El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán se ha prolongado durante décadas y ha resultado en una serie de sucesivos conflictos armados, siendo el más reciente el conflicto en Nagorno-Karabaj en 2020. Para comprender los orígenes de este conflicto y explorar posibles soluciones, es crucial examinar la historia, las raíces étnicas y territoriales, así como las dinámicas geopolíticas que han alimentado esta disputa.
UN NECESARIO CONTEXTO HISTÓRICO
El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán se remonta al colapso del Imperio ruso y el surgimiento de la Unión Soviética en el siglo XX. En 1923, el líder soviético Josef Stalin (de ascendencia georgiana) tomó una decisión que tendría graves consecuencias para la región en las décadas venideras. Stalin creó la República Socialista Soviética de Azerbaiyán y la República Socialista Soviética de Armenia como entidades separadas, otorgando a Azerbaiyán el control de la región montañosa de Nagorno-Karabaj, una región de mayoría étnica y religiosa armenia.
Cuestiones étnicas y territoriales
El conflicto tiene profundas raíces étnicas y territoriales. Nagorno-Karabaj, conocida como Artsaj en armenio, tiene una población mayoritariamente armenia y una historia cultural arraigada en la herencia armenia. Sin embargo, después de que Stalin asignara la región a Azerbaiyán, la presión étnica y las tensiones comenzaron a aumentar entre azeríes y armenios.
Hay que tener en cuenta que la población armenia actual viene de más de un siglo de persecución donde bajo los dominios del Imperio Otomano en 1915 se produjo el genocidio armenio mediante el cual grandes masas de población armenia fueron expulsadas de sus lugares de origen, muchos de ellos muriendo en el camino. Este sucesos sigue siendo motivo de discordia internacional ya que hay países que no reconocen este hecho histórico, otros lo modula y otros lo aceptan abiertamente.
LA CHISPA QUE HIZO SALTAR DE LAS TENSIONES AL CONFLICTO
Las tensiones étnicas se agravaron en la década de 1980 cuando se intensificaron las demandas armenias de que Nagorno-Karabaj se uniera a Armenia. En 1988, se desencadenaron violentos disturbios y enfrentamientos, marcando el inicio del conflicto. En 1991, con el colapso de la Unión Soviética, Armenia y Azerbaiyán declararon su independencia, lo que agravó aún más las hostilidades ya que la situación de los armenios en Nagorno-Karabaj no estaban cerca de considerarse resuelta.
Guerra de Nagorno-Karabaj (1992-1994)
La guerra de Nagorno-Karabaj en 1992-1994 resultó en la pérdida de miles de vidas y la expulsión de cientos de miles de personas de sus hogares. Armenia respaldó a la autoproclamada República de Artsaj, mientras que Azerbaiyán buscó recuperar el control de la región aunque sin mucho éxito. El conflicto terminó en 1994 con un alto el fuego mediado por Rusia, pero dejó a Nagorno-Karabaj bajo el control de facto de Armenia, situación que se mantendría durante más de 25 años.
Piezas en el tablero geopolítico
El conflicto se ha visto estrechamente influido por las dinámicas geopolíticas en la región del Cáucaso, tanto durante la Guerra Fría como especialmente después de la misma, donde armenios y azeríes se convirtieron en piezas del ajedrez geopolítico global. Durante años Armenia ha mantenido estrechos lazos cercanos con Rusia, especialmente a través de la cooperación militar bajo el marco de la CSTO-Collective Security Treaty Organization (conocida como la OTAN de los países de la antigua Unión Soviética), mientras que Azerbaiyán ha buscado apoyo de países como Turquía (con quien mantiene una estrecha relación de hermanamiento) e Israel (por los intereses compartidos con Irán como rival existencial para ambos).
Las arterias de gas que nutren a Europa
Esto en el plano político y militar, pero en lo que respecta a cuestiones energéticas y económicas, la región se ha convertido en una bisagra fundamental entre Asia y Europa conectando los centros de extracción de hidrocarburos de Asia Central y el Caspio con una Europa que necesita diversificar su suministro de gas y petróleo en un momento en el que Rusia ha dejado de ser suministrador por su invasión sobre Ucrania y las sanciones derivadas.

Gasoductos que vienen de Asia Central y atraviesan la región caucásica en su camino a Europa a través de Anatolia.
Nuevo conflicto en 2020
El conflicto estalló nuevamente en septiembre de 2020, con enfrentamientos violentos que resultaron en la pérdida de vidas y la destrucción de infraestructura. Azerbaiyán lanzó una ofensiva militar para recuperar Nagorno-Karabaj, y el conflicto terminó en noviembre de 2020 con un nuevo alto el fuego, mediado por Rusia, que otorgó a Azerbaiyán importantes ganancias territoriales.
En esta ocasión la balanza se decantó claramente del lado azerí gracias a que las fuerzas armadas de Bakú habían mejorado sustancialmente sus capacidades. El dinero obtenido de las ganancias del petróleo fue en parte reinvertido en ampliar el presupuesto de defensa, adquiriendo mejor armamento, drones turcos e israelíes, desequilibrando así la balanza del conflicto claramente del lado azerí.
Tras la captura de Shusha, el segundo asentamiento más grande de Nagorno-Karabaj, se firmó un alto el fuego entre el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, y el presidente de Rusia, Vladímir Putin, que puso fin a todas las hostilidades en la zona de conflicto. Según el acuerdo, Armenia mantendría el control de la mayor parte del antiguo oblast de Nagorno-Karabaj. Por su parte, Azerbaiyán también tendría acceso a su enclave de Nakhchivan que limita con Turquía e Irán, aislado del resto del país, mientras que casi 2000 soldados rusos fueron desplegados como fuerza de «mantenimiento de la paz» para proteger el corredor terrestre entre Armenia y la región de Nagorno-Karabaj por un mandato de al menos cinco años. Esta supuesta misión de mantenimiento de la paz por parte de Rusia supuso un autentico fiasco que demostró ser totalmente ineficiente cuando las hostilidades volvieron a estallar en septiembre de 2023.
En esta nueva ocasión, Azerbaiyán lanzó una ofensiva relámpago de manera unilateral que puso fin oficialmente a la no reconocida república de Artsaj, la cual fue disuelta y las armas de sus fuerzas armadas depuestas. La histórica disolución del ente político aglutinante de los armenios de Nagorno-Karabaj supuso que muchos temieron por su futura existencia en la región y decidieron abandonarla ante los temores por su seguridad desatando una crisis de refugiados como no se veía hacia tiempo en la zona.
¿HACIA DONDE EVOLUCIONARÁ LA SITUACIÓN?
Resolver el conflicto histórico, político y militar entre Armenia y Azerbaiyán es un desafío complicado, la comunidad internacional ha tratado de mediar en varias ocasiones e incluso la Unión Europea más recientemente ha ofrecido liderar este proceso con la Cumbre de Paz en Granda (España). Sin embargo, hay una serie de factores a tener en cuenta para la resolución de este conflicto:
1. Vía Diplomática: La solución más deseable sería alcanzar un acuerdo a través de negociaciones diplomáticas, bien entre ambos o con la participación y mediación de la Unión Europea, ya que este papel cuando ha sido desempeñado por Rusia no ha tenido un efecto real. Esto requeriría el compromiso de ambas partes y la mediación de actores internacionales imparciales como la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
2. Autonomía para Nagorno-Karabaj: Una solución podría ser otorgar a Nagorno-Karabaj un alto grado de autonomía dentro de Azerbaiyán, con protecciones para los derechos de la población armenia y un estatus internacionalmente garantizado. Esta es una de las propuestas que se barajaron a nivel interno en Azerbaiyán, a través de la cual se otorgaría la ciudadanía azerí a los armenios que así lo desearan, sin embargo el miedo a la represión hizo que la práctica totalidad de la minoría armenia abandonara la región, suponiendo así la extinción de esta posibilidad de autonomía.
3. Intercambio de Territorios: Compleja pero también barajada sería esta otra opción que implicaría un intercambio de territorios que refleje las realidades étnicas actuales, permitiendo que las poblaciones armenias y azerbaiyanas vivan en sus respectivos países.
4. Reactivación del conflicto: Desde luego, la solución menos idónea pero que en Bakú todavía parece ser una posibilidad ya que se empieza a hablar de que se querría unir el enclave de Nakhichevan con el resto del país a través del corredor de Zangezur, sin embargo esto violaría las fronteras internacionalmente reconocidas de Armenia y sería un pulso geopolítico que Azerbaiyán plantearía al mundo y cuya respuesta es de dimensiones desconocidas (Irán ya ha alertado de que esto supondría una declaración de guerra y que intervendría en favor de Armenia).

El corredor de Zangezur al sur de Armenia, el cual sería el siguiente paso de una potencial ofensiva azerí. (X)
Por otro lado está el debate sobre la persecución que sufren las comunidades cristianas en Medio Oriente, donde desde hace décadas cristianos de distintas confesiones son perseguidos en sus países de origen, forzando a muchos a emigrar. La toma de Nagorno-Karabaj ha empujado a más de 120.000 cristianos a abandonar las tierras que habitaban desde hacía siglos, algo que se suma a las expulsiones ya sufridas en otros tiempos en regiones como la Armenia histórica, Siria, Iraq o los griegos de Anatolia.
CONCLUSIÓN
Como vemos, con todos los datos históricos, sociales, políticos y militares, el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán es un problema complejo arraigado en la región. La resolución de este conflicto requiere un compromiso serio de ambas partes, así como la mediación internacional, con la Unión Europea a la cabeza, demostrándose como un actor internacional de primer orden y arrebatándole a Moscú un nuevo espacio de influencia donde Rusia se ha demostrado no sólo como un actor no confiable sino como un factor más de inestabilidad en países como Georgia.
La paz en la región no solo beneficiaría a Armenia y Azerbaiyán, sino que también tendría implicaciones positivas para la estabilidad en el Cáucaso y lo que ello conlleva para Europa. La búsqueda de soluciones pacíficas y duraderas es esencial para poner fin a décadas de sufrimiento y promover la prosperidad en la región.
NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.
Fundamental persistir en la paz
Excelente artículo, muy ilustrativo respecto de la.problematica geopolítica