EL SÁHARA OCCIDENTAL, UNA HISTORIA SIN RESOLVER DESDE HACE MEDIO SIGLO

por | Mar 22, 2023

En el oeste del Sáhara existía la llamada “Provincia Nº53”, un vestigio de otra época en el continente africano. De 260.000 kilómetros cuadrados y escasos recursos, el Sáhara Occidental ha sido un “pozo” de conflictos a escala internacional. UNA HISTORIA SIN RESOLVER DESDE HACE MEDIO SIGLO La historia contemporánea del Sáhara Occidental se remonta a […]

En el oeste del Sáhara existía la llamada “Provincia Nº53”, un vestigio de otra época en el continente africano. De 260.000 kilómetros cuadrados y escasos recursos, el Sáhara Occidental ha sido un “pozo” de conflictos a escala internacional.


UNA HISTORIA SIN RESOLVER DESDE HACE MEDIO SIGLO

La historia contemporánea del Sáhara Occidental se remonta a la época de la colonización europea de África. En 1884, las potencias coloniales europeas se reunieron en la Conferencia de Berlín para repartirse el continente africano entre ellas. En ese acuerdo, España se benefició del territorio del Sáhara Occidental, entre otros. Fue casi un siglo el tiempo en el que España dominó el territorio, llevando a cabo una asimilación cultural significativa que ha hecho que aún hoy en día el idioma español sea ampliamente hablado en la región. En la década de 1950, los rebeldes saharauis comenzaron a organizarse para exigir su independencia, y en 1973 crearon el Frente POLISARIO (Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro), un movimiento que luchó por la independencia del territorio mediante el empleo de la lucha armada.

Legionarios españoles marchando por las arenosas tierras del Sáhara Occidental. (ABC)

En 1975, España decidió abandonar el Sáhara Occidental como consecuencia de diversos acontecimientos que habían tenido lugar. En primer lugar, el final del régimen de Franco y el comienzo del proceso democrático de la Transición Española, periodo que se abría con grandes esperanzas de apertura y libertad. En segundo lugar, las presiones de los actores internacionales para la posterior admisión de España en los mismos (por ejemplo, en la Comunidad Europea) o la correcta participación dentro de los mismos (es decir, en las Naciones Unidas). No obstante, en noviembre de 1975 se optó por la formula establecida en los Acuerdos Tripartitos de Madrid junto a Marruecos y Mauritania, para llevar a cabo la descolonización del territorio y el reparto entre Mauritania y Marruecos del Sáhara Occidental.

Como respuesta al caótico contexto en el que se encontraba inmerso, el Frente Polisario declaró la independencia de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en 1976. Sin embargo, anticipándosela a esta declaración, el gobierno marroquí truncó las expectativas de los Polisarios, mediante una invasión: la conocida Marcha Verde ocupando el territorio español empujando a más de 350.000 civiles en una caravana cruzando la frontera, seguidos días después por fuerzas militares. La Marcha Verde fue condenada por la comunidad internacional, especialmente en la Resolución 380 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ya que la marcha se consideró un intento de eludir la opinión consultiva del Tribunal Internacional de Justicia sobre el Sáhara Occidental emitida tres semanas antes.

Principales vías de infiltración de grupos armados del Frente POLISARIO desde sus bases en Tinduf.

 

UNA PAZ INESTABLE Y UNA TENSIÓN CONSTANTE

Con esta invasión comenzó una guerra que duró más de una década hasta 1991. Para que la paz llegara de manera firme al Sáhara Occidental, la ONU promovió un acuerdo de paz que establecía un alto el fuego y prometía un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui. Las bases para semejante referéndum se tuvieron que sentar en el ya extinto Trusteeship Council, gracias a la experiencia que obtuvieron los partícipes del mismo en el contexto de movimientos independentistas posteriores a la segunda guerra mundial. Pese a las buenas intenciones de las Naciones Unidas (haciendo referencia al «good faith» que promueve el organismo) el referéndum nunca se llevó a cabo debido a las diferencias entre Marruecos y el Frente Polisario sobre quién debía tener derecho a votar. Desde entonces, el Sáhara Occidental ha estado en un limbo político, con Marruecos controlando la mayor parte del territorio y el Frente Polisario estableciendo un gobierno en el exilio en Argelia.

Territorio controlado por Marruecos (en verde) y por el frente Polisario (en marrón). (The Economist)

Un punto de inflexión a la hora de determinar fronteras en un supuesto caso de independencia, es en torno a la explotación de los (pocos) recursos naturales útiles de la zona. Más concretamente, el fosfato. A la vez, es importante recalcar que el acceso al océano es de suma importancia, ya que es allí dónde se concentran grandes bancos de pesca, lo cual supone un gran atractivo para concesiones de empresas pesqueras.

Reconocimiento internacional de la RSD. (Newtral)

España lleva años negando soberanía (o control) sobre ese territorio. La cuestión de los Acuerdos de Madrid aún dura pese a que la ONU haya admitido que la descolonización no fue realizada de manera correcta debido a que no hubo ningún referéndum de autodeterminación. En otras palabras, y a efectos legales, hoy en día España sigue siendo la potencia administradora de este territorio de iure, aunque de facto la realidad es otra como hemos visto. Aunque los gobiernos españoles lleven años negando responsabilidad alguna sobre el territorio, también hace años que una empresa pública – ENAIRE – controla el espacio aéreo de la región. Una característica que suele ser de característica exclusiva de cada estado (por razones de seguridad nacional).

Muy recientemente, el gobierno en coalición PSOE-Unidas Podemos aseguró que el territorio del Sáhara Occidental es parte de Marruecos en aras de mejorar las relaciones con el régimen alauí. Esta acción le ha puesto en contra a todo el Congreso, como hemos podido ver en la última votación alrededor de este tema. No hay que olvidar que esta afirmación fue proclamada por miembros del Partido Socialista y no por los diputados de Unidas Podemos. Esta afirmación es contraria a la sentencia del TJUE de 2016 en que se reafirma que el Sáhara Occidental no forma parte del territorio marroquí y, por lo tanto, cualquier acuerdo comercial que implica al territorio debía contar con el consentimiento del pueblo saharaui. Esta sentencia puso de manifiesto la ambigüedad de España y la Unión Europea.

Imagen del último encuentro entre Pedro Sanchez y Mohammed VI en Marruecos. Desató polémica por el despiste marroquí al poner la bandera de España del revés. (Morocco World News)

A pesar de que el gobierno español ha expresado su compromiso con una solución pacífica y justa al conflicto, la postura oficial sigue siendo difusa. Por un lado, España ha apoyado las iniciativas de la ONU para lograr una solución justa y duradera al conflicto, y ha reiterado su compromiso con la lucha por los derechos humanos en el territorio. Por otro lado, España mantiene una estrecha relación comercial y diplomática con Marruecos, y ha sido acusada de no tomar medidas efectivas para evitar la explotación de los recursos del Sáhara Occidental.

En los últimos años, la tensión en el territorio ha aumentado debido a la decisión de Marruecos de intensificar la explotación de los recursos naturales del Sáhara Occidental. Ante estos hechos, el Frente Polisario ha llevado a cabo acciones de protesta y ha amenazado con reanudar la lucha armada si no se encuentra una solución mediada al conflicto. Estas duras declaraciones del grupo polisario pretenden acabar con el alto al fuego conseguido en 1991, pudiendo así provocar una escalada de tensiones en el norte de África. La situación en el Sáhara Occidental sigue siendo un desafío para la comunidad internacional ya que es de conflicto latente con esporádicas acciones armadas que podrían desembocar en un escalamiento de la tensa paz. A pesar de los esfuerzos de la ONU para encontrar una solución justa y duradera al conflicto, la falta de voluntad política de las partes implicadas ha impedido que se avance en la dirección correcta. La explotación de los recursos naturales del territorio por parte de Marruecos es considerada una violación del derecho internacional y de los derechos del pueblo saharaui según la normativa internacional.

Desfile de tropas del Frente Polisario en el desierto de Tinduf (Argelia)

 

CONCLUSIONES

Es necesario que la comunidad internacional se comprometa de manera clara y decidida con la defensa de los derechos del pueblo saharaui, o bien se decida por los intereses del régimen de Mohammed VI. Es imperativo que se respete el derecho internacional (en especial el derecho a la autodeterminación comprometido para los pueblos pendientes de descolonización) y, por consiguiente, la normativa de los derechos humanos. Además, es necesario que se tomen medidas efectivas para evitar la explotación de los recursos del Sáhara Occidental exclusivamente en manos marroquíes y se garantice que cualquier acuerdo comercial que implique al territorio cuente con la participación del pueblo saharaui.

La resolución del conflicto no es solo por mera justicia y respeto a los derechos humanos, sino también es esencial para la estabilidad y la seguridad en la región. Véase, por ejemplo, cómo ha sido un tema de choque entre el gobierno de Argelia y el de Marruecos: países vecinos enemistados. El conflicto ha tenido un impacto negativo y ha llegado a provocar tensiones y violencia en la región. La comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos para garantizar que se respeten los derechos del pueblo saharaui, garantizar la paz, la seguridad y el avance social en el entorno.


NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.

1 Comentario

  1. Jesús Navío Sánchez

    El alto el fuego se rompió el 13 de noviembre del 2020, cuando tropas marroquíes entraron en la zona de no intervención en Guerguerat, al sur del Sáhara Occidental

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