En menos de una década, Polonia ha pasado de ser un “punto vulnerable” a perfilarse como la principal potencia terrestre europea. Todo ello gracias a que el país destina entre el 4,5 % y el 4,7 % de su PIB a defensa, la cifra más alta de toda la OTAN, y ejecuta una modernización militar sin precedentes: carros de combate de última generación, sistemas avanzados de defensa aérea y un aumento masivo de efectivos. Todo ello ocurre mientras crecen las amenazas procedentes de Rusia y Bielorrusia, junto con actos de sabotaje e injerencia atribuidos a Moscú dentro del territorio polaco, como se ha visto recientemente mediante drones y grupos saboteadores en vías férreas. El resultado es un nuevo equilibrio de poder en la OTAN y la UE, con Varsovia en el centro de la seguridad del flanco oriental.
EL CARTEL DE LOS SOLES: LA SOMBRA CRIMINAL QUE SOSTIENE AL PODER EN VENEZUELA
Comprender la relación entre Venezuela y el Cartel de los Soles exige mirar más allá de los titulares y observar cómo un país puede transformar la frontera entre Estado y delito hasta volverla casi irreconocible. No se trata solo de narcotráfico ni de corrupción: es...







