Sep 19, 2024

AZAWAD ¿EL PRINCIPIO DEL FIN RUSO EN EL SAHEL?

Escrito por Manuel Paz Bernal

Entre los días 25 y 27 de julio de 2024 se desarrollaron fuertes combates entre separatistas de Azawad y las Fuerzas Armadas malienses que contaron con apoyo de fuerzas rusas, concluyendo estos enfrentamientos en una contundente derrota de las fuerzas gubernamentales y el fin del mito ruso de invencibles en el Sahel.


 

Abordamos lo sucedido cerca de la localidad norteña maliense en Azawad de Tinzaouten, intentando dar las claves de los hechos, analizar los sucesos más inmediatos que han transcurrido en esta región e intentar contrastar la información que existe al respecto, donde se han dado muchas suposiciones y poca información real.

Lo aislado de la zona, la poca información veraz sobre el terreno, la opacidad de la Junta Militar maliense o la sobre exposición de los medios afines a los separatistas, hacen que analizar lo sucedido pueda generar controversia.

Este artículo no detallará la presencia rusa en el Sahel, la cual ha atravesado diversas fases. Al igual que no explicará el conflicto en Azawad, pero sí intentará proporcionar al lector ciertas claves para entender lo sucedido.

 

INTRODUCCIÓN

La región de Azawad se sitúa al norte de Malí, ocupando la práctica mitad del país. Es una región muy extensa de orografía desértica, con una baja densidad de población, escasos recursos hídricos, rutas de comunicación poco desarrolladas y con una escasa presencia gubernamental desde la fundación del Estado de Malí. Desde los tiempos de presencia colonial francesa, la región pidió un trato diferenciado del resto de Malí, así como un Estado propio durante el periodo de descolonización. Una petición que no fue atendida por parte de Francia.

Hay que señalar que, pese a una presencia notable en Azawad de tuareg y árabes, en la región viven otras etnias como los songhais, bambaras o fulanis. No existe una homogeneidad étnica, aunque si es cierto que las reclamaciones independentistas son lideradas y tienen mayor arraigo en las comunidades tuaregs y árabes.

Combatientes separatistas. Fuentes: Le Matin.

Desde 2012, que se sucedió la última revuelta tuareg liderada por el Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA) , la región se encuentra inmersa en plena inestabilidad donde hay presencia de grupos insurgentes de tipo separatistas, yihadistas y milicias afines a Bamako, así como como una amplia presencia de delincuencia transnacional.

La revuelta tuareg de 2012 tuvo un triunfo efímero declarando el 6 de abril de ese mismo año su independencia, tras la expulsión de la fuerzas gubernamentales de los principales núcleos urbanos de Azawad que son Tombuctú, Gao y Kidal, está última ciudad con especial significado para la causa separatista. El triunfo nacionalista fue favorecido por el mayor equipamiento obtenido por los grupos armados separatistas durante la Guerra de Libia, donde habían luchado junto al bando del depuesto Muamar Gadafi. Así como por su frágil pero efectiva alianza con los grupos yihadistas que operaban en la zona, entre ellos Al Qaeda, frente a unas tropas locales mal equipadas, con un despliegue escaso y baja moral frente a la superioridad insurgente.

Entre mediados 2012 y principios de 2013, la sublevación se tornó en un conflicto donde los grupos separatistas habían perdido el protagonismo. La revuelta en Azawad tomó un carácter islamista radical, adquiriendo el protagonismo los grupos yihadistas que se habían impuesto a los separatistas de cariz secular rompiendo su alianza y apartándoles del poder. Todo ello propició la intervención francesa e internacional en Malí a petición de las autoridades de aquel momento en Bamako, ya que los grupos yihadistas emprendieron una ofensiva hacia el sur poniendo en riesgo el colapso total de Malí.

Desde 2013 la insurgencia en Azawad era puramente yihadista. Los grupos separatistas habían sido relegados, su importancia y amenaza eran menores pese a controlar ciertas áreas, a la vez que se mostraron dispuestos a cooperar con las fuerzas internacionales sobre el terreno y se habían abierto a pactar un acuerdo de paz con las autoridades gubernamentales de Malí.

En 2015 se firmaron los Acuerdos de Argel con los principales grupos separatistas. Estos acuerdos fueron propiciados por Argelia, país que ve con recelo todo lo que sucede en la región de Azawad ya que comparte largas fronteras con esta región y en Argelia vive un número significativo de población tuareg. En estos Acuerdos, en términos generales, se pactaba el fin de las hostilidades, una amplia autonomía para la región y una mayor integración de los separatistas en los órganos de seguridad del gobierno central. El Acuerdo fue continuamente infringido y ambas partes se mostraban recelosas a colaborar.

En 2021 varías facciones armadas independentista se reagrupan bajo el nombre de Marco Estratégico Permanente para la Defensa del Pueblo de Azawad (CSP-DPA), lo cual no es un grupo homogéneo e intentarán implantar los Acuerdos de Argel que no serán materializados. En el CSP-DPA se encontrarán grupos puramente separatistas y otros propensos a colaborar con Malí. La variante de siglas y nombres son constantes.

Patrulla de MINUSMA en Azawad. Fuentes: MINUSMA

La principal facción separatista que conforma este grupo seria la Coordinadora para el Movimiento de Azawad (CMA), grupo compuesto en mayor parte por miembros del MNLA.

Mientras crecía la inseguridad por todo Mali a manos de distintos grupos yihadistas, así como el malestar con la presencia francesa en el país, las autoridades militares malienses eran más hostiles a los grupos separatistas, a los que acusaba de cooperar con los grupos yihadistas y en controlar los tráficos ilícitos. Esta ultima acusación ha sido histórica, ya que, desde la independencia, las autoridades de Bamako han considerado a los tuaregs meros bandoleros y traficantes.

Estas acusaciones crecían a la vez que se señalaba a Francia de confabular con los separatistas y menoscabar la soberanía nacional de Malí. Esta acusación era compartida hacia la misión de Naciones Unidas desplegadas en Azawad desde 2013 (Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de Naciones Unidas en Mali, MINUSMA).

Cabe señalar que desde 2013 la mayor parte de la insurgencia yihadista no se desarrolla en Azawad sino en las provincias centrales de Malí, así como en la denominada Triple Frontera (áreas fronterizas compartidas por Mali, Níger y Burkina Faso).

EL DESEMBARCO RUSO EN MALI

Con la sucesión de los Golpes de Estados en Malí en los años 2020 y 2021, que sirvieron para consolidar al coronel Assimi Goita en el poder, Mali se acercaba a un cambio de estrategias en seguridad.

Esta estrategia estaba enfocada a retomar el control gubernamental en Azawad, una mayor represión civil, fortalecer las fronteras, romper la cooperación militar con Francia y la Unión Europea, así como un acercamiento progresivo a Rusia. En estos puntos fundamentales se basaría la nueva estrategia de la Junta para retomar la iniciativa y hacer frente a una situación de inseguridad generalizada a lo largo de todo el país.

En diciembre de 2021, aún con presencia militar francesa y occidental en Malí (incluido la misión de instrucción y apoyo EUTM-Mali), empiezan a desembarcar los primeros efectivos rusos en Malí. Esta presencia sería realizada por efectivos de la compañía militar privada Wagner, cuya misión sería la instrucción militar, el acompañamiento en misiones de combate y apoyo a las fuerzas locales.

Además del despliegue de personal paramilitar ruso, también se firman acuerdos con Rusia para la adquisición de armamento, llegando un número considerable de aeronaves procedentes de los arsenales rusos.

Caza Sukhoi Su-25 y helicóptero Mil Mi 8 entregados por Rusia a Malí. Fuentes: defensa.com.

Con esta estrategia no solo se pidió la salida de Francia de Malí, sino que esta solicitud posteriormente se extendió a la MINUSMA, quien había denunciado masacres de civiles protagonizada por fuerzas de seguridad y paramilitares rusos. MINUSMA, también, había sido critica por parte de los grupos secesionista por no evitar la violencia de Malí hacia la población local en Azawad.

Respecto a EUTM-Mali, la misión estaba inoperativa desde 2022, aunque su repliegue definitivo se ha producido en 2024. La Unión Europea y España, principal valedor de esta misión, siempre intentaron mantener una presencia y una opción abierta para retomar la cooperación con las autoridades militares locales.

 

LA OFENSIVA DE AZAWAD

Con el progresivo repliegue de MINUSMA a petición de Bamako, las tensiones entre separatistas y las autoridades centrales van en aumento. Las fuerzas garantes de los acuerdos de paz se van retirando y Mali quiere retomar el control territorial de Azawad. Tras la no aplicación de los Acuerdos de Argel, ambos grupos quieren afianzar sus posiciones ante un posible aumento de las hostilidades y tomar el control de las posiciones dejadas por las fuerzas de la ONU.

Combatientes malienses. Fuentes: MINUSMA.

Hay que señalar que todos los grupos que firmaron los Acuerdos de Argel no entran en conflicto. Por ejemplo, la milicia denominada Movimiento para la Salvación de Azawad cooperara con las fuerzas malienses.

Conforme MINUSMA dejaba una posición ambos bandos entraban en conflicto por tomar la posición dejada. Estos combates se vienen sucediendo desde el verano de 2023, siendo especialmente intensos en la provincia de Kidal, donde los separatistas contaban con más apoyo e influencia.

Tras diversos combates durante semanas entre separatistas y las Fuerzas Armadas de Malí, en noviembre de 2023 los malienses con apoyo ruso entran en Kidal sin encontrar resistencia armada. En toda la ofensiva de Azawad, las fuerzas de Mali siempre contaron con apoyo ruso. Un hecho simbólico es que tras la toma de Kidal, los rusos izaron la bandera oficial de Wagner.

Las fuerzas malienses/rusas se impusieron a los separatistas por su mayor capacidad armamentística, instrucción y de medios, sobre todo el factor aéreo, ayudo a su imposición en el campo de batalla.

Bandera del grupo Wagner. Fuentes: AFP.

El grupo Wagner, tras la muerte de su líder Yevgueni Prigozhin, tendría mayor integración en el aparato militar de Rusia, se le presupone menos autonomía y ha pasado a denominarse África Corps. Ello no quiere decir que su operatividad ni metodología haya cambiado, pero sus operaciones tienen menos autonomía propia y más dependencia de los órganos gubernamentales rusos.

Con Kidal en manos de malienses y rusos, la represión sobre la población civil aumento exponencialmente, así como los abusos de poder, las masacres, métodos criminales, los saqueos o las ejecuciones sumarias. Todo ello ha motivado un gran desplazamiento de población en una región muy despoblada y desértica. A la vez que se han ido produciendo denuncias de organismo internacionales y la población local sobre los abusos de las autoridades gubernativas con tropas conformadas por rusos.

La toma de Kidal no supuso una derrota total de los separatistas, estos aún controlaban amplias áreas del territorio de Azawad, zonas fronterizas con Mauritania y Argelia, así como localidades menores.

Los separatistas tiene un gran conocimiento de áreas donde el control estatal ha sido muy débil históricamente, en un entorno muy hostil por su propia geografía e inmenso, donde a pesar de contar con apoyo ruso y más medios, las capacidades militares de Malí son limitadas.

Desde entonces los combates se han sucedido, todo ello con el trasfondo de la insurgencia yihadistas que no ha desaprovechado las hostilidades para atacar en el centro de Malí o realizar acciones en los movimientos de tropa. La movilización de medios de Malí y rusos para la campaña de Azawad y el repliegue de MINUSMA dejó un vacío de poder donde las facciones yihadistas realizaron importantes operaciones militares.

 

RELACIÓN SEPARATISTAS DE AZAWAD Y GRUPOS YIHADISTAS

La confabulación entre los separatistas y yihadistas es uno de los principales motivos argumentados por Mali para emprender su campaña contra los separatistas a los que acusa de terrorismo. Bamako considera tanto a yihadistas como separatistas grupos terroristas sin diferenciación.

Las relaciones entre secesionistas y yihadistas han podido existir incluso ambos grupos han podido coexistir en diferentes escenarios e incluso cooperar ante un enemigo común, pese a no compartir un objetivo final. Pero también se han dado enfrentamientos entre los islamistas del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM, la filial de Al Qaeda en el Sahel) y grupos separatistas integrados en las filas de la Coordinadora del Movimiento de Azawad. Estos se produjeron cuando los separatistas intentaron realizar operaciones en el centro de Malí, un área que JNIM considera bajo su influencia e intentaron evitar la infiltración de otro grupo armado en sus áreas de control. Todo ello con el trasfondo del control de las rutas de tráficos ilícitos, fuente de financiación para todos los actores presentes en el Sahel.

En estos grupos las lealtades son cambiantes y no existe una verdadera jerarquía ni organización homogénea, los cambios de bandos se han podido producir, sobre todo de separatistas a las filas de los yihadistas. Ambos grupos pueden compartir lazos familiares de clanes y tribales, factores que son la base social en Azawad, siendo su relación difusa.

En el último comunicado de Iyad Ag Ghali, líder de JNIM, el cual es de etnia tuareg y fue un importante líder separatista de Azawad en los años 90, Ag Ghali renegó de la causa independentista haciendo especial ahínco en que su causa es la yihad y la conformación de un emirato islámico en el Sahel, no la independencia de Azawad.

LA BATALLA DE TINZAOUATEN

En la campaña de Malí para hacer efectiva su soberanía sobre el territorio, el día 25 de julio de 2024 una columna de vehículos malienses y rusos se dirigen hacia la localidad de Tinzaouaten, muy próxima a la frontera de Argelia y uno de los núcleos poblacionales que controla el CSP-PSD. En Tinzaouaten se habría refugiado una parte considerable de población que había huido de Kidal desde noviembre.

El jueves 25 de julio se reportan los primeros combates, perdiéndose en este día varios vehículos militares y transcendiendo las bajas varios soldados locales y rusos. El mismo día, se reporta un accidente de un helicóptero militar en Kidal, el cual habría acudido a la zona y estaba dañado por armas de fuego. Se admiten evacuaciones de heridos y la zona se encontrarían con condiciones climáticas adversas para el vuelo de aeronaves.

 El mismo día canales afines a los separatistas se hacen eco de lo sucedido. También, circula un vídeo donde se puede observar el cadáver de un uniformado supuestamente ruso e individuos armados con una bandera del grupo yihadista JNIM. El primer intento de asalto a la localidad objetivo pudo ser rechazado y la columna uniformada pudo ser emboscada por elementos yihadistas en su retirada.

Entre los días 26 y 27 de julio, las fuerzas malienses combinadas con paramilitares rusos habían sido totalmente derrotadas. Estos fueron emboscados con el consiguiente descontrol del momento pudiendo favorecer su dispersión y ser embolsados por los separatistas, grandes conocedores del terreno, que equipados con vehículos ligeros pick ups adaptados perfectamente al terreno, algunos de ellos artillados, rodearon al convoy militar y se impusieron en el combate que habrían mantenido.

Miembros de CSP-DPA con vehículos blindados capturados en Tinzaouaten. Fuentes: África Perceptions.

Por los vídeos e imágenes que han transcendido los combates pudieron durar horas, en los que se impusieron los rebeldes que rápidamente dieron difusión de una victoria contundente e incontestable.

Las malas condiciones climáticas del momento pudieron impedir que las fuerzas gubernamentales contaran con apoyo aéreo para reconocimiento, así como para proporcionar cobertura de fuego, tanto de drones como de aeronaves convencionales. A la vez que estas condiciones pudieron afectar a las comunicaciones. Respecto al apoyo de fuego aéreo, se ha especulado sobre la posible escasez de munición por parte de la fuerza aérea de Malí para prestar este servicio.

Esta falta de apoyo, la escasez de información sobre el terreno, una mala coordinación, una excesiva confianza tras los éxitos anteriores y la posible superioridad numérica de los separatistas, pudieron ser factores decisivos para que lograran una victoria indiscutible. Con esta victoria el CSP-DPA ha logrado descabezar a las fuerzas rusas en Malí e infligir la primera gran derrota rusa en el Sahel, acabando con su mito de invencibles en esta área del mundo.

Según un comunicado del CSP-DPA su ataque habría provocado la muerte de 84 miembros de la fuerza de apoyo rusas (conocida y aún mencionada como Wagner), 47 militares locales, capturaron a 7 prisioneros y se apoderaron de un numeroso equipamiento entre los que se encuentran blindados y vehículos de distinto tipo.

Entre los rusos neutralizados se encontraría Anton Elizarov, el jefe militar de destacamento ruso en Malí y líder de Wagner tras la muerte de Prigozhin. También, se habría neutralizado a su principal propagandístico en los canales de Telegram. Entre las bajas rusas, llama la atención los uniformados que por su aspecto físico podrían no ser de origen ruso, por lo que se respalda la idea de la contratación de mercenarios de otras nacionalidades para las operaciones rusas en África.

En las semanas previas a los hechos de Tinzaouaten, las fuerzas locales habían sufrido un desgaste de su imagen pública al filtrarse escenas de canibalismo en cuyas acciones habría implicados elementos rusos. Ello se suma a una serie de investigaciones y vídeos que muestran una excesiva crueldad hacia supuestos enemigos por parte de las fuerzas rusas. Esta derrota junto con el desgaste a la imagen pública que sufre la expedición rusa en Malí puede afectar a su funcionamiento en el país.

Además, el número de miembros neutralizados ha dejado seriamente afectada la capacidad operacional rusa en la zona, demostrando por el número de bajas que muchas operaciones militares de Malí recaen en fuerzas rusas casi exclusivamente, en detrimento de las fuerzas locales que no estarían capacitadas para llevar a cabo determinadas operaciones complejas.

Ello refuerza el discurso no solamente de los separatistas de Azawad, sino de los grupos yihadistas que acusan a Bamako de servir a intereses rusos dejando al país en manos de extranjeros y demostrando que los rusos son un pilar fundamental para sustentar a la Junta Militar. Hay que señalar que, pese a las evidencias, Mali nunca ha admitido de manera oficial la presencia rusa en el país. Todo lo relativo a este despliegue es secreto de estado.

Combatientes del CSP-DPA con material capturado. Fuentes: El Mundo.

LAS REPERCUSIONES DE TINZAOUATEN

Tras la emboscada en Tinzaouaten, un conflicto alejado totalmente de los focos mediáticos como es el de Azawad, llamó rapidamente la atención internacional. El gobierno ruso a través de contratistas militares muy cercanos a la cúpula política de Moscú, lleva años implicados en distintos conflictos por varios países de África, pero nunca había sufrido tal derrota.

La situación ha conllevado diversas consecuencias regionales y globales, ya que horas después de los sucedido en Azawad, el Servicio de Inteligencia de Ucrania (GUR, siglas en ucraniano), afirmaba que se había prestado apoyo a los separatistas en las operaciones de Tinzaouaten, sin especificar en qué podría haber consistido este apoyo. Las suposiciones abarcan desde posible información por la monitorización vía satélite de los movimientos rusos, cobertura aérea mediante drones (difícil dado las condiciones climáticas que se dieron los días de los hechos que impidieron estas operaciones) o la instrucción de miembros de los grupos separatistas por parte de asesores ucranianos sobre el terreno.

Esta supuesta cooperación convertiría al Sahel, tras Sudán, en el segundo escenario africano donde fuerzas rusas y ucranianas se ven implicadas. Esta infiltración de información de una posible implicación ucraniana en Azawad ha dado como consecuencia el fin de las relaciones diplomáticas de Malí y Níger con el país europeo, al que acusan de colaborar con grupos terroristas e invocaron a las Naciones Unidas a condenar la intromisión de Ucrania en asuntos internos de Malí.

Mientras, que, por otro lado, en Mauritania se ha abierto la primera sede diplomática de Ucrania en este país. Mauritania ha tenido recientemente tensiones fronterizas con Mali, por lo que este establecimiento de relaciones diplomáticas polariza aún más las bloques que se vienen conformando desde hace años en el Sahel.

Respecto a los grupos locales, JNIM reclamó la acciones de Tinzaouaten como operaciones propias, algo que fue desmentido de manera reiterada por el CSP-DPA. Si hubo una implicación de JNIM pudo ser menor y no parece ser que la operación fuese coordinada. Los separatistas ahora mismo con la atención internacional que están recibiendo se quieren desmarcar de cualquier supuesta colaboración con yihadistas y evitar dañar su imagen internacional.

Como consecuencia de la fundación de la Alianza de Estados del Sahel y su compromiso de mutua defensa militar, Burkina Faso envío efectivos militares en apoyo a Malí.

Senegal y la CEDEAO consideraron los hechos de Tinzaouaten como un acto terrorista, una acusación rechazada por el CSP-DPA, grupo que aspira a un reconocimiento regional. Respecto a Argelia, tiene en la frontera con Mali un importante despliegue militar. Con ello se le presupone evitar un asentamiento de grupos armados en su territorio, pero, también, evitar cualquier incursión maliense en su territorio al igual que ha sucedido en la frontera con Mauritania.

Por su parte, los separatistas han recibido el apoyo armado de distintas facciones tuaregs dispersas por varios países como Libia, Argelia o Níger, que han podido aportar un número importante de medios en previsión de una nueva ofensiva sobre el norte de Azawad.

Las fuerzas malienses ya han comenzado sus operaciones de castigo sobre las áreas de control separatistas, incluido el bombardero de una mina de oro que dejó varios muertos civiles de varias nacionalidades y un desplazamiento masivo de cientos de personas. También, se ha denunciado el presunto asesinato de civiles en la localidad de Tin-Essako  prestar apoyo al CSP-PDA.

Banderas de los países que componen la Alianza de Estados del Sahel. Fuentes: Le Monde.

CONCLUSIONES

Los hechos de Tinzaouaten han marcado un antes y un después de la presencia militar rusa en África. Estas fuerzas que parecían invencibles y de las cuales rehuían los grupos insurgentes a enfrentarse, han mostrado su vulnerabilidad y la posibilidad de ser vencidas. El ejemplo de Tinzaouaten puede ser repetido por otras fuerzas inmersas en el conflicto que se vive a varios bandos en el Sahel.

Respecto al despliegue ruso en Malí, la propia situación interna de Rusia puede complicar una reorganización a corto plazo de su destacamento en Malí, con el consiguiente deterioro de las capacidades de la Junta militar de Malí que ha delegado gran parte de su seguridad en estas fuerzas. La presencia de Rusia en otros países como Libia o la República Centroafricana podrían ayudar a recomponer su situación en Malí.

Presencia de Grupo Wagner en África. (GEOPOL 21)

Por su parte, los separatistas han conseguido colocar su causa en el tablero internacional, pero está situación se puede recrudecer con la implicación de más actores externo.

Los hechos en Azawad es un ejemplo más de la universalidad del conflicto internacional que se vive actualmente y cuyo epicentro es Ucrania, mostrando que este enfrentamiento transciende fronteras y se libra la batalla hasta en terceros países alejados de los focos mediáticos. Se está viviendo una externalización del conflicto que afecta especialmente a África y que se puede reproducir en escenarios diferentes a Sudán.

Mali, con apoyo de sus aliados regionales, buscará una victoria moral y militar frente al CSP-DPA. No solo por el interés nacional, también influirá la presión rusa para resarcirse de una derrota importante y salvaguardar sus intereses, animando a una respuesta militar contundente.

Como se ha mencionado, el escenario en el conflicto entre Rusia y Ucrania puede condicionar los planes de Rusia en África y su capacidad de acción, por lo que es difícil evaluar si es posible la continuidad de las operaciones rusas en África de manera inmediata. Tampoco podría extrañar que estas acciones pudieran ser delegadas en otros actores regionales no estatales que pudieran apoyar a Malí como elementos proxys sirviendo a los intereses rusos.

Para llevar a cabo las operaciones en contestación a los hechos de Tinzaouaten, Mali destinará importantes recursos militares a la zona de Azawad. Lo limitado de sus recursos podrá dejar desguarnecidas otras áreas cuya situación puede ser aprovechada por los grupos yihadistas, muy asentados en la zona y hábiles en aprovechar cualquier debilidad. Los enemigos gubernamentales son múltiples y los recursos escasos.

El Sahel, un escenario siempre secundario en la escena internacional pero donde se libran batallas, no solo militares, pero de impacto global.


NOTA: Los planteamientos e ideas contenidas en los artículos de análisis y opinión son responsabilidad exclusiva, en cada caso, del analista, sin que necesariamente representen las ideas de GEOPOL 21.

Manuel Paz Bernal

Analista en Terrorismo yihadista, insurgencia y movimientos radicales por la Universidad Pablo de Olavide; Experto Universitario en Crimen Organizado por el Instituto Universitario Gutiérrez Mellado; Director de Seguridad privada por la Universidad Europea Miguel de Cervantes; así como diversos cursos en análisis del Terrorismo en el Campus Internacional para la Seguridad y Defensa (CISDE).

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