capacidades limitadas de las armadas locales que fracasan en proporcionar una disuasión creíble y las tensiones políticas y socioeconómicas.
Para combatir la piratería en la región es necesario abordar ciertos obstáculos a la cooperación. Entre ellos, falta de voluntad política, coordinación interinstitucional inadecuada, influencia de poderes extra regionales y poca conciencia del dominio marítimo, entre otros.
Se necesita un enfoque más integral y de múltiples niveles, dirigido a los actores militares y civiles involucrados en la gobernanza marítima y reformas a largo plazo que aborden los problemas estructurales multidimensionales detrás de la delincuencia marítima (corrupción, desempleo, escasez de recursos, instituciones débiles, etc.)
Los niveles de inseguridad marítima no solo comprometen las perspectivas económicas de la región, amenazando el comercio marítimo y la estabilidad de los estados costeros sino que pueden verse agravados por su proximidad a la región del Sahel. La inestabilidad en Guinea-Bissau es un reflejo de esta tendencia. Por estos motivos, el Golfo de Guinea se debe considerar una prioridad en la agenda internacional dado su potencial riesgo de desestabilización en toda África Occidental.
NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.
0 comentarios