¿Tiene usted sospechas de que un populista puede estar, ahora mismo, en las cercanías de su barrio? ¿Siente usted la amenaza latente de un quiebre social? ¿Percibe usted una constante sensación de desencanto y desarraigo que espera desesperadamente por una figura divina que traiga el “elixir” de salvación? Si su respuesta fue un “sí”, es posible que esté siendo víctima de la influencia social generada por el fenómeno del populismo.
Como suele suceder en el vasto campo de las Ciencias Sociales y la Política, existen términos cuyos alcances pueden llegar a ser difusos y, por consiguiente, sus usos se multiplican exponencialmente. Tal es el caso del concepto “Populismo”, o “Populista”, que ocasionalmente se debate entre ser una caracterización discursiva en el contexto de hacer