Durante las últimas dos décadas Japón ha ido cambiando progresivamente la naturaleza de su política exterior y siguiendo el mismo camino que otras grandes potencias como China o los EEUU, en especial tras la Segunda Guerra Mundial, la nación se inclinó hacia el uso del soft power.
El fuerte crecimiento económico de Japón después de la guerra hizo mucho más atractivas a su industria cultural popular, también conocida como cultura pop.