POLONIA ANTE UN NUEVO PANORAMA POLÍTICO

por | Oct 25, 2023

El partido liberal Coalición Cívica arrebat la mayoría al conservador Ley y Justicia (PiS), que ostenta el poder de Polonia desde 2015, en un contexto fuertemente marcado por la inestabilidad política y la incertidumbre económica. INTRODUCCIÓN   Polonia cuenta con un sistema democrático multipartidista desde la caída del comunismo en 1989. En los últimos años, […]

El partido liberal Coalición Cívica arrebat la mayoría al conservador Ley y Justicia (PiS), que ostenta el poder de Polonia desde 2015, en un contexto fuertemente marcado por la inestabilidad política y la incertidumbre económica.


INTRODUCCIÓN

 

Polonia cuenta con un sistema democrático multipartidista desde la caída del comunismo en 1989. En los últimos años, se ha ido afianzando un duopolio entre el partido gobernante, Ley y Justicia, y el opositor, Coalición Cívica. Recientemente, el ejecutivo polaco ha adquirido gran relevancia por varias disputas legales con la Unión Europea, sus polémicas reformas institucionales o por sus posicionamientos ultraconservadores.

Tras la invasión rusa de Ucrania, el gobierno polaco ha destacado por liderar el apoyo a Kiev y hacer frente a la crisis de refugiados resultante, mientras trata de convertir Polonia en la principal potencia militar de Europa. No obstante, sus apoyos están experimentando un declive debido a la creciente inflación, el desgaste del poder y la reconfiguración de la oposición política. Las elecciones y el referéndum del 15 de octubre de 2023, determinarán el continuismo del gobierno del PiS o un fin de un ciclo político.

UN PANORAMA POLÍTICO FRAGMENTADO

 

El partido Ley y Justicia, conocido por sus siglas en polaco como PiS, que lidera la alianza Derecha Unida, ostenta el poder en Polonia con amplías mayorías, con Andrzej Duda como presidente y con Mateusz Morawiecki como primer ministro. Quien maneja los hilos del poder en el partido es Jarosław Kaczyńśki, hermano gemelo del expresidente Lech Kaczyńśki, fallecido en un trágico accidente aéreo en 2010. El PiS, ha mantenido unas grandes cuotas de apoyo social, gracias a una combinación de nacionalismo, conservadurismo social e intervencionismo económico.

El principal partido opositor, la democristiana y europeísta Coalición Cívica, liderada por Donald Tusk, antiguo primer ministro de Polonia y expresidente del Consejo Europeo, cuenta entre sus filas con figuras destacadas como Rafał Trzaskowski, el alcalde de Varsovia. Coalición Cívica ha logrado aglutinar a pequeños partidos liberales, progresistas, agrarios y conservadores, buscando atraer votantes muy diversos y capitalizar el descontento con el gobierno, especialmente el de las mujeres, que han visto cuartado su derecho al aborto.

Manifestantes opositores marchan contra el gobierno en la Marcha del Millón de Corazones en Varsovia, el 1 de octubre de 2023. (Czarek Sokolowski/AP)

Dentro de los posibles socios de gobierno de Coalición Cívica, encontramos una variopinta coalición, Tercera Vía, entre un partido centrista de reciente creación, Polonia 2050, y otro histórico, el Partido Campesino Polaco, un partido antiguamente adherido al socialismo agrario pero que, durante las últimas décadas, ha virado hacia el centro-derecha.

Por otro lado, Lewica, “La Izquierda”. Este partido, el único izquierdista del Sejm, el parlamento polaco, ha pasado de gobernar en dos ocasiones en los 1990s y los 2000s, a estar anclado en el 10% de los votos. Inicialmente formado por antiguos funcionarios de la era comunista, y caracterizado por un marcado atlanticismo, atraía a votantes de todos los colores políticos. Sin embargo, durante la última década ha experimentado una transición hacia el progresismo, asumiendo las reivindicaciones de los movimientos feministas y LGBT, que lo ha alejado del groso de la población polaca, notablemente conservadora, quedando circunscrito a las grandes ciudades.

En este escenario de bloques, el tercero en discordia es Confederación, un partido situado a la derecha del PiS, que puede ser determinante para un futuro gobierno. Éste cuenta entre sus filas con libertarios, monárquicos, fundamentalistas religiosos y ultranacionalistas. Pese a sus posicionamientos radicales, gracias a un discurso económico neoliberal y al carisma de sus candidatos, ha ganado gran popularidad, siendo la principal opción política en el segmento de hombres de 18 a 39 años. 

Las encuestas electorales daban la victoria a los conservadores del PiS (El Electoral)

 

POLONIA “A” Y POLONIA “B”: UNA DIVISIÓN ESTE-OESTE

 

El panorama electoral polaco destaca por una clara diferenciación entre este y oeste, consecuencia de su distinta situación socioeconómica: observamos un oeste más industrializado y liberal, y un este más agrario y conservador. El origen de esta diferencia es la reconfiguración de las fronteras polacas tras la Segunda Guerra Mundial, cuando parte del territorio de la derrotada Alemania pasó a formar parte de Polonia. 

Resultados electorales comparados con las fronteras imperiales previas a la Primera Guerra Mundial. (The Economist).

En consecuencia, la parte oriental cuenta también con una infraestructura más desarrollada y mayor tejido industrial favorecido por la abundancia de carbón en la región de Silesia, uno de los principales focos de la revolución industrial en el siglo XIX. A estas dos mitades se las conoce por Polonia A y Polonia B, una denominación un tanto peyorativa para la segunda. 

Si observamos el mapa electoral, vemos que esta línea invisible también se traslada al escenario político: mientras el PiS domina en el este -salvo en la capital, Varsovia-, Coalición Cívica tiene su feudo en las regiones del oeste.

Resultados de las elecciones presidenciales de 2020, con la victoria del conservador Andrzej Duda frente al liberal Rafał Trzaskowski, superpuestos a la antigua frontera del Imperio Alemán (Elaboración propia)

 

EL APOYO A UCRANIA, EN PELIGRO

 

Polonia ha sido hasta el momento uno de los principales apoyos económicos, políticos y militares de Volodímir Zelenski en el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, aportando hasta un 0,60% de su PIB en asistencia al país vecino, principalmente en armamento, como tanques Leopard 2 y aviones de combate MiG de la época soviética.

La mayor parte de la oposición ha apoyado firmemente esta ayuda a Ucrania, con la notable excepción de la ultraderecha de Confederación, que se ha opuesto a las restricciones a la importación de carbón procedente de Rusia, las cuales han obligado al gobierno a buscar nuevos proveedores, a menudo con un producto de peor calidad y mayores costes.

Recientemente, la relación entre Varsovia y Kiev ha ido deteriorándose, primero por los homenajes en Ucrania a grupos nacionalistas responsables de la masacre de polacos en Volinia durante la Segunda Guerra Mundial, y segundo por el bloqueo a la importación de grano ucraniano impuestas por Polonia. Esta medida proteccionista, llevada a cabo en un contexto pre-electoral en el que el PiS busca mantener el apoyo de los sectores nacionalistas y el de los agricultores, ha provocado una crisis diplomática entre Varsovia y Kiev, llegando el gobierno polaco a anunciar el fin del suministro de armas a Ucrania. Un duro revés para Zelenski en un momento en el que otro de sus aliados, Eslovaquia, ha ganado las elecciones el candidato pro-ruso Robert Fico.

Activistas de Confederación marchan con pancartas de “No es nuestra guerra” y “STOP a la ucranización de Polonia” en el día de la Independencia de 2022 en Varsovia (Twitter/Konfederacja Korony Polskiej)

 

EL COMPLICADO ENCAJE EN LA UE

 

Una de las grandes discrepancias entre gobierno y oposición es la relación con la Unión Europea. Los mandatos del PiS ha estado marcados por sucesivos desafíos a la Unión Europea, especialmente a raíz de una polémica reforma judicial, que supuso un bloqueo de los fondos europeos de recuperación. 

Junto con los demás estados del Grupo de Visegrado, especialmente la Hungría de Viktor Orbán, Polonia está formando un contrapoder en el seno de la Unión que rechaza toda injerencias en la soberanía nacional de sus miembros. Por el contrario, la mayor parte de la oposición es europeísta y ha adoptado la bandera europea como uno de sus símbolos. El futuro ejecutivo deberá lidiar con este conflicto abierto.

 

LA CRISIS MIGRATORIA

 

En línea con el punto anterior, otro de los puntos de tensión con la UE es el mecanismo de reparto de migrantes llegados de manera irregular. El gobierno polaco mantiene su rechazo al plan de reubicación forzosa de migrantes, uno de los temas sometidos a consulta en el polémico referéndum convocado por el gobierno para el mismo día de las elecciones. 

Polonia, además de las cuotas de migrantes establecidas por la UE y la llegada de un millón y medio de refugiados ucranianos, se enfrenta a un tercer desafío en el ámbito migratorio: la protección de la frontera con Bielorrusia, que sirve de puerta de entrada a migrantes procedentes de Oriente Medio que están siendo instrumentalizados por el régimen de Aleksandr Lukashenko. En este contexto, el líder de la oposición, Donald Tusk también ha adoptado una retórica anti-inmigración para competir con el PiS por el voto nacionalista. 

Paradójicamente, la Institución de la Seguridad Social (ZUS) ha admitido que, pese a las políticas natalistas del gobierno, la población continúa envejeciendo, por lo que el país necesitaría atraer más de dos millones de migrantes en la próxima década. La integración de estos nuevos habitantes en una sociedad que ha sido prácticamente homogénea desde la Segunda Guerra Mundial supondrá todo un reto para futuros gobernantes.

Inmigrantes en la frontera de Bielorrusia con Polonia. (Balkan Insight)

 

CRISIS ENERGÉTICA E INFLACIÓN

 

En 2023, la inflación en Polonia alcanzó el 18% impulsada por la subida del precio de la energía y de los fertilizantes, convirtiéndose en una de las mayores tasas de la Unión Europea. Esto ha comportado un encarecimiento del coste de la vida, afectando especialmente al precio de los alimentos, el transporte y la calefacción. Para hacerle frente, el gobierno polaco ha aumentado el salario mínimo un 18% hasta los 4,300 zlotys (930 euros).

Aunque este fenómeno es generalizado a nivel europeo e incluso global, a causa de la Pandemia del Covid-19 y la Guerra de Ucrania, la elevada dependencia energética que tenía Polonia respecto a Rusia ha obligado al ejecutivo polaco a diversificar de forma acelerada sus importaciones de combustibles. En 2021, antes de las sanciones a Rusia que siguieron a su invasión de Ucrania, Polonia importaba un 15% de su carbón, un 73% de su petróleo y un 43% de su gas de Rusia. Para reducir la dependencia del carbón, principal fuente de energía del país, tanto por razones medioambientales como económicas, el gobierno polaco planea iniciar en 2026 la construcción de su primera central nuclear, con los desafíos técnicos y financieros que ello supone.

Potencia instalada en Polonia, con claro predominio del carbón (elaborado por AleaSoft, datos de ENTSO-E)

 

¿LA PRÓXIMA POTENCIA MILITAR DE EUROPA?

 

En vista de la amenaza de Rusia, y las tensiones con Bielorrusia, el gobierno polaco ha iniciado un proceso de rearme a gran escala que busca convertir el país en la primera potencia militar de la Unión Europea. Este plan incluye destinar el 3% del gasto público en defensa para potenciar su industria armamentística nacional, así como adquirir armamento moderno de Estados Unidos y Corea del Sur para reemplazar su arsenal de la época soviética.

También contempla introducir un servicio militar voluntario, así como doblar el personal de las fuerzas armadas, que pasaría de los actuales 144.000 soldados profesionales a 300.000, lo cual efectivamente lo convertiría en el mayor ejército de Europa, sin contar a Rusia. Según el ministro de defensa, su objetivo es crear un ejército polaco “tan fuerte que un posible agresor no se atreva a atacar nuestra patria». 

Presencia de bases militares en Polonia (US Embassy)

 

CONCLUSIONES

 

En la próxima legislatura, se vislumbran varios desafíos cruciales para Polonia que marcarán la agenda del nuevo ejecutivo: 

  1. La relación con la Unión Europea
  2. La política migratoria y de asilo
  3. El apoyo a Ucrania
  4. La reestructuración del ejército
  5. La crisis energética e inflacionaria

La perspectiva de la falta de una mayoría absoluta en el Parlamento plantea la necesidad de que tanto el PiS como la oposición establezcan coaliciones y acuerdos para formar un gobierno estable. Para ambos bloques, el voto femenino se presenta como un factor potencialmente decisivo, al igual que el voto de la población rural. La capacidad del nuevo gabinete para abordar estos desafíos de manera efectiva será fundamental para determinar el futuro del país.


NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.

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